Las lenguas siguen siendo un lastre para la ciencia global

Más de un tercio de los nuevos estudios científicos se publican en idiomas que no son inglés, lo que puede dar lugar a que se pasen por alto sus resultados o a sesgos en su comprensión.

Además de la pérdida de ciencia importante para la comunidad internacional, el lenguaje impide que nuevos descubrimientos lleguen a estudiosos en las respectivas áreas de conocimiento, advierten investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.

Estos científicos argumentan que cuando la ciencia sólo se publica en un idioma, incluso aunque se trate únicamente del inglés, se crean barreras para la transferencia del conocimiento.

Los investigadores de Cambridge invitan a las revistas científicas a publicar resúmenes básicos de las principales conclusiones de un estudio en múltiples idiomas, así como a universidades y organismos de financiación a alentar a las traducciones como parte de sus criterios de evaluación. “Aunque reconocemos la importancia de una lengua franca y la contribución del inglés a la ciencia, la comunidad científica no debe asumir que toda la información importante se publica en inglés”, dice el doctor Tatsuya Amano, del Departamento de Zoología de Cambridge.

“Las barreras lingüísticas continúan impidiendo la recopilación y aplicación mundial del conocimiento científico”, añaden y señalan un desequilibrio en la transferencia de conocimiento en países donde el inglés no es la lengua materna. “Muchos conocimientos científicos que se han originado allí y en otros lugares están disponibles sólo en inglés y no en sus idiomas locales”, dicen.

Un problema específico en el caso de las ciencias ambientales

Se trata de un problema particular en temas en los que tanto la experiencia local como la implementación son vitales, como las ciencias ambientales. Como parte de este trabajo, publicado este jueves en la revista ‘Plos Biology’, se entrevistó a los responsables de las áreas naturales protegidas de España. Más de la mitad de los encuestados identificaron el lenguaje como un obstáculo para utilizar la ciencia más reciente para la gestión del hábitat.

El equipo de Cambridge también realizó una prueba decisiva sobre el uso del lenguaje en la ciencia. Analizaron la plataforma web Google Scholar –uno de los mayores depósitos públicos de documentos científicos en cuanto al uso de 16 idiomas en estudios relacionados con la conservación de la biodiversidad publicados durante un solo año, 2014.

De los más de 75 mil documentos, incluyendo artículos de revistas, libros y tesis, un 35.6 por ciento no estaba en inglés. De ellos, la mayoría eran en español (12.6 por ciento) o portugués (10.3 por ciento), mientras que el seis por ciento era en chino simplificado y el tres por ciento en francés. También encontraron miles de documentos científicos de conservación recientemente publicados en otros idiomas, incluyendo varios cientos cada uno en italiano, alemán, japonés, coreano y sueco.

El muestreo aleatorio mostró que, en término medio, sólo alrededor de la mitad de los documentos no ingleses también incluían títulos o resúmenes en inglés. Esto significa que alrededor de 13 mil documentos sobre ciencias de la conservación publicados en 2014 no se pueden buscar usando palabras clave en inglés.

Esto puede resultar en barridos del conocimiento científico actual –conocidos como “revisiones sistemáticas”– que están sesgados hacia la evidencia publicada en inglés, según los investigadores. Esto, a su vez, puede llevar a la sobre-representación de los resultados considerados positivos o “estadísticamente significativos”, y estos son más probables que aparezcan en las revistas en inglés consideradas de alto impacto.

Además, la información sobre áreas específicas de países donde el inglés no es la lengua materna puede pasarse por alto al buscar sólo en inglés. Para la ciencia ambiental, esto significa un conocimiento importante relacionado con especies, hábitats y ecosistemas locales, pero también se aplica a las enfermedades y a las ciencias médicas. Por ejemplo, los documentos que informaban de la infección de cerdos con gripe aviar en China inicialmente pasaron desapercibidos por las comunidades internacionales, incluidas la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Naciones Unidas (ONU), debido a su publicación en revistas en chino.

Superar las barreras del idioma para un conocimiento menos sesgado

“El conocimiento científico generado en el campo por hablantes no nativos de inglés está inevitablemente sub-representado, particularmente en las principales revistas académicas de inglés, lo que potencialmente hace que el conocimiento local e indígena no esté disponible en inglés”, lamenta Amano.

“El verdadero problema de las barreras idiomáticas en la ciencia es que pocas personas han tratado de resolverlo. Los nativos de habla inglesa tienden a asumir que toda la información importante está disponible en inglés. Pero esto no es cierto, como mostramos en nuestro estudio. Por otro lado, los hablantes no nativos de inglés, como yo, tienden a pensar que realizar la investigación en inglés es la primera prioridad, a menudo terminando ignorando la ciencia no inglesa y su comunicación. Creo que la comunidad científica necesita comenzar a abordar seriamente esta cuestión”, apunta.

Amano y sus colegas afirman que, al realizar revisiones sistemáticas o desarrollar bases de datos a escala mundial, deberían incluirse en la discusión hablantes de una amplia gama de idiomas: al menos español, portugués, chino y francés, los cuales, en teoría, cubren la gran mayoría de documentos científicos no ingleses.

El sitio web conservationevidence.com, un depósito para la ciencia de la conservación desarrollado en Cambridge por algunos de los autores, también ha establecido un panel internacional para extraer los mejores documentos en idiomas diferente al inglés, incluyendo portugués, español y chino.

“Se debe alentar a las revistas, los donantes, los autores y las instituciones a que suministren traducciones de un resumen de una publicación científica, independientemente del idioma en que se publique originalmente”, dice Amano. Los autores de esta investigación han proporcionado un resumen en español, portugués, chino y francés, así como japonés.

Los investigadores sugieren que los esfuerzos por la traducción deben ser evaluados de manera similar a otras actividades de divulgación como el compromiso público, particularmente si la ciencia cubre temas relevantes a escala global o regiones donde el inglés no es la lengua materna. “Debemos ver esto como una oportunidad, así como un desafío. Superar las barreras del idioma puede ayudarnos a lograr un conocimiento menos sesgado y mejorar la aplicación de la ciencia a nivel mundial”, concluye.

Fuente: Europa Press