Traza directora de Conacyt 5 retos en CyT para México

El compromiso del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) es el bienestar del pueblo de México y el mandato presidencial es articular las capacidades científicas para resolver problemas en temas como salud, alimentación y medio ambiente, afirmó María Elena Álvarez-Buylla, titular del organismo.

El presidente Andrés Manuel López Obrador mantuvo más o menos el presupuesto del consejo, pero el reto es que los desarrollos que se hagan no causen problemas ambientales y predecir riesgos, sostuvo la funcionaria en entrevista con La Jornada.

El proyecto en ciencia de la Cuarta Trasformación, agregó, tiene cinco ejes rectores: fortalecimiento de la comunidad científica, ciencia de frontera, programas nacionales estratégicos (Pronaces), desarrollo tecnológico e innovación abierta, así como difusión y acceso público de la ciencia.

Mayor inversión

Con estos objetivos, “conviene al país, para su soberanía, sustentabilidad ambiental y cuidado de la salud, tener mayor inversión en ciencia y tecnología. El Presidente pide hechos. Tenemos ese reto.

Nos gustaría dejar el presupuesto para ciencia, tecnología e investigación vinculante en la ley, discutiéndolo con el Presidente, y que no pudiera bajar de 0.5 por ciento del producto interno bruto (PIB). La ley consigna uno por ciento, que nunca se ha alcanzado. Ahora se destina alrededor de un tercio de esa cifra, según la científica.

Álvarez-Buylla señaló que durante el periodo neoliberal se generó una dinámica de cooptación del trabajo de científicos y académicos en favor de intereses de la iniciativa privada nacional, pero sobre todo de corporativos trasnacionales.

Esa alineación produjo un modelo tecnocientífico de agricultura intensiva altamente destructiva del ambiente, con emisiones muy importantes de efecto invernadero, en el que los transgénicos son la punta de lanza, destacó la doctora en botánica.

Añadió: tenemos que dar un golpe de timón para transitar de este desarrollo científico cooptado por intereses trasnacionales. El primer punto es fortalecer la comunidad científica, conformada por más de 90 mil mexicanos apoyados por el Conacyt.

Tenemos más de 9 mil becas nuevas. Destina 67 por ciento de sus recursos a apoyar becarios e investigadores. Encontramos irregularidades importantes en el área de becas, que recibe alrededor de 11 mil millones de pesos. Iremos sacando algunos de estos casos de preocupación, adelantó.

Ciencia básica o de frontera implica recuperar aquella capaz de aportar avances al conocimiento. Necesitamos una ciencia fortalecida, como un árbol bien enraizado. Cuál es el tipo y cómo va a crecer el árbol son los principios éticos, la pertinencia cultural y hacia dónde va.

Según datos proporcionados por el Conacyt, para este año se destinaron mil 659 millones de pesos para este eje. Además, a 130 proyectos de mantenimiento y renovación de la infraestructura se distribuirán 597 millones de pesos, elegidos entre más de 2 mil 100 propuestas. De ese tamaño es la demanda, por más de 15 mil millones de pesos. Imposible. No tenemos ese recurso, explicó Álvarez-Buylla.

En cambio, se da prioridad a proyectos de mantenimiento o mejora de la infraestructura en salud, pues es inaceptable que institutos nacionales y hospitales públicos que atienden niños no tengan equipamiento o actualización de su equipo. Las siguientes áreas importantes son ecología y educación.

Informó que también analizan con expertos para generar convergencias en la transición energética y eficiencia en el uso de hidrocarburos, junto con las secretarías federales de Medio Ambiente y Recursos Naturales y de Energía.

Proyectos de producción horizontal de conocimiento

Los Pronaces buscan “generar proyectos de producción horizontal de conocimiento y tecnología en los que las propuestas y los retos vengan de lo local, de las comunidades. El gobierno, a través del quehacer articulado del Conacyt, se compromete a resolverlos para magnificar los desarrollos que ya han generado.

Los retos son tales que la ciencia occidental es imprescindible, pero hay otros para los cuales es esencial tomar en cuenta el conocimiento tradicional, sobre todo en México, donde tenemos una raíz pluricultural muy profunda que ha demostrado un conocimiento amplio, integral y sistémico, para entender estructuras complejas con implicaciones en alimentación, salud y energía.

Álvarez-Buylla, egresada de las universidades Nacional Autónoma de México y de California en Berkeley, puso de ejemplo el maíz mixe, oaxaqueño, capaz de fijar nitrógeno atmosférico porque fue seleccionado en miles de años. Ahora la ciencia occidental lo descubre y se lo quiere apropiar.

Dio a conocer que exploran la forma de apoyar esas redes de construcción del conocimiento tradicional, pero una de las primeras propuestas es que cada estado genere jardines etnobiológicos, donde se mantengan acervos vivos de plantas, animales y conocimiento tradicional.

Expuso que uno de sus proyectos prioritarios es la investigación e incidencia para resolver la primera causa de muerte de niños en México, que rebasa la media mundial: la leucemia linfoblástica aguda. Con ese fin se reunió a decenas de expertos, dirigidos por Rosana Pelayo.

Además, la promoción de la innovación convocó las empresas, a través del Programa Estratégico de Tecnología e Innovación Abierta (Penta). Este eje tiene cinco proyectos bandera, urgentes y con una resolución cercana: vacuna contra la salmonela, laboratorio de manufactura en el Instituto Nacional de Cardiología para crear aditamentos necesarios con el propósito de abatir costos, biotecnología aplicada a la salud pecuaria, producción pública de antivenenos y biosensores, las llamadas biorredes para mejorar diagnósticos.

Tragedia humana

Álvarez-Buylla puntualizó que en el Conacyt se trabaja de manera prioritaria en la tragedia humana que vive el país: la desaparición forzada de muchísimas personas.

Cuando Karla Quintana, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, le preguntó: ¿cómo nos pueden ayudar? respondió: Con toda voluntad, primero, porque es inadmisible esa muerte sin derecho siquiera a ser nombrados, y con muchas herramientas.

El pasado 30 de agosto echamos a andar un ecosistema nacional informático, una idea que planteé desde que se escribió aquella propuesta del nuevo proyecto de ciencia y tecnología de la Cuarta Trasformación, dice la funcionaria a este diario.

El objetivo es poner a trabajar en conjunto a científicos que manejan tecnologías inteligentes de cómputo para tener una base de datos. Con esta finalidad colaboran los centros de investigación en Matemáticas, Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación, Ciencias de Información Geoespacial, Docencia Económica y de Estudios Superiores en Antropología Social.

La científica enumeró otras herramientas, como de biología molecular, análisis de paternidad, ciencias forenses; además de sicólogos y sociólogos. Nos preocupa mucho el impacto emocional. También hay ahí capacidad científica profesional.

Por otro lado, reveló que también colaboran en el rubro de seguridad ciudadana, como con un convenio con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Para ello proveerán herramientas de ciencia de datos y mapas geoespaciales, con la participación de otros centros de investigación del Conacyt.

Fuente: La Jornada