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Un espejo podría ser suficiente para llevar agua de la Tierra a la Luna

La proximidad de la Luna a la Tierra la convierte en un objetivo atractivo para las misiones de exploración y explotación de recursos utilizando la técnica de Minería Térmica.

En la búsqueda de recursos para permitir la vida más allá del planeta Tierra, el agua siempre ha situada en el centro de todo y se posiciona como el bien más preciado y sobre todo esencial en este campos de la exploración espacial.

Frente a este más que claro y complejo desafío, una idea ha ganado cierto protagonismo aunque parezca algo loco: la «Minería Térmica de hielos en cuerpos fríos del sistema solar», una propuesta revolucionaria concebida por George Sowers, experto en recursos espaciales y profesor de Ingeniería Mecánica en la Escuela de Minas de Colorado (CSM).

Este concepto tiene como objetivo aprovechar el poder del Sol para obtener grandes cantidades de agua de cuerpos celestes. El enfoque es simple pero efectivo y es similar a usar una lupa para dirigir la luz del sol hacia un punto específico.

Imagina un bloque de hielo en el espacio. Al estar en un ambiente de vacío, el hielo sublimaría —pasa de estado sólido a gaseoso— directamente ya que no hay moléculas en el vacío para disipar el calor. Aquí la clave reside en dirigir la luz solar sobre la zona con hielo mediante un espejo gigante. Esto aceleraría la sublimación de este, generando vapor que luego puede capturarse y condensarse en agua líquida.

Un espejo gigante, luz solar y un recolector de agua para llevarla a la Luna

La arquitectura básica del sistema de Minería Térmica consta de 3 componentes principales: un helióstato o gran espejo para enfocar la luz solar, una estructura para atrapar el agua sublimada y un sistema de transporte frío para capturar el agua a medida que escapa de la superficie.

Aunque el concepto tiene potencial para diversos cuerpos celestes, como Marte, Ceres y asteroides, es la Luna la que se perfila como el lugar más prometedor para la extracción de agua. Se cree que las regiones permanentemente sombreadas de esta albergan cantidades considerables de agua, lo que las convierte en una ubicación ideal para comenzar la utilización de recursos fuera de la Tierra.

Además, la Luna presenta ventajas únicas en comparación con otros cuerpos celestes: su gravedad manejable permitiría el uso de rovers estándar para el transporte de hielo y la ausencia de atmósfera facilitaría la transferencia de energía térmica solar.

A pesar de los grandes desafíos que se plantean, ya hay algunas miradas puestas en esta técnica. Se estima que el coste total de desarrollar una operación minera lunar en las regiones permanentemente sombreadas sería de aproximadamente 800 millones de dólares.

Aunque aún en la fase de planificación, la Minería Térmica promete un futuro en el cual los humanos puedan extraer agua y otros recursos de la Luna y otros cuerpos celestes. Con estas innovaciones, la exploración espacial podría dar un gran paso hacia la sostenibilidad y la autosuficiencia en el espacio, allanando el camino para que los humanos visiten otros lugares del universo.

Fuente: computerhoy.com