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La polémica terapia de electrochoque con la que tratan a niños con autismo severo

La terapia de electrochoque -en la que una pequeña corriente o pulsación eléctrica pasa a través del cerebro y causa una convulsión- hoy no se usan tanto como lo hacían a mediados del siglo pasado.

Sin embargo, ahora, y de forma controversial, es empleada en Estados Unidos y otros países como posible tratamiento para niños con autismo severo que sufren un trastorno de automutilación.

Jonah Lutz es un niño autista y, cuando era más pequeño, a menudo se golpeaba a sí mismo con bastante violencia.

Su madre, Amy, sostiene que si no fuera por la terapia de electrochoque, su hijo debería estar recluido para siempre en un hospital, para su seguridad y la de su familia.

La terapia, también conocida por sus siglas TEC, se hizo famosa por la película de 1975 “One Flew Over the Cuckoo’s Nest” (“Atrapado sin salida” en América Latina), protagonizada por Jack Nicholson.

Este filme, en el que un grupo de enfermos son torturados con esta práctica, dejó la creencia popular de que era un tratamiento de bárbaros.

Pero para Amy, la versión moderna de la TEC es casi milagrosa.

“La TEC transformó la vida de nuestro hijo y por supuesto la nuestra”, explica.

Se estima que uno de cada 10 niños que tienen autismo severo se golpean a sí mismos, lo que les causa a menudo heridas serias como narices rotas y desprendimiento de retina.

Y lo peor es que no se sabe por qué. Algunas teorías sugieren que es una reacción de ansiedad por el exceso de estímulos sensoriales, otros por la frustración por lo mucho que les cuesta comunicarse.

Lo cierto es que aunque la TEC alivia los síntomas, no es una cura. En Estados Unidos esta terapia se ha estado usando -y desarrollando- en los últimos diez años en niños como Jonah.

Unos pocos centenares

“La mejor manera de cambiar la percepción de que el electrochoque es algo brutal es mostrando cómo es en realidad, que con los avances actuales puede cambiar la vida de pacientes como Jonah”, le dijo a la BBC Charles Kellner, director del Hospital Mount Sinaí de la ciudad de Nueva York.

Jonah es uno de los pocos centenares de niños que reciben este tratamiento. Hasta ahora se ha sometido a 260 sesiones de TEC que comenzaron cuando tenía 11 años. Ahora tiene 17.

“No sabemos exactamente por qué la terapia funciona en niños con autismo; lo que creemos es que probablemente regula los circuitos del cerebro que están desarticulados por culpa del autismo”, explicó Kellner.

El tratamiento moderno se hace sin anestesia general. Sólo se utiliza un relajante muscular para evitar las convulsiones violentas.

Cuando el paciente está listo, lo que hace Kellner es apretar un botón con el que le administra una “dosis”: un amperio de corriente en pequeños impulsos eléctricos.

El cuerpo del paciente, en este caso el de Jonah, comienza a temblar por el efecto de la corriente. La convulsión dura cerca de 30 segundos.

Amy, la madre, mira impasible el movimiento de su hijo.

“Si un doctor dice que necesita abrir el pecho de tu hijo para hacer una cirugía que le va a salvar la vida, tu se lo permitirías. Eso es aún más bárbaro y nosotros no lo consideramos algo de bárbaros “, explica.

Prohibido

Como se desconocen los efectos a la largo plazo de los niños que son tratados con la TEC, en algunos países -y de hecho en algunos estados de EE.UU.- el tratamiento no está permitido.

En Reino Unido, el Instituto Nacional de Salud desaconseja el uso de la TEC en personas menores de 18 años.

En adultas, la TEC es un tratamiento efectivo contra la depresión clínica. Pero los críticos de esta terapia objetan que su uso tiene un efecto colateral inevitable: la pérdida de memoria.

“La TEC deja una herida traumática en el cerebro. La corriente eléctrica viaja no sólo a través del lóbulo frontal, donde está la inteligencia y la creatividad, sino también en el lóbulo temporal, donde se encuentra la memoria”, le dice a la BBC el siquiatra Peter Breggin, quien se opone totalmente al uso de esta terapia.

Pero este argumento palidece ante el fuerte deseo de algunos padres de que sus hijos mejoren.

Chad Calvaresi y su esposa Kaci, quienes podrían beneficiarse del tratamiento para su hija de 11 años Sofija, creen en el alivio que proporciona la TEC.

“Cuando ella me atacaba, mi instinto como madre era agarrarla, abrazarla y esperar. Pero creció y se hizo tan fuerte que ya no podía ni sujetarla”, explica Kaci.

Kaci y su esposo adoptaron a Sofija en 2009, cuando tenía 3 años. Antes, la bebé había estado en un orfanato donde no habían cuidado muy bien de ella. Hace un año comenzó a golpearse.

“Era tan violento que en una ocasión terminó con la nariz destrozada, los labios abiertos y sangrando. El cuerpo lleno de moretones. Estaba asustada de mi propia hija”.

Durante seis meses, Sofija recibió tratamiento con medicamentos, pero los resultados no fueron los esperados.

Entonces fue recluida en el Instituto Kennedy Krieger de Baltimore, pero allí se requería de por lo menos tres enfermeros para poder controlar sus brotes de violencia y automutilación.

Fue entonces, después de agotar todos los métodos tradicionales, que el médico de la menor accedió a solicitar la TEC. Un mes después de la terapia, Sofija pudo regresar a casa.

Tras seis meses de tratamiento -unas 30 sesiones- la mejora de la niña parece evidente: va a la piscina, juega con sus hermanos y está recibiendo clases de matemáticas e inglés.

“Ella es aguda y brillante. Y el único episodio de pérdida de memoria que ha tenido ha sido que no recuerda que ha ido a una sesión de TEC”, afirma Kaci.

Controversial

Por el momento la terapia de electrochoque para niños autistas, como el caso de Sofija, es muy limitada, y sin estudios de largo plazo que la respalden sigue siendo muy polémica.

Pero los padres de Sofija no se arrepienten: ella está de regreso en casa.

Aunque todavía necesite una sesión cada semana, porque los ataques contra sí misma no han desaparecido, ahora son más manejables, según sus padres.

A favor y en contra de la TEC

El Colegio Real de Psiquiatras de Reino Unido asegura que la TEC es un “es un seguro y efectivo tratamiento para la depresión” en adultos, pero advierte que algunos médicos están en contra del método.

A favor

Muchos doctores y enfermeras dicen que han visto que la TEC alivia a enfermos con depresión severa en los que otros tratamientos han fallado.

Teniendo en cuenta que el 15% de los pacientes con depresión severa terminan suicidándose, los defensores de la terapia argumentan que puede salvar vidas.

Las personas que lo han utilizado dicen que si vuelven a caer en una depresión severa, la utilizarían nuevamente.

En contra

Algunos ven la TEC como un tratamiento que pertenece al pasado. Afirman que los efectos colaterales son severos y que los psiquiatras, de forma deliberada o accidental, han ignorado lo graves que pueden ser.

Según ellos, los daños en el cerebro son permanentes, también en el funcionamiento de la mente. Algunos quieren que se prohiba la TEC.

Fuente: bbc.com