Guam, la isla que se volcó para que su ‘app’ de rastreo de covid-19 fuera un éxito
Gracias a sus fuertes vínculos comunitarios y al liderazgo local, casi el 30 % de los residentes de este pequeño territorio de EE. UU. ubicado en Asia descargaron su aplicación de rastreo y notificación de exposición al coronavirus. Una televisión local organizó un “maratón de descargas” y las tiendas ofrecían premios
Mientras los casos de coronavirus (COVID-19) siguen aumentando en todo el mundo, cada país combate el virus con un arsenal distinto de armas. Aunque, en muchos casos, las principales estrategias se repiten: uso obligatorio de mascarillas, limitación de movimiento y reunión, cierre de establecimientos, test de diagnóstico, rastreo y notificaciones de exposición.
Pero, mientras muchos países tienen dificultades para que todas sus herramientas funcionen, el pequeño territorio estadounidense de Guam, más cercano a la península de Corea que a la parte continental de América del Norte, puede dar ejemplo de cómo unir a las comunidades alrededor de al menos una parte del rompecabezas: el rastreo automático de contactos mediante teléfonos inteligentes.
Sin presupuesto y dependiendo casi por completo del esfuerzo voluntario autóctono, Guam ha logrado que el 29 % de los residentes adultos de la isla descarguen su aplicación de notificación de exposición, una tasa de adopción que supera a países con muchos más recursos.
Un esfuerzo colaborativo
Guam identificó sus primeros casos de COVID-19 en marzo, pero, unas semanas más tarde, recibió la atención internacional (y un gran aumento de número de casos) cuando un barco de la Armada de Estados Unidos afectado por el coronavirus recibió la orden de atracar en la base naval de la isla. Los marineros que dieron negativo fueron puestos en cuarentena en hoteles locales y se les prohibió interactuar con los civiles.
Tener tantos casos positivos en la isla demostró lo vulnerable que era el territorio, pero también dio lugar a muchos nuevos voluntarios dispuestos a ayudar.
Casi al mismo tiempo, el programador local de la empresa de software NextGenSys de Guam Vince Muñoz recibió una llamada. A la isla se le ofreció una asociación con la Fundación PathCheck, la organización sin ánimo de lucro que creaba aplicaciones gubernamentales de rastreo de contactos. Muñoz, que vio de inmediato la oportunidad de ayudar a su comunidad a combatir la nueva amenaza, explica: “Es algo que se hace para ayudar a otras personas. Nos da el poder de ayudar a reducir la propagación del virus”.
El rastreo digital de contactos es una de las estrategias para que las autoridades sanitarias reduzcan la propagación de la COVID-19 mediante el uso de teléfonos inteligentes para rastrear quién ha estado expuesto. Y, aunque las notificaciones de exposición no han resultado ser la panacea que muchos esperaban, una nueva investigación sugiere que romper unos pocos eslabones en la cadena de transmisión puede salvar vidas.
Así que, el equipo de voluntarios de Muñoz se unió a PathCheck (fundada en el MIT) para crear una app que bautizaron como COVID Alert. Igual que la mayoría de las aplicaciones de notificación de exposición, la suya también utiliza el sistema creado por Google y Apple que alerta a las personas de que se han cruzado con alguien que luego dio positivo en la prueba de diagnóstico de COVID-19 mediante señales de Bluetooth. A partir de ese momento, se les insta a ponerse en contacto con las autoridades sanitarias locales de la isla y tomar las medidas necesarias. Todo se hace de forma anónima para proteger la privacidad.
Después de varios meses de pruebas y ajustes, la aplicación estaba lista. Pero aún faltaba una pieza importante: los usuarios. Al fin y al cabo, cualquier app de rastreo de contactos necesita tantas descargas como sea posible para marcar la diferencia. Muñoz conocía a las personas adecuadas para generar el interés: la Oficina de Visitantes de Guam. El turismo es muy importante para la isla, que recibe más de 1,5 millones de visitantes cada año, casi 10 veces la población local. En tiempos previos a la pandemia, la oficina ayudaba a los turistas a planificar su viaje a las “playas de arena con forma de estrella” de Guam. El personal aceptó la oportunidad para ayudar.
Con la ayuda del epidemiólogo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de la isla, Thane Hancock, y de la responsable de información pública del Departamento de Salud Pública y Servicios Sociales de Guam, Janela Carrera, el equipo empezó a crear una campaña de marketing.
La CEO de la empresa de marketing Galaide Group de Guam, Monica Guzman, que trabaja con la Oficina de Visitantes de la isla, explica. “Como no contábamos con ninguna financiación, decidimos crear una campaña local. Guam es una comunidad muy pequeña. Todos somos familia, vecinos o amigos”.
Mientras PathCheck y el equipo de desarrollo de Muñoz trabajaban en la aplicación, la Oficina de Visitantes comenzó a comunicarse con los grupos comunitarios y las organizaciones sin ánimo de lucro para crear conciencia. Organizó llamadas de Zoom con distintos organismos, escuelas y grupos culturales de toda la isla para transmitir el mensaje de que la app podría ayudar a eliminar el virus si lograban que suficientes personas aceptaran convertirse en “luchadores contra la COVID”.
“Las escuelas, las agencias gubernamentales, los medios de comunicación, todos se unieron”, asegura Carrera.
Estos esfuerzos colaborativos forman parte de lo que los investigadores de ética del Instituto Federal Suizo de Tecnología recientemente denominaron como “creación gradual de la confianza pública”. Para convencer a las personas de que utilicen una tecnología novedosa como la notificación de exposición, hay que acercarse a los sitios donde viven las personas y conseguir la aceptación de los líderes comunitarios.
Todo un pueblo en WhatsApp
Cuando la app estuvo lista para su lanzamiento en septiembre, llegó el momento de correr la voz.
El día antes del lanzamiento oficial, el jefe de marketing de la Oficina de Visitantes, Russell Ocampo, envió un mensaje sobre la aplicación a grandes e incontrolables grupos de WhatsApp de Guam. Ese mensaje se reenvió por toda la isla, lo que dio lugar a casi 3.000 descargas de forma inmediata. El responsable recuerda: “Lo recibí unas 10 veces de otras personas”.
Otras 6.000 personas hicieron lo mismo al día siguiente durante la rueda de prensa, incluido el gobernador, quien la descargó en directo.
El esfuerzo recibió una muestra de apoyo con la que muchos países solo podrían soñar. Las tres principales empresas de telecomunicaciones de la isla enviaron mensajes de texto gratuitos animando a las personas a descargar la aplicación. Una cadena de televisión local organizó un “maratón de descargas” de dos horas para tratar de promover el uso de la app. El programa contó con actuaciones de os músicos locales, intercaladas con la información sobre la aplicación, incluida la desacreditación de los mitos sobre la privacidad y otras preocupaciones.
Si los espectadores podían demostrar que descargaron la aplicación durante el programa, se les ofrecía la oportunidad de ganar 10.000 dólares (8.355 euros) en premios, muchos de los cuales fueron donados personalmente por miembros de la Oficina de Visitantes de Guam y otras personas que trabajaron en la app.
El centro ha también ha cedido premios para las agencias gubernamentales cuyos empleados acumulen la mayor cantidad de descargas. Y las pequeñas empresas, ansiosas por reactivar la economía, han dado obsequios a los clientes: un centro comercial regalaba una caja de bombones a los visitantes que descargaban la aplicación.
Desafíos
Pero, lo más importante, ¿ha funcionado la app? A pesar de ese exitoso lanzamiento, la respuesta de Guam contra la COVID-19 se ha enfrentado a grandes desafíos en general. Muchas personas, especialmente las de grupos étnicos minoritarios que llegaron a Guam desde otras islas del Pacífico, viven en viviendas multigeneracionales y superpobladas, a menudo con un acceso limitado a la atención médica e incluso a las herramientas básicas de higiene como las aguas residuales municipales. Las autoridades sanitarias recientemente han empezado a realizar las pruebas de diagnóstico puerta a puerta en estos barrios y han encontrado las tasas de positivos de hasta 29 %.
A principios de abril, la Oficina del gobernador proyectaba que el virus podría llevarse la vida de 3.000 personas, casi el 2 % de la población de la isla, en los próximos cinco meses. Esa terrible predicción aún no se ha hecho realidad. Hasta el lunes 30 de noviembre, según los informes, 112 personas habrían muerto de la COVID-19 en Guam. En general, la trayectoria del territorio ha sido similar a la de Estados Unidos: los casos se mantuvieron bajos durante la mayor parte del verano, antes de empezar a aumentar de manera constante durante el otoño y disparándose a principios de noviembre.
Aunque una gran parte de la población ha descargado la aplicación, un gran reto ha sido lograr que la gente suba los resultados positivos de las pruebas. Esto se debe, en parte, a que algunas quedan en estado de shock cuando reciben la noticia sobre su diagnóstico, opina la responsable del departamento de Salud, Janela Carrera.
Los rastreadores de contactos llaman a todos los que dan positivo. Parte de su conversación implica recomendar que las personas suban su resultado: así es como la app puede enviar las notificaciones de exposición (anónimas) a las personas que han estado cerca unas de otras. Pero, esa primera llamada puede resultar demasiado estresante, y no es un buen momento para sugerir que prueben una nueva app o pasen por el proceso de introducir un código numérico especial que inicia la cadena de notificaciones.
“Especialmente si tienen síntomas, pueden pensar, ‘Dios mío, puede que no supere esto’ o ‘Podría contagiar a otras personas en mi casa’. Así que [los rastreadores de contactos] realizan un seguimiento unos días después, cuando han tenido la oportunidad de recuperarse, y luego les ofrecen el código”, según Carrera.
Sin embargo, es evidente que algunas personas sí están subiendo esos códigos. La responsable añade: “Algunos compañeros de trabajo me dijeron: ‘¡Janela, Dios mío, recibí una notificación!'”. El propio Ocampo recibió una en octubre y estuvo en cuarentena durante 14 días.
Esto se ve reforzado por el hecho de que cuando los profesionales sanitarios realizan las pruebas puerta a puerta, ofrecen la información sobre cómo descargar la aplicación. Al mismo tiempo, otras estrategias, a menudo compartidas a través de los anuncios de servicio público multilingüe en la radio local, pueden ser más efectivas para las personas en estas comunidades, que no suelen usar teléfonos inteligentes para nada más que enviar mensajes de texto, según Munoz.
Guam se enfrenta a otro desafío muy común en todo el mundo. Resulta difícil saber exactamente qué efecto está teniendo la aplicación, admite el CTO de PathCheck Foundation, Sam Zimmermann.
Zimmermann explica: “Como Guam se preocupa mucho por la privacidad y por garantizar la seguridad de sus sistemas, su aplicación no tiene ningún tipo de análisis o registro”. Por lo tanto, no saben si los usuarios realmente entienden cómo funciona la app después de descargarla ni si prestan atención si reciben una notificación de exposición.
Aun así, aunque el equipo lanzó la aplicación con la esperanza de lograr una tasa de descarga del 60 % basada en un modelo matemático temprano, ya hay evidencia de que incluso una parte mucho más pequeña de la población que la usa puede causar un impacto positivo.
Muñoz, por ejemplo, espera que la aplicación ayude a aliviar la presión de los profesionales sanitarios que realizan actividades intensas, como las pruebas puerta a puerta. Y concuye: “Los rastreadores manuales de contacto tienen un trabajo muy difícil. No pueden seguir el ritmo de todos los que dan positivo. Cualquier pequeño porcentaje ayuda”.
Fuente: techreview.es