Mexicano en Reino Unido desarrolla vacunas contra zika y chikungunya
En la fase clínica 2 se contemplan aplicaciones en México y en otros países como Brasil.
Trascender y tener éxito está definido por las expectativas de cada persona, lo importante es que esa trascendencia sirva para algo y ayude a los demás, expresa en entrevista por teleconferencia para la Agencia Informativa Conacyt el doctor César López Camacho, creador, junto con el doctor Arturo Reyes Sandoval, de las primeras dosis de vacunas contra el virus del zika y chikungunya, respectivamente, que tendrán su aplicación en humanos en la fase clínica 1 en este 2017.
El doctor César López Camacho es un destacado científico poblano que se formó como biólogo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Después de cursar sus estudios en esta institución, y con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), realizó su tesis de maestría en el Instituto Wistar en Estados Unidos.
A partir de ahí, el doctor López Camacho empezó sus trabajos con virus modificados genéticamente que expresaban proteínas del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Su trabajo de tesis se centraba en saber hacia dónde iban esos virus una vez que ingresaban en el organismo.
Tras concluir la maestría en el 2005 regresó a Puebla y trabajó como docente en algunas universidades del estado; sin embargo, su pasión por la investigación lo condujo hacia otros caminos. Así fue como inició su doctorado en biología molecular en la Universidad de Mánchester, en Inglaterra. Su objetivo era muy claro: probar otras formas de hacer ciencia en otros países y adquirir experiencia suficiente para continuar su preparación como investigador.
“En 2007 hice mi doctorado en la Universidad de Mánchester y en 2011 me titulé como doctor. Ahí aprendí mucho sobre terapia genética, expresión genética, factores que desencadenan a los genes en las diferentes etapas de desarrollo en mamífero, etcétera. Posteriormente me invitaron a hacer un posdoctorado en Estados Unidos en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts (UMASS, por sus siglas en inglés), para luego ingresar a la Universidad de Vermont, donde también realicé otro posdoctorado en un centro de investigación de cáncer”.
Actualmente el doctor López Camacho desarrolla, en coordinación con el doctor Arturo Reyes Sandoval (jefe del laboratorio), una vacuna contra el virus del zika en el Instituto Jenner del Departamento Nuffield de Medicina de la Universidad de Oxford. Sus aportes a la ciencia también se relacionan con la creación de vacunas para el dengue, chikungunya y malaria.
De aspirante rechazado a científico destacado
Resulta difícil imaginar que este destacado científico fue en 1997 un aspirante rechazado en el proceso de admisión a la carrera de medicina de la BUAP, a la que quería entrar influenciado por el ejemplo de su hermana mayor. Sin embargo, su destino le tenía preparada una ruta diferente dentro de la ciencia.
“Me quedé a 10 lugares del último puntaje aceptado. Me sentí mal pero insistí porque mi promedio era bueno y mis resultados en el examen de admisión no fueron bajos. Permanecí parado por horas para ver si alguien no llegaba a inscribirse y ese lugar me lo daban, pero al final un funcionario de admisiones me dijo que no tuve suerte. Me dio tres opciones para entrar a la universidad por mi buen puntaje en el examen: matemáticas, física y biología. Me incliné por biología al leer el programa y pensé que el próximo año volvería a hacer el examen para medicina, pero resultó que me gustó tanto la carrera de biología experimental que ya no me cambié (…) La biología molecular y la investigación biomédica me atraparon”, relata para la Agencia Informativa Conacyt.
El gusto por el desarrollo de la ciencia se lo infundieron algunos profesores de la carrera, en especial los doctores María Rosa Padrós y Osvaldo Vindrola. Esta formación fue la amalgama perfecta para su curiosidad innata.
“Ellos habían hecho posgrados en otros países y al escuchar sus anécdotas me ilusionaba, con ellos hice mi tesis de licenciatura, obteniendo el grado de biólogo con mención honorífica, aunque en realidad podría haberme titulado por promedio. Después ingresé a la maestría en bioquímica en la BUAP, pero el doctor Arturo Reyes Sandoval me dijo que había posibilidades de estudiar un posgrado en la Universidad de Pensilvania, donde él se encontraba realizando su doctorado, así que fui como científico visitante, con apoyo de mi ex supervisora en el Instituto Wistar, doctora Hildegund Ertl, y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología”.
Un virus que se vuelve prioridad
Desde hace tres años, en el Instituto Jenner del Departamento Nuffield de Medicina en Oxford, el doctor López Camacho trabaja con proyectos de enfermedades emergentes y con los virus del dengue y chikungunya, en el laboratorio del doctor Reyes Sandoval, quien también es poblano.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzaría una alerta por la presencia de un nuevo virus, el zika. Para finales de noviembre de 2015, los doctores López Camacho y Reyes Sandoval, apoyados en las colaboraciones con colegas de otras universidades de Latinoamérica, supieron que este virus estaba afectando a un sector poblacional importante, además de estar asociado a la microcefalia en fetos y recién nacidos. Fue entonces cuando el zika se convirtió en prioridad.
“Sabemos que el zika es un virus primo hermano del dengue y nosotros ya teníamos trabajo con el dengue. Así que decidimos desarrollar una vacuna contra el zika. Me puse a trabajar muy duro, por días dormí muy poco y lo único que tenía en la cabeza era ‘vamos a hacer esta vacuna y vamos a llegar a pruebas experimentales’. Con el apoyo y colaboración del doctor Reyes Sandoval, un factor importante en este proyecto, el propósito de esta investigación se hizo realidad».
Gracias al financiamiento obtenido por parte de la Universidad de Oxford y del gobierno británico, se trabajó para realizar pruebas en animales y después probar la inmunogenicidad en modelos preclínicos. Dichos financiamientos se emplearán para producir dosis de la vacuna contra el virus del chikungunya y el zika, para la fase clínica 1 en humanos a finales de 2017.
El resultado fue el desarrollo de 12 tipos de vacunas que servirán para verificar cuál es la más inmunogénica y así probarla en pacientes británicos a finales de este 2017.
Sobre la vacuna para el dengue, el doctor López Camacho reconoce que ésta aún se encuentra en fase preclínica porque se tuvo que dar prioridad a la del zika; sin embargo, la vacuna contra el dengue ya está siendo probada en ratones y macacos.
Las fases clínicas son proyectos experimentales en los que a un determinado grupo de personas sanas se les inyecta una vacuna, a fin de observar que no existan efectos adversos en ellas, pero además se tengan evidencias de las reacciones inmunológicas que causa la inyección de la vacuna y el antígeno específico.
El financiamiento obtenido para la vacuna del zika y chikungunya permitirá la creación de 100 a 200 dosis, además del reclutamiento de pacientes, la aplicación y el seguimiento de los pacientes por algunos meses. Una vez que se finalicen esas fases lo que sigue es la fase clínica 2, que es hacer más vacuna, pero esta vez será aplicada a personas que están en riesgo o viven en lugares donde las infecciones de chikungunya y zika son endémicas. En este caso, el doctor López Camacho afirmó que se contemplan aplicaciones en México pero también en otros países como Brasil.
Las mejores ideas no siempre se dan en el laboratorio
Así como disfruta hacer ciencia, el doctor López Camacho también tiene clara la importancia de disfrutar momentos que llenan su vida con otras experiencias. Tiene una inclinación especial por pintar al óleo, hacer deporte, turismo gastronómico y por la convivencia con sus amigos. Al final de la semana, le gusta tomar una cerveza en un bar y platicar con sus colegas que siempre pueden dejar las mejores ideas o colaboraciones en un ambiente relajado y fuera del laboratorio.
“Desde pequeño siempre fui curioso y eso sigo haciendo ahora, me sigo haciendo preguntas importantes sobre las infecciones virales, qué es lo que viene en el futuro, qué virus aparecerá el próximo año, o en cinco, y qué podemos hacer ahora para estar un paso adelante. Esa inquietud siempre la tengo ahí y eso es lo que me gusta transmitir a mis alumnos, exactamente como a mí me enseñaron, porque cuando formas a alguien no sabrás el impacto que van a tener, eso es importante para mí, como lo es hacer lo que me gusta. Trabajo esto porque de verdad estoy contentísimo con lo que hago, además de tener el apoyo constante del doctor Reyes Sandoval, sin duda, una pieza clave en mi desarrollo científico”.
Fuente: Dalia Patiño González / Agencia informativa Conacyt