“Somos empleados de Google. Google debe interrumpir Dragonfly”. Así comienza la declaración de 187 empleados del gigante tecnológico, que han pedido este martes que su compañía cancele el proyecto para desarrollar una versión de su motor de búsqueda para China. La variante del buscador (conocida como “dragonfly”, “libélula” en inglés), que está en desarrollo, permite el control del Estado sobre las consultas y puede censurar resultados.
Cuatro de cada cinco firmantes son ingenieros de software de la empresa, aunque se reivindican como una parte de una comunidad mucho mayor: “Nos encontramos entre los miles de empleados que han levantado la voz desde hace meses. Organizaciones de derechos humanos y periodistas de investigación han hecho sonar las alarmas, han subrayado los graves problemas en derechos humanos y han pedido recurrentemente a Google que cancele el proyecto”, apunta el manifiesto, reproducido por el medio digital Medium, que se suma a una petición de la ONG Amnistía Internacional.
“Nuestra oposición a Dragonfly no tiene que ver [específicamente] con China: lo que objetamos son las tecnologías que ayudan a los poderosos a oprimir a los vulnerables, se encuentren donde se encuentren”, matiza el texto. “El Gobierno chino, ciertamente, no está solo en su disposición a ahogar la libertad de expresión ni a emplear su vigilancia para reprimir a la disidencia. Dragonfly podría sentar un precedente peligroso en un momento político volátil. Un precedente que dificultaría a Google negarse a concesiones similares que le dirijan otros países”, detalla el texto.
Los empleados que firman se muestran decepcionados con su compañía: “Muchos de nosotros aceptamos trabajar en Google porque teníamos en mente sus valores al respecto de la censura y la vigilancia, y porque entendimos que la empresa ponía esos valores por encima de los beneficios económicos. Después de un año de desilusiones, como el Proyecto Maven [para el desarrollo de tecnología militar en drones asistida por inteligencia artificial, una iniciativa abandonada], Dragonfly y la protección de acosadores, pensamos que ese ya no es el caso”.
La compañía ha sufrido en los últimos mensajes el envite de empleados críticos con el manejo de los casos de abuso sexual tras conocerse el de Andy Rubin, creador del sistema operativo para móviles Android. Google había recibido denuncias de acoso del ejecutivo, pero aun así lo despidió con una indemnización de 90 millones de dólares y un mensaje encomiándolo del director ejecutivo, Larry Page.
El diario digital The Intercept rebeló el pasado febrero que la compañía retomaba su viejo proyecto de un buscador para China tras dejarlo abandonado hace ocho años. En aquella ocasión, Google lo dejó precisamente por no someterse a las presiones de Pekín para vigilar las búsquedas de los internautas chinos. El reportaje publicado refería que, esta vez sí, la compañía se aprestaba a aceptar condicionantes del Gobierno chino.
Fuente: elpais.com