Los niveles de CO2 en el aire son más de un 25% más altos que hace 60 años

El aumento de dióxido de carbono (CO2) y otros gases en la atmósfera, es el responsable del efecto invernadero, una barrera que impide a la radiación solar que rebota sobre la superficie de la Tierra abandonar la atmósfera por lo que permanece calentándola y modificando el clima. Esta es una de las causas principales del cambio climático y los niveles de este gas se han disparado desde 1990. Según una investigación publicada en abril por la Universidad de Southampton (Reino Unido), las emisiones para 2050 llegarán a su nivel más alto en 50 millones de años. Se cree que tendrán que pasar milenios antes de que se rebaje esta concentración.

El dióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra han aumentado rápidamente desde que comenzaron las mediciones hace casi 60 años, aumentando de 316 partes por millón (ppm, cantidad de unidades de una sustancia que hay por cada millón de unidades) en 1958 a más de 400 ppm hoy en día. Todavía no se tienen datos del año que acaba de finalizar, pero las últimas cifras, las de 2016, confirman una tendencia de records anuales: alcanzando las 403,3 ppm, la cantidad de CO2 en la atmósfera alcanzó su nivel más alto en los últimos 800.000 años. Es el segundo año consecutivo que va más allá del punto de inflexión que supuso rebasar la marca de 400 ppm en 2015. Para evidenciar el incrementeo, en los inicios de la Revolución Industrial había 278 ppm.

En la gráfica, compartida en el portal Reddit, se ve que el crecimiento de los niveles de gas no ha dado tregua en las últimas décadas. Se basa en los datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos. Cada una de las líneas verticales divide un año de la década.

El patrón ondulatorio que sigue la gráfica está determinado por la curva Keeling. Es así porque en el hemisferio norte, el aire se llena de CO2 en primavera, porque es liberado por los microbios terrestres del derretimiento de la nieve, y en otoño el CO2 ha sido absorbido por el gran crecimiento de vida vegetal del verano; lo que explica los máximos y mínimos anuales en mayo y septiembre, respectivamente. Los niveles son más estables, sin embargo, en el hemisferio austral, dominado por los océanos.

Los niveles de CO2 en el aire son más de un 25% más altos que hace 60 años

Los científicos están seguros de que el CO2 ha sido el factor más importante del termostato del planeta en los últimos 500 millones de años. Por aquel entonces, cuando el número de seres vivos en los océanos se disparó y algunos se aventuraban a pisar suelo firme, la antigua atmósfera era rica en dióxido de carbono, con niveles alrededor de 7.000 ppm. El Sol de aquel entonces era más frío, los ciclos orbitales de la Tierra eran diferentes y los continentes se agrupaban de otro modo, con distintas corrientes oceánicas y diferente cantidad de hielo sobre la tierra. Se estima que el planeta fuera unos 10 °C más cálido que hoy.

Hoy se sabe que nivel seguro de dióxido de carbono en la atmósfera es de 350 partes por millón. Rebasar esta barrera tiene consecuencias como las que ya estamos viendo, como mares crecientes, tormentas monstruosas, sequías o incendios forestales. Sin embargo, las emisiones de este gas, fruto de la producción de energía (la generada, por ejemplo, por plantas generadoras de electricidad que emplean carbón) no han aumentado durante tres años consecutivos, según la Agencia Internacional de Energía (AIE).

Aunque las fuentes de gases efecto invernadero son múltiples: una importante y quizá menos evidente que grandes chimeneas humeantes es el ganado. De acuerdo con una medición de 2013 realizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el 14,5% de las emisiones producto de actividades humanas provienen de la crianza de ganado. Y un artículo publicado en la revista PLOS One, asegura también las mascotas tiene su parte de culpa en el efecto invernadero: los gatos y los perros son responsables de 25 a 30% del impacto ambiental del consumo de carne en los Estados Unidos. De acuerdo con estas proyecciones, si las mascotas estadounidenses conformaran un país aparte, este ocuparía el quinto lugar en consumo mundial de carne, siendo solo superado por Rusia, Brasil, Estados Unidos y China.

Fuente: nmas1.org