Pepper trabaja en una residencia de ancianos en Tokyo, se ejercita con ellos y les hace compañía. «Puedo hablar con él sin preocuparme de lo que digo; si fuese humano tendría que preguntarme qué tipo de persona es», afirma Saki Sakamoto, residente en el hogar de ancianos. Los residentes están encantados con sus cuidadores electrónicos.
Japón es el país más longevo del mundo, tiene 67.000 personas mayores de 100 años, el problema es la falta de personal en residencias. Para solventarlo, el gobierno de Tokio ha promovido iniciativas como esta.
«Temer robots ayuda a aliviar la carga de trabajo de los empleados», sostiene Takanori Shibata, creador del robot ‘Paro’.
No sólo se encuentran en su versión humana, también hay animales. «Cuando conocí a estas mascotas robóticas vi que se movían como animales reales», destaca una anciana.
Focas y perros mecánicos recorren los pasillos de la residencia. «Cuando los arreglo, funcionan como si fueran un miembro de la familia», asegura Hiroshi Funabashi, mecánico de robots.
Aunque en lugar de carne y hueso tengan engranajes, el vínculo que se crea es completamente humano.
Fuente: elnuevodia.com