Un robot cruel es mejor que uno simpático para mejorar nuestra concentración

La mera presencia de un robot desagradable parece mejorar nuestras capacidades cognitivas, más que ser observado por un robot amigable o incluso por ningún robot.

Esta curiosa prueba se realizó para un estudio liderador por Nicolas Spatola, de la Universidad de Clermont Auvernia, en Francia, y publicado en la revista Science Robotics.

Stroop

Primero, los participantes se sentaron y tuvieron una conversación con el robot, que estaba programado para responder preguntas, ya sea positivamente: “Creo que podríamos hacernos amigos”, o negativamente, “No valoro la amistad”.

Luego, trabajaron en una serie de tareas de concentración en una pantalla, mientras el robot se sentaba y los observaba. Los sujetos emparejados con robots desagradables fueron más rápidos y cometieron menos errores que aquellos emparejados con amigos o sin ningún robot.

“Los participantes prestarán más atención al robot ‘malo’ porque tal vez podría ser peligroso, tal vez podría hacer algo que no hayas predicho, tal vez podría ser malo para ti o te juzgará”, señaló Spatola.

El rendimiento humano se probó utilizando la Tarea Stroop, una prueba en la que aparecen palabras impresas en diferentes colores en una pantalla, y los sujetos de prueba deben identificar el color, ignorando la palabra misma. Por ejemplo, como cuando la palabra “azul” está impresa en letras verdes.

Haciendo esta tarea junto a un robot desagradable provocaba una atención dividida. Esa atención dividida obligaba a los participantes a centrarse únicamente en identificar el color de las palabras, y no en leer realmente las palabras.

Si bien un robot cruel podría hacernos mejores en la tarea de Stroop, probablemente no sería eficaz en todas las situaciones.

Sería erróneo llegar a la conclusión de que si ponemos un robot malo en todos los lugares, todos obtendrían mejores resultados. Imagine un robot sentado en su oficina insultándolo todos los días, no será bueno para su desempeño a largo plazo.

Fuente: xatakaciencia.com