Un estudio concluye que la expansión del vehículo eléctrico puede acelerarse entre cinco y siete años si se impulsa desde los gobiernos en vez de limitarse a los consumidores
Es posible que el futuro de los coches sea eléctrico, pero llegar hasta él exigirá la toma de duras decisiones políticas por parte de los gobiernos.
Un nuevo informe de Bloomberg New Energy Finance y McKinsey & Company reafirma lo que ya dijo en el pasado MIT Technology Review: para 2030, los vehículos eléctricos dominarán buena parte del transporte. Según la nueva investigación, para entonces hasta dos tercios de todos los automóviles en circulación en algunas ciudades ricas podrían ser eléctricos.
Cualquiera que visitara el Salón del Automóvil de París (Francia) el mes pasado puede que crea que ese futuro es inevitable. En la capital francesa, se anunciaron hasta dos docenas de nuevos coches eléctricos. Muchos se pondrán a la venta el próximo año, y la mayoría para 2020. Los anuncios de BMW sugieren que los coches eléctricos podrían llegar a representar hasta el 25 por ciento de sus ventas -cerca de 500 mil coches cada año- durante los próximos 10 años.
La capacidad de crear coches eléctricos para el mercado de masas -en cierto modo impulsada por Elon Musk y su visión para él, y con cada vez más competencia, futuro Modelo 3 de Tesla- ha sido facilitada en parte por la rápida caída del coste de las baterías de iones de litio. Los precios han caído un 65 por ciento desde 2010 y se espera que vuelvan a reducirse hasta la mitad durante los próximos 10 años.
Sin embargo, y a pesar de tanto optimismo, la adopción masiva de vehículos eléctricos aún requerirá agresivas decisiones políticas. El informe de Bloomberg-McKinsey sugiere que una adopción únicamente impulsada por los consumidores podría tardar entre cinco y siete años más que otra impulsada por la regulación y la legislación, es decir, por el gobierno.
La Unión Europea ya está sentando un precedente considerable del tipo de cambios que se requerirán. Según el periódico The Guardian, un nuevo borrador de una directiva de la UE -la cual se espera que se promulgue para 2019- exigirá que cada vivienda nueva o renovada en Europa cuente con un punto de recarga para vehículos eléctricos. Otra norma, esta para antes de finales de año, exigirá que al menos el 10 por ciento de las plazas de aparcamiento en edificios nuevos incluyan un punto de recarga.
La semana pasada, el Consejo Federal de Alemania, el Bundesrat, aprobó una resolución para prohibir el motor de combustión interna para 2030 por toda la UE. El voto no tendrá demasiado peso de manera aislada, porque depende de la propia UE tomar una determinación así, pero sí envía un mensaje muy claro acerca de las intenciones del Gobierno alemán. Y, como señala Forbes, históricamente Alemania ha ejercido una importante influencia sobre la legislación comunitaria.
Ese tipo de iniciativas y normas pueden acelerar la expansión de vehículos eléctricos, pero para ello más países y ciudades tendrán que seguir el ejemplo pionero de la UE.
Fuente: technologyreview.es