El ser humano ha alterado tres cuartas partes del planeta
Así como el 97 por ciento de los lugares más ricos en especies de la Tierra, y prácticamente todos los núcleos de biodiversidad, según una investigación publicada en Nature Communications.
«No es de extrañar que haya una crisis de la biodiversidad», ha declarado uno de los responsables de este trabajo, James Watson.
Este impacto se analiza en un proyecto llevado a por expertos de la Universidad de Columbia Británica del Norte, la Universidad de Queensland, la Wildlife Conservation Society ( WCS), y otras seis universidades, que analizan la ‘huella humana’ en el planeta comparando su crecimiento a lo largo de los años.
Los resultados revelan una compleja y extensa historia de cómo los humanos están modificando los hábitats naturales a escala planetaria. Sin embargo, el trabajo también apunta a que esos impactos se están expandiendo a un ritmo más lento que la tasa de crecimiento económico y demográfico.
Concretamente, señala que mientras que la población mundial creció un 23 por ciento y la economía mundial creció 153 por ciento entre 1993 y 2009, la huella humana global creció sólo el 9 por ciento, señala el trabajo publicado en Nature Communications.
«Ver que nuestros impactos se han expandido a una tasa que es menor que la velocidad de los derechos económicos y de crecimiento de la población es alentador», ha declarado el científicos Venter Oscar. A su juicio, estos datos demuestran que «el ser humano se está volviendo más eficientes en la forma en la que usa los recursos naturales».
«El desarrollo sostenible es un objetivo ampliamente defendido, y nuestros datos demuestran mensajes claros de cómo el mundo puede lograrlo: concentrar la gente en los pueblos y ciudades y que no se propaguen a través de un paisaje más amplio y que los gobiernos sean honestos y capaces de manejar los impactos ambientales».
Los autores han dado a conocer los nuevos mapas y conjuntos de datos subyacentes al público en http://wcshumanfootprint.org/. Su intención es que los mapas sean utilizados por los responsables políticos e investigadores para una amplia gama de aplicaciones, tales como la identificación de los lugares que aún sean ‘salvajes’ y deban ser protegidos, así como para identificar los lugares adecuados para la restauración de sus funciones naturales y los servicios ambientales.
Fuente: Europa Press