Ellas son las tres científicas mexicanas ganadoras del Premio ‘Para las Mujeres en la Ciencia’
‘Para las mujeres en la Ciencia’ es una iniciativa que contribuye a la igualdad de género y a la promoción de modelos a seguir para futuras generaciones de mujeres científicas
La noche de este martes se efectuó la entrega de premios y becas del programa ‘Para las Mujeres en la Ciencia’ en el Centro Cultural Roberto Cantoral, en Ciudad de México. La iniciativa a cargo de Grupo L’Oréal y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció la labor de ocho científicas mexicanas.
Bajo el lema ‘El mundo necesita ciencia y la ciencia necesita mujeres’, el proyecto celebró su decimoséptima edición en México, capítulo en donde el programa cobra vida gracias a la colaboración de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO (CONALMEX). Desde 2007 ha reconocido y visibilizado el trabajo de 100 mexicanas dedicadas a la ciencia.
Durante la ceremonia, Deborah Armstrong, CEO y presidenta de Grupo L’Oréal México, aseguró que “la ciencia tiene un rol fundamental en la creación de la sociedad de bienestar en la que vivimos. No obstante, en este camino, el talento femenino no siempre ha estado en el punto donde debería. Hay mucho trabajo por hacer para poner a la mujer al centro de la ciencia”.
La directora detalló que el proyecto ‘Para las Mujeres en la Ciencia’ nació hace 25 años a nivel mundial para visibilizar las contribuciones de las investigadoras en el ámbito científico. “Conseguimos movilizar el gran trabajo de investigación que se realiza a nivel mundial”, señaló. Celebró que siete de las galardonadas a nivel global en este programa también se han hecho acreedoras a un premio Nobel de ciencia. La iniciativa ha apoyado los estudios de 4,000 científicas en 110 países.
A pesar del avance, las instituciones involucradas coinciden en que es necesario acelerar la inclusión de las mujeres en la ciencia para capitalizar, en su totalidad, los beneficios que la aplicación de las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) ofrecen para el desarrollo social.
Andrés Morales, representante de la UNESCO en México, afirmó que “para reducir la disparidad tecnológica y de conocimiento que existe entre países y al interior de ellos, es preciso que las y los científicos dispongan de datos, fondos y posibilidades de colaboración en igualdad. Solo si aprovechamos todas la fuentes de talento podremos desbloquear el potencial que tiene la ciencia y estar a la altura de los desafíos de nuestro planeta”. El organismo especializado de las Naciones Unidas estima que solo el 33% de la investigación científica global está hecha por mujeres.
José Seade Kuri, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, aseguró que, en la actualidad, la educación, la ciencia, la tecnología y el desarrollo social forman una cadena indisoluble. “Es por ello que para la AMC apoyar este programa es una prioridad, ya que favorece espacios para impulsar la participación de las mujeres en la producción científica”, reiteró. Este año, para el premio se recibieron 113 candidaturas de 43 instituciones de la República Mexicana. La convocatoria para las becas registró 133 postulaciones de 50 institutos procedentes de 26 entidades del país.
Ganadoras del Premio Para las Mujeres en la Ciencia L’Oréal-UNESCO-AMC 2023
La edición 2023 del programa ‘Para las Mujeres en la Ciencia’ entregó cinco becas y tres premios a investigadoras consolidadas por estudios enfocados en ciencias exactas, ciencias naturales, ingeniería y tecnología.
Sandra Rodil busca nuevas rutas para mantener la sostenibilidad en el planeta
Sandra Rodil, doctora del Instituto de Investigaciones en Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue galardonada por su labor en el área de ciencia en materiales, disciplina dedicada al estudio, mejora y desarrollo de componentes.
Con 22 años de trayectoria, Rodil afirma que el gran desafío en su campo no está en solo crear nuevos materiales, sino en encontrar mecanismos que solucionen los problemas ambientales que la evolución humana ha provocado. “La innovación ahora debe estar estrechamente vinculada con la idea de cómo mantener la sostenibilidad en nuestro planeta. Debemos pensar en cómo seguir desarrollando materiales, pero al mismo tiempo, encontrar mecanismos para desecharlos y reutilizarlos”, aseguró.
Con la intención de influir en este nuevo enfoque, la doctora ha decidido salir de los laboratorios para buscar “nuevas rutas de desarrollo desde nuestra perspectiva de género”. Se convirtió en la primera coordinadora de postgrado en el Instituto de Investigaciones en Materiales. “Desde esta posición quiero cambiar las cosas para ayudar a las nuevas generaciones. Gracias al premio vamos a encontrar qué nos hace falta”.
Involucrar a las mujeres en la ciencia va más allá de ver a más investigadoras en el campo. Abrir nuevas ventanas de participación en los procesos de gobernanza y diseño de planes académicos es vital para encontrar una paridad de género y revertir la tendencia de escasez generalizada de talento en el sector.
“Estamos viendo una disminución de niños en la ciencia. No queremos eso, queremos tener científicos y científicas por igual. Necesitamos hacer más eventos de divulgación de la ciencia. Nos falta romper paradigmas. El camino no lo tenemos claro. Se está haciendo mucho, y eventos como este permiten que el mundo visualice a las mujeres que tuvimos la oportunidad de llegar hasta aquí para demostrar que sí se puede”, concluyó.
Rossana Arroyo quiere mejorar el diagnóstico y tratamiento de la tricomoniasis
Rossana Arroyo Verástegui, Doctora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, también fue reconocida como investigadora consolidada gracias a sus estudios sobre la patogenia molecular del trichomonas vaginalis, causante de la tricomoniasis.
La tricomoniasis es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes en el mundo. Para diagnosticarla es necesario tomar muestras vaginales o de uretra. Esta condición, de acuerdo con Arroyo, es un limitante para que las personas busquen atención médica de manera oportuna. El trabajo de la científica mexicana pretende desarrollar un método de diagnóstico en sangre para identificar la enfermedad de manera temprana, incluso, en pacientes sin síntomas.
“Tener el diagnóstico de la tricomoniasis con una muestra de sangre sería asombroso. La cobertura para su tratamiento se aceleraría en todo el mundo. Todas las sociedades tendrían la posibilidad de detectar la afección”, asegura.
El proyecto se encuentra en etapa de validación con resultados prometedores. “Estamos identificando muchas pacientes que no tenían síntomas y en las que no se detectó al parásito, pero pudimos observar sus moléculas y sus efectos. Eso nos muestra que el método va por buen camino. Tenemos una buena correlación”, aseveró.
Arroyo explica que para que su investigación avance requiere de mayor financiamiento. “El premio ‘Para las Mujeres en la Ciencia’ es un poco de aire fresco para mi laboratorio. Nos permitirá financiar reactivos, dar mantenimiento a los equipos y mejorar el rendimiento del grupo de investigación para seguir avanzado y luchar por más”.
La doctora hizo énfasis en la urgencia de reconocer el trabajo de las científicas para que sus proyectos prosperen y ganen la confianza de la población, la academia y la iniciativa privada. “Nosotros también aportamos y podemos hacer investigación. No somos diferentes. Si se nos abren más oportunidades vamos a poder avanzar como sociedad para dar solución a muchos problemas de salud. Es una lucha constante para encontrar espacios en donde podamos aportar. Tenemos que hacer más fácil el camino para las generaciones que vienen”, sentenció.
Erika Bustos desarrolla tecnología electroquímica para el beneficio del medio ambiente
La última galardona fue Erika Bustos Bustos, Doctora del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica de Querétaro. En 2012, obtuvo la ‘Beca para las Mujeres en la Ciencia L’Oréal-UNESCO-AMC’ por un proyecto que proponía un tratamiento electroquímico para el suelo contaminado con elementos radioactivos.
Este año, la iniciativa ‘Para las Mujeres en la Ciencia’ la reconoce por su labor en el desarrollo de superficies modificadas para la remoción y detección de contaminantes en aire, suelo y agua. La aplicación de estos conocimientos tiene importantes impactos económicos, ambientales y sociales.
“Con esta línea de investigación lo que queremos es soportar y apoyar los 17 objetivos de desarrollo sostenible. En el laboratorio, desarrollamos desde ciencia básica hasta ciencia aplicada con el fin de tener proyectos macro que se traduzcan en un beneficio para la sociedad”, explicó.
Bustos y su equipo han logrado obtener diversas patentes. El gran desafío es lograr que estas propuestas sean reconocidas y utilizadas por las empresas e instituciones en México. “Queremos que nuestros desarrollos sean socialmente apropiados. Nuestra tecnología compite en eficiencia y tamaño con la que se importa”, afirmó.
Además de enfrentar una lucha constante por obtener fondos para mantener sus investigaciones, Erika afirma que uno de los retos más importantes es la falta de oportunidades que el mercado entrega a los avances científicos desarrollados en el país.
“Necesitamos seguir apoyando las políticas públicas. La financiación es importante, pero a veces los proyectos en los que podemos aportar ya están dados a laboratorios extranjeros. Creen más en la tecnología internacional antes que en la nacional”, aseguró.
El desafío es aún mayor cuando se lee desde la óptica de género. De acuerdo con la doctora, “en muchas industrias, empresas públicas y privadas tienen contratos que aún indican que las vacantes solo están abiertas para los hombres. Uno espera que las organizaciones vean las capacidades, que reconozcan que hay mujeres profesionistas que tienen el mismo nivel académico y de conocimiento”.
El proyecto ‘Para las Mujeres en la Ciencia’ es para la investigadora un incentivo para que más mujeres encuentren el lugar que merecen en la labor científica. “El premio ayuda mucho a divulgar la ciencia. Nos motiva a seguir formando científicas en tareas STEM. Nos están haciendo visibles como investigadoras. También es una gran responsabilidad. Las instituciones involucradas tienen que ver que cómo las mujeres seguimos fomentando la ciencia, tecnología e innovación en las nuevas generaciones”, concluyó.
Fuente: es.wired.com