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La ciencia ucraniana está bajo los escombros de la guerra

El MIT se retira del Silicon Valley de Moscú, aumentando el aislamiento a la ciencia rusa, al que se ha sumado también Dinamarca

La ciencia de Ucrania ha quedado paralizada por la guerra, al mismo tiempo que el cerco a la ciencia rusa aumenta después de que el emblemático MIT suspendiera su colaboración con el pretendido Silicon Valley de Moscú. La ciencia española guarda silencio, mientras misiles rusos han impactado un depósito de residuos radiactivos en Kiev, sin consecuencias.

La ciencia se ha quedado completamente paralizada en Ucrania como consecuencia de la invasión rusa: la Fundación Nacional de Investigación de Ucrania (NRFU), constituida en 2018, está repartiendo alimentos entre las personas que se refugian en sótanos para sobrevivir a los bombardeos.

La Fundación forma parte del impulso del gobierno ucraniano para establecer una institución de investigación que pueda organizar concursos de financiación transparentes y basados ​​en la excelencia para investigadores ucranianos.

Se esperaba que la nueva institución ayudara a mejorar un sistema de investigación con fondos insuficientes y detuviera el éxodo de académicos y científicos hacia otros países.

Pero con el caos provocado por la invasión rusa, la Fundación tuvo que detener el despliegue de fondos para 269 proyectos que debían comenzar el 1 de marzo.

La ciencia en Ucrania ha colapsado. “Todo se ha detenido”, declaró Olga Polotska, directora ejecutiva de la Fundación, a la revista Science/Business.

Situación desoladora

La situación es desoladora: solo unos pocos investigadores pueden continuar con su trabajo, mientras que la mayoría ha dejado sus puestos para unirse al ejército, esconderse en refugios antibombas o simplemente huir de sus hogares y convertirse en refugiados en países vecinos. Algunos incluso se han visto atrapados en territorios ocupados por el ejército ruso, asegura la citada revista.

Polotska dijo que sus colegas en Kharkiv, una ciudad de 1,4 millones en el noreste del país, le informaron que los edificios del instituto de investigación de física y tecnología, y del instituto de investigación educativa de la ciudad, fueron destruidos por los bombardeos de la aviación rusa.

A todo ello se añade un riesgo totalmente imprevisto y no menos peligroso: la Inspección Estatal de Regulación Nuclear de Ucrania (SNRIU) ha informado al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que había habido impactos de misiles rusos en el emplazamiento de una instalación de desechos radiactivos en la capital, Kiev, pero que no hubo daños en el edificio ni informes de emisión radiactiva.

Cadena de aislamientos

En una declaración publicada en el sitio web de la Fundación poco después de que comenzara la guerra, Polotska instó a los investigadores de Europa occidental a cortar los lazos con sus homólogos rusos.

El viernes, Alemania fue el primer país de la UE en anunciar el cese total de su histórica cooperación con Rusia en ciencia, investigación, y educación y formación profesional, pero otros países todavía están debatiendo si tomar decisiones similares.

A esta renuncia se suma ahora el potente Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), que ha anunciado la interrupción de su asociación, de 11 años de antigüedad, con el centro tecnológico de Rusia, Skolkovo.

Skolkovo es un gran complejo académico y de investigación en los suburbios del oeste de Moscú que pretendía ser el Silicon Valley de Rusia. Después del colapso de la Unión Soviética, el MIT se convirtió en el socio académico occidental principal de Skolkovo.

Gesto significativo

A principios de 2011, el MIT fue fundamental para ayudar a planificar los cursos de alta tecnología y los programas de capacitación en Skoltech, aunque desde 2014 ha moderado su implicación por suspicacias ante el posible acceso de Rusia a tecnologías de vanguardia.

Todo esto ha colapsado por efecto de la guerra. Pero no es la única consecuencia de la iniciativa bélica rusa: el movimiento del MIT es la acción de más alto perfil hasta ahora en un debate académico global sobre si Occidente debiera cortar los lazos educativos y científicos con Rusia y cómo hacerlo.

Además de la comunidad científica alemana y del MIT, un destacado miembro alemán del Parlamento Europeo ha pedido a la Unión Europea que excluya a los investigadores rusos del programa insignia de I+D de la UE, Horizon Europe. Rusia forma parte este programa y de otros esquemas de financiación europeos.

Y después de Alemania, Dinamarca suspendió ayer toda cooperación educativa, de investigación e innovación con instituciones de Rusia y Bielorrusia, según informó el gobierno en un comunicado, mientras que el Reino Unido, Suecia, Dinamarca y los Países Bajos están considerando seguir el ejemplo de ambos países.

La ciencia española guarda silencio

En España no hay indicios de una reacción en respuesta a la invasión de Ucrania, según diversas fuentes consultadas por Tendencias21, ni en el ámbito de las instituciones científicas más representativas, ni tampoco en el ámbito de las empresas tecnológicas vinculadas a la seguridad, que guardan un significativo silencio al respecto.

La colaboración internacional se ha vuelto cada vez más importante para la ciencia rusa, por lo que cualquier movimiento científico de aislamiento a este país aumenta la presión para frenar la escalada bélica, tanto en Ucrania como en sus posibles derivadas geográficas.

Según la citada revista, el 24 % de los trabajos de investigación rusos publicados entre 2017 y 2019 se escribieron con colaboradores extranjeros, según la UNESCO.

De ellos, los investigadores estadounidenses y alemanes son, con mucho, los principales socios, con Francia, Gran Bretaña y China en segundo lugar distante.

Clamor científico

La condena de la invasión ha llovido sobre Rusia desde muchos sectores, y un coro creciente está pidiendo a Occidente que rompa los lazos con los científicos rusos, destaca al respecto la revista Science.

Las repercusiones de esta estrategia no han hecho más que comenzar: la Agencia Espacial Europea (ESA) anunció el lunes que es probable que las sanciones internacionales contra Rusia y “el contexto más amplio” retrasen al menos 2 años el lanzamiento de un rover a Marte, parte de la misión de astrobiología ExoMars, patrocinada conjuntamente por Rusia y la ESA.

Además, después de que el Ministerio de Investigación de Alemania ordenara la suspensión de la colaboración con Rusia, informa Science, el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre apagó el instrumento principal del satélite de investigación Spektr-RG de Rusia: el telescopio de exploración de rayos X eRosita, de gestión alemana, destinado a sondear la gran superficie del universo.

Y, como ya informamos, las sociedades matemáticas de varios países anunciaron la semana pasada que no participarán en el Congreso Internacional de Matemáticos, que estaba programado para San Petersburgo, Rusia, en julio, aunque ahora planea volverse virtual.

Google Maps se apaga en Ucrania

Por último, Google Maps ha desactivado temporalmente los datos de tráfico real en Ucrania, para que esa información no pueda ser utilizada por las tropas rusas en perjuicio de las autoridades, los soldados y los ciudadanos ucranianos, según informa Reuter.

Google también ha suspendido la difusión de datos sobre la asistencia a lugares públicos, como tiendas, restaurantes o parques públicos, siempre con el objetivo de proteger a las poblaciones ucranianas.

Redes sociales como Facebook y Twitter han limitado asimismo su acceso al territorio ruso, con el fin de censurar cualquier contenido prorruso. Facebook y Google también han bloqueado la monetización de ciertos medios.

Fuente: levante-emv