La perspectiva de género se reivindica entre los diez estudios de mayor impacto de 2017

Cada año, la ciencia se ve ante el reto de conseguir llegar a la opinión pública, dar a conocer sus logros y difundir sus problemas. Y ni la mejor ciencia es la que más interés despierta ni todo lo contrario. Por ejemplo, el estudio de mayor difusión e impacto del año pasado fue un artículo de Barack Obama publicado en Science reivindicando la lucha contra el cambio climático (que hubiera repetido también este año). Otros años, estuvieron entre los más difundidos estudios sobre el impacto emocional de Facebook. En este ranking de los 100 estudios de más impacto siempre se cuelan estudios de verdad relevantes desde el punto científico, pero sobre todo refleja el zeitgeist, el espíritu que vive la ciencia en cada año. Y este año, también en ciencia, ha sido el de la reivindicación de la mujer en la investigación y la denuncia del sexismo que sufre.

Además de los estereotipos machistas y la perspectiva de género, también han tenido relevancia asuntos como la robótica y el cambio climático, pero por peso total es la salud lo que más destaca (como cada año). Más de la mitad de la lista (53%) son artículos en revistas médicas o dirigidos a una audiencia sanitaria y tres revistas médicas, The Lancet, BMJ y JAMA, marcan su importancia en la lista con 22 artículos (Nature suma 16). 69 de los artículos tienen al menos un autor de una institución estadounidense y Harvard (11), Cambridge (7) y la University College London (6) son las instituciones más mencionadas en esta lista que realiza cada año Altmetric. Es importante destacar que hablamos de estudios que han captado la atención del público, no de calidad, tras rastrear las menciones de 2,2 millones de estudios en redes sociales, noticias, blogs, la Wikipedia y otras fuentes.

Estos son los diez trabajos de mayor impacto de 2017:

  1. Ingesta de grasas, carbohidratos, enfermedades cardiacas y mortalidad. El estudio científico de mayor impacto social saltó a la palestra a finales de agosto, de la mano de la revista médica The Lancet. Gran parte de su difusión se debió a las redes sociales, sobre todo a Twitter, porque el trabajo tenía dos características que lo hacían apetitoso: dietas y polémica. El estudio hacía referencia a que la ingesta de carbohidratos se asocia con la mortalidad más que las grasas, lo que generó innumerables titulares sobre lo que debíamos comer o no. Sin embargo, especialistas en la materia no tardaron en señalar diversos problemas con el estudio, desde su diseño hasta las conclusiones, criticando que generaba un concepto equivocado de la nutrición.
  2. Sacarte un doctorado es malo para tu salud mental. Un estudio que tuvo éxito, básicamente, gracias a los chascarrillos en las redes, con poca presencia en medios. Realizado en Bélgica, el trabajo señalaba que los estudiantes de doctorado tienen casi tres veces más presencia de problemas psicológicos que otros graduados universitarios. Algunos medios, más allá de las bromas, se preocuparon de pensar soluciones, como sindicatos académicos.
  3. Los pacientes atendidos por médicas sufren menor mortalidad. En tercer lugar se coloca un estudio de la escuela de Salud Pública de Harvard que aborda la sanidad desde una perspectiva de género, una visión de la ciencia que cada vez toma más importancia como se demuestra por la difusión de estos resultados. El trabajo asocia la mortalidad de los pacientes hospitalizados con el género del especialista que está a su cargo. Las médicas parecen mostrar mayor capacidad para salvar vidas a nivel poblacional. Los investigadores estimaron que si los médicos varones pudieran lograr los mismos resultados que sus colegas mujeres, habría 32.000 muertes menos cada año entre los pacientes de Medicare, en el sistema sanitario de EE UU.
  4. Científicos de varios países corrigen una enfermedad hereditaria en embriones humanos. Este estudio consiguió un gran impacto debido a la importancia de su logro: científicos en EE UU, Corea del Sur y China conseguían eliminar con éxito una enfermedad hereditaria en embriones humanos por primera vez. Como explicaba Nuño Domínguez en Materia, estos investigadores usaron CRISPR, “una tecnología que permite modificar el genoma de cualquier ser vivo con mucha facilidad, para corregir la mutación en espermatozoides de un hombre portador de la enfermedad”. La corrección de una enfermedad genética en cigotos humanos es posible, tras resolver los principales problemas técnicos, pero ahora se debe abrir un debate social, ético y jurídico sobre lo que queremos hacer con nuestro genoma.
  5. Las niñas, a partir de los 6 años, se ven menos brillantes que los niños. De nuevo la importancia de la perspectiva de género, en este caso para la promoción de vocaciones en las niñas y para explicar la ausencia de mujeres en las carreras de ciencias. Según explicaba Daniel Mediavilla, en este estudio publicado por la revista Science se preguntaba a niños y a niñas si, cuando se les citaba a alguien especialmente inteligente, creían que era hombre o mujer. “Cuando los pequeños tenían cinco años, no se observaban diferencias. Sin embargo, a partir de los seis o los siete años, la probabilidad de que las niñas considerasen que la persona brillante fuese de su sexo descendía”. La importancia de un trabajo como este explica su gran difusión, que solo en EL PAÍS llegó a estar referenciado seis veces: tres en Materia, dos en Retina y otra en Verne.
  6. La biomasa de insectos se reduce en 75% en casi tres décadas. La importancia de la naturaleza y más concretamente la masiva extinción de especies provocada por la humanidad toma relevancia aquí. Se trata de un estudio alemán que muestra el declive de los insectos, muchos de los cuales son imprescindibles para la polinización de alimentos. Un peligro real.
  7. El número de niños obesos se multiplica por 10 en cuatro décadas. “La obesidad también es una consecuencia de la mala nutrición”, explicaba en octubre Chiara di Cesare, experta en salud pública y coautora del estudio publicado en la revista médica The Lancet. De nuevo la importancia creciente de la alimentación en el ámbito de la divulgación de la ciencia, más específicamente la preocupación gigante que hay entre las autoridades sanitarias por la epidemia de obesidad. “En el mundo hay ya 124 millones de niños y jóvenes —explicaba Nuño Domínguez— que sufren obesidad, 10 veces más que lo que se registraba hace cuatro décadas. Mientras este problema sigue creciendo entre los más jóvenes, el avance de la desnutrición se está ralentizando a nivel global”.
  8. Una cola de dinosaurio con plumas conservada en ámbar. “Los comerciantes birmanos creían que se podía vender como una curiosidad o una joya, pero resultó ser una cola de dinosaurio… con plumas”, explicaba Materia sobre este estudio publicado en Current Biology que ha tenido gran impacto global gracias a la red china. “El paleontólogo chino Lida Xing, de la Universidad China de Geociencias en Pekín, se interesó por esta rareza del tamaño de un melocotón en un mercadillo de ámbar en el norte de Birmania y tras estudiarlo junto a su equipo, y otros investigadores de Canadá y Reino Unido, han concluido que el trozo de ámbar ha conservado una cola con plumas de un dinosaurio de 99 millones de años”.
  9. La nueva vacuna del ébola es eficaz al 100%. Tras el terror que provocó hace un par de años la peor epidemia de ébola de la historia, llegaba la prueba de que con un esfuerzo coordinado de las instituciones podía derrotar a una enfermedad que parecía invencible. “Aunque estos resultados convincentes llegan demasiado tarde para aquellos que perdieron la vida durante la epidemia de ébola de África Occidental, muestran que cuando se produzca el próximo brote de ébola, no estaremos indefensos”, dijo la autora principal del estudio, Marie-Paule Kieny, subdirectora general de Sistemas de Salud e Innovación de la OMS.
  10. Un útero artificial que podría salvar a muchos bebés prematuros. Unos investigadores estadounidenses usaron un feto de cordero, que se asemeja más a los recién nacidos extremadamente prematuros de 23-24 semanas, para probar un útero de plástico que permitiría dar tiempo al feto “para desarrollar adecuadamente sus pulmones, su corazón, su cerebro y su frecuencia respiratoria, entre otros”.

Además, entre las cien publicaciones científicas de mayor difusión de 2017 aparecen seis con participación española: El embarazo cambia el cerebro de la madre (23), unos gusanos que supuestamente comen plástico (24), La calidad del esperma de los occidentales ha bajado a la mitad en 40 años (26), un paso más hacia el cultivo de órganos humanos en cerdos (37), los neandertales tenían sus propias ‘aspirinas’ (69) y el hallazgo de una nueva especie de orangutanes en Indonesia (72).

Fuente: elpais.com