Los vientos del oeste debilitan la capacidad del Oceáno Austral para absorber CO2
Un nuevo estudio de sedimentos lacustres de la región subantártica, que se publica este lunes en la revista ‘Nature Geoscience’, revela por primera vez que los aumentos de vientos del oeste probablemente reduzcan la capacidad del Océano Austral para absorber el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.
Los vientos del oeste del hemisferio sur son particularmente fuertes debido a la ausencia de masas continentales entre Sudamérica y la Antártida para frenarlos. Desempeñan un papel importante en la regulación de la cantidad de dióxido de carbono que se intercambia entre la atmósfera y el océano. Los vientos realizan este proceso mediante el control de la velocidad de mezcla y afloramiento de antiguas aguas profundas ricas en carbono, que a su vez determina la cantidad de carbono que se puede absorber en la superficie del océano.
En las últimas décadas, ha habido un fortalecimiento de los vientos del oeste, y los modeladores del clima no han podido ponerse de acuerdo sobre si esto mejorará o debilitará el “sumidero de carbono” del Océano Austral.
Ahora, un equipo internacional de científicos ha medido la tasa de acumulación de sales y minerales marinos arrastrados por el viento en una cifra récord de sedimentos lacustres de 12.000 años de edad de la isla subantártica Macquarie.
Los datos muestran que los periodos de mayor intensidad de viento se corresponden directamente con los periodos de aumento del dióxido de carbono atmosférico medido en núcleos de hielo. Esto sugiere que más aumentos en la fuerza del viento pueden reducir la capacidad del “sumidero de carbono” del Océano Austral.
La autora principal del estudio, la científica Krystyna Saunders de la Organización Australiana de Ciencia y Tecnología Nuclear y la Universidad de Berna, afirma que este es un descubrimiento importante.
“Nuestros nuevos registros de los vientos del oeste del hemisferio sur sugieren que ha habido grandes cambios en la intensidad del viento en los últimos 12.000 años”, asegura, por lo que “esto contrasta marcadamente con las simulaciones de modelos climáticos que muestran cambios de velocidad del viento relativamente pequeños sobre el mismo periodo”.
Según explica el co-autor de la investigación, el científico paleontólogo Steve Roberts de la British Antarctic Survey, el equipo ha desarrollado un nuevo método para medir los vientos de los sedimentos del lago en islas subantárticas remotas. “Estas son las únicas masas de tierra, excepto en América del Sur, donde se pueden recopilar estos datos”, dice.
Por su parte, el también autor principal Dominic Hodgson, paleontólogo y líder del equipo, y profesor de la British Antarctic Survey, señala que la evidencia de los sedimentos del lago y núcleos de hielo lleva a los científicos a “un paso más cerca de comprender cuánto dióxido de carbono puede sacar el Océano Austral del sistema climático y es esencial para los modeladores que predicen el cambio climático futuro”.
Fuente: europapress.es