Conoce a la científica mexicana que creó un modelo para potenciar el campo

Alma Delia Baez elaboró el modelo ALMANACMEX con el fin de que se tomen las mejores decisiones en el campo en México

Desde muy pequeña, Alma Delia Baez se interesó en aprender sobre los cultivos y cómo estos se comportan ante distintos estímulos. Sin embargo, cuando estudió sobre fisiología vegetal empezó a soñar con aumentar la productividad del campo mexicano a través de estudios más detallados sobre sus condiciones.

“Yo lo que veía es que estábamos haciendo una investigación muy de prueba y error, donde me decía: ‘pongo este cultivo aquí y luego espero un año o un ciclo para ver cómo se comportó’. Fue ahí cuando pensé que deberíamos tener otra forma de hacer investigación”, afirmó la doctora en entrevista para Forbes México.

Hoy, después de 37 años de investigación y tras haber colaborado en más de 20 proyectos dentro del área agropecuaria, Alma Baez no solo a ha demostrado su punto, sino que creó el modelo llamado ALMANACMEX, el cual recopila los datos de suelo y clima de todo el territorio mexicano para simular a nivel diario el crecimiento y desarrollo de más de 80 cultivos.

Su objetivo con este modelo es que no solo sea útil para la élite científica, sino también para el uso práctico de los agricultores y persona se dedican al campo mexicano y, sobre todo, que ayude a tomar decisiones más eficientes y sustentables para el futuro de los sistemas agropecuarios en México.

El nacimiento de una idea

Alma Delia recuerda que en una clase de ciencias naturales durante la primaria vieron el tema de los efectos de las temperaturas en los cultivos. Este tema en particular la inspiró a querer experimentar, por lo que cuando llegó a su casa, tomó cinco nueces de la despensa, las envolvió en aluminio y las metió al refrigerador.

“Mi mamá nunca me cuestionó por qué tenía esas nueces en el refrigerador ocupando espacio, ella me dio la libertad suficiente para yo hacer mi propia investigación”, explicó.

Esa misma curiosidad la llevó a tomar una clase en la universidad titulada “Análisis de sistemas”, en la cual siempre demostró interés, por lo que su maestro no tardó en recomendarle involucrarse en la investigación.

“Le dije que yo quería ser maestra, pero él me dijo ‘no, te vas a meter en la investigación y luego cuando te jubiles puedes dar clases’”, narró.

Este mismo profesor siguió su trayectoria en el Instituto Nacional de Investigadores Forestales, Agrícolas y Pecuarias. Sin embargo, después de tres años de que Alma Baez empezó a hacer investigaciones, la especialista sintió que los conocimientos ya no le eran suficientes: “llegaba a las parcelas en donde hacía mis experimentos y me emocionaba, pero decía ‘necesito aprender más’”.

Fue entonces cuando Beaz, a pesar de ser una elección inusual y de su miedo de irse al otro lado del mundo, decidió estudiar un doctorado en Inglaterra. Alma Delia comenta que la Universidad de Reading la ayudó a confiar en sus ideas y desarrollarlas para lograr aportar algo nuevo a las investigaciones disponibles.

La contribución que hizo Baez fue hacer un modelaje que no fuera uso exclusivo para la élite de los investigadores, sino que resultara útil también para hacer experimentos a menor escala.

“Yo tuve la fortuna de ser la primera mujer del departamento a quien se le entregó el grado de doctora sin siquiera hacer el examen”. A pesar del éxito de su propuesta, a Baez le preocupaba que este modelo fuera demasiado complejo para aplicarlo en el territorio mexicano por la falta de tecnología agrónoma en el país.

ALMANACMEX: financiamiento de 2 países

Su deseo de aplicar su modelo en México la persiguió hasta que el Conacyt le financió un año sabático en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, donde presentó su idea y fue el inicio del financiamiento.

“En Estados Unidos entienden la necesidad de mejorar la tecnología agrónoma de México y para ellos también es una forma de extrapolar sus tecnologías hacia otros países”, asegura Alma Baez.

El resultado del trabajo en conjunto fue el modelo ALMANACMEX, el cual es una versión del modelo estadounidense, pero con una interfaz específicamente diseñada para el territorio mexicano.

“Esta interfaz integra todos los insumos que un investigador requiere para simular 80 cultivos a diferentes escalas, la cual simula el crecimiento y producción diaria de un cultivo”, aclara la doctora Baez.

El modelo integra las variantes clima, suelo y genotipo, con la finalidad de obtener distintas opciones que te lleven a encontrar la mejor opción de manejo que optimice su producción. Otra ventaja es que esta simulación se puede hacer a diferentes niveles, desde la parcela, hasta el nivel regional y nacional.

La interfaz también permite incorporar las variantes que sufrirá el campo mexicano a causa del cambio climático en los próximos años, con lo que se podrán generar climas sintéticos y tener una idea más acertada de cómo se comportan los cultivos.

“Si yo veo cómo se comporta el cultivo a pequeña escala, puedo seleccionar qué tipo de investigación se requiere realizar para que ese cultivo se optimice o se mantenga su producción. Entonces esta es una herramienta muy importante para la toma de decisiones en el campo y para priorizar áreas de investigación”, explicó la experta.

Los retos de la investigación agrónoma

En México, solo el 30% de mujeres eligen carreras relacionadas con las ciencias tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), de las cuales apenas el 12% tienen un puesto de toma de decisiones. El área agropecuaria no es la excepción, pues la investigadora admite que hace falta equidad en los altos puestos que se encargan de la administración de los recursos económicos.

“Considero que cuando estamos discutiendo un proyecto o la solución a un problema no hay géneros. Sin embargo, cuando esa propuesta pasa hacia otros niveles sí hay una tendencia a apoyar más a los hombres que a las mujeres.”

Asimismo, comenta que en el campo mexicano también hacen falta acciones que aseguren un trato digno para todos los involucrados y que regulen el uso de los recursos naturales.

“Yo le diría al gobierno y a las instituciones que debe de haber una congruencia, una forma en que se integren y se creen compromisos entre productores políticos y sociedad. Sin agricultura no somos nada, porque esta es la que nos alimenta”, destacó Baez.

Fuente: forbes.com.mx