Imagina que te despiertas un día con un dolor de cabeza insoportable.
A medida que avanzan las horas, el dolor empeora.Y comienzas a preocuparte.
Así que te metes en internet para preguntarle a “doctor Google” a qué podría deberse.
Tras casi una hora de consultar decenas de foros médicos y todo tipo de páginas web, no sólo no ha desaparecido tu jaqueca, sino que más bien se ha incrementado. Y, además, te sientes todavía más confundido que antes.
Pero no estás solo: cerca del 1% de las búsquedas en Google (y estamos hablando de millones) son sobre cuestiones médicas. Y en el universo digital hay más de 200.000 aplicaciones de salud.
“Los médicos son conscientes de esto porque lo ven cada día”, escribió la ciberpsicóloga Mary Aiken en una columna para la revista digital Quartz.
“Los pacientes llegan a su consulta con una ‘pila de resultados de Google’: un montón de documentos impresos derivados de búsquedas en internet que les han llevado a formar su opinión de ‘médico aficionado'”.
“Pero, por varias, razones, a la mayoría de los profesionales no les agrada mucho esta tendencia del autodiagnóstico”, agrega la especialista y autora de The Cyber Effect (2016).
Diabetes, depresión y herpes
El dolor de cabeza es una de las dolencias que más resultados ofrece en Google (más de 1,7 millones, si lo buscamos en español).
Pero hay otras búsquedas mucho más populares. Y la mayoría de ella se refieren males que muchos no se atreven a consultar a su médico, probablemente por falta de confianza o por vergüenza.
Según datos de Google del pasado mayo sobre búsquedas médicas (en inglés), publicados por la revista digital de salud y medicina STAT, lo más consultado en Estados Unidos es la diabetes, seguido de la depresión y la ansiedad.
Otros males consultados son las hemorroides, la candidiasis (la más frecuente de infecciones vaginales por hongos), el lupus, la culebrilla (herpes zóster) y la soriasis.
Continúan la lista la esquizofrenia, la enfermedad de Lyme (una enfermedad infecciosa que afecta a todos los órganos) y el virus del papiloma humano (VPH).
Pero ¿qué opinan los profesionales de la medicina?
“Comencé a investigarlo hace unos 20 años. Pero el verdadero cambió surgió hace 10, con el uso masivo de teléfonos inteligentes y redes sociales”, le dice a la BBC John Powell, académico especialista en medicina digital y editor jefe de Digital Health.
“Hay un peligro en esto. Se dice que si podemos mejorar estas herramientas, las tecnologías siempre son buenas. Pero hay que tener en cuenta el problema de la cibercondría”.
“Diagnósticos” que crean ansiedad
El fenómeno de los hipondríacos de internet -o cibercondríacos, tal y como les definen los expertos- no es nuevo, pero se ha incrementado con los años, algo que según Aiken tiene sentido porque “en internet, todo se amplifica”.
“Me tomaba la temperatura 25 veces al día”: la compleja vida de los hipocondríacos
La primera vez que se habló de “cibercondría” fue hace más de una década -en 2001- y fue en un informe de la BBC que dos años más tarde fue validado en un artículo de la revista especializada británica Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry (Revista de Neurología, Neurocirugía y Psiquiatría).
En 2009, un estudio de dos investigadores de Microsoft -Ryen White y Eric Horvitz- en el que analizaron más de 40 millones de búsqueda demostró que “internet tiene el potencial de incrementar la ansiedad de gente con poca formación médica, especialmente cuando se usa como diagnóstico”.
En 2013, el Centro de Investigaciones Pew -con sede en Washington, EE.UU.- reveló que un 35% de los estadounidenses buscan diagnósticos en línea y sólo la mitad de ellos terminan visitando al médico.
Y en junio de 2016 Veronica Pinchin -la entonces directora de producto de Google- reconoció en una publicación en el blog de la compañía que “el contenido sobre salud en la web tiende a llevar a la gente a síntomas leves y graves e incluso enfermedades improbables que pueden causar un estrés y ansiedad innecesarios”.
Google dice que ha creado una lista de síntomas que busca la gente online y los ha contrastado con información médica de alta calidad y un equipo de doctores de la Escuela Médica de Harvard y la Clínica Mayo, en Minnesota, Estados Unidos.
Pero el gigante tecnológico señala que esos resultados sólo deberían usarse con “fines informativos” y que hay que consultar siempre a un médico.
“Necesitamos un cambio básico en cómo se organizan y proporcionan los servicios médicos. Y la tecnología puede hacerlo posible”, dice Powell.
“Es hora de que la ética médica llegue al mundo digital”, agrega Aiken.
Fuente: bbc.com