Colombia ordena el embargo del galeón San José (1708) y los tesoros dentro de él

El Tribunal Superior de Barranquilla (Colombia) divulgó un fallo en el que ordenó el embargo o secuestro del tesoro del galeón español San José. Esto como respuesta a una apelación de la empresa de arqueología submarina estadounidense, Sea Search Armada (SSA). La compañía reclama el 50% de la carga de la nave. La noticia fue difundida a inicios de esta semana.

A cambio de renunciar a parte del tesoro, del que SSA se hacía acreedor por haberse declarado los descubridores del galeón en 1981, el gobierno le daría una indemnización a la firma cazatesoros estadounidense.

Historia del San José

El galeón español fue hundido por corsarios ingleses el ocho de junio de 1708. El navío se fue a pique cerca de Cartagena de Indias. Más de tres centenarios después, la nave está en medio de una batalla legal por su valioso contenido histórico, cultural y económico.

El interior del San José lleva un cargamento de valor exorbitante. Entre su resguardo hay oro del virreinato, plata, esmeraldas y demás piedras preciosas. Además contiene materias primas en bruto. Gracias a ello ha sido apodado el Santo Grial de los Naufragios.

El San José fue un galeón del Imperio español, construido en 1698 por el duque Arístides Eslava y la familia Eslava, en el astillero de Mapil en Aginaga (Usurbil), Guipúzcoa, España, con las especificaciones de Francisco Antonio Garrote por Pedro de Aróstegui.

El referido galeón zarpó en 1706 junto con otros barcos para el mar Caribe y llegó a Cartagena de Indias después de un mes de navegación.

En 1708 junto con el San Joaquín y otros barcos de la flota española zarpó de Cartagena de Indias hacia Portobelo. Sus valiosas mercancías ascendían a un valor total de 11 millones de pesos en la época. La flota fue atacada por barcos ingleses y se hundió con su cargamento en la Batalla de Barú (en la península de Barú, actual mar de Colombia).

Cronología de la batalla legal por el San José

En 1989: la SSA exigió todos los bienes de valor económico, histórico, cultural o científico en calidad de tesoro de lo que se encontrara en la plataforma continental o alrededor de algunas coordenadas establecidas en un reporte confidencial de 1982. Esto, por haber localizado los restos del galeón hundido.

En 1994: un juez de Barranquilla sentenció que el preciado contenido sería en un 50% de Colombia y otro 50% de la organización cazatesoros.

En 2015: la firma británica, Maritime Archaeology Consultants, encontró el galeón San José. El hallazgo fue anunciado por el expresidente colombiano, Juan Manuel Santos. Se inició una licitación con organizaciones extranjeras para extraer nave. Como pago por el esfuerzo se ofrecía un porcentaje del valioso contenido.

2019: la administración del actual presidente, Iván Duque Márquez, ha postergado la contratación de la empresa que recuperará la embarcación. El último plazo venció el pasado 10 de marzo.

Abril de 2019: la vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, afirmó que el Gobierno que la “historia y el legado de nuestros antepasados no terminará convertido en bienes para negociar por anticuarios, coleccionistas ni cazatesoros del mundo entero”.

Colombia cuenta con una Ley, la 1675 del 30 de julio de 2013, que tiene por objeto “proteger, visibilizar y recuperar el Patrimonio Cultural Sumergido”.

Según dicha ley forman parte de ese patrimonio todos los restos que estén en aguas colombianas, incluidas “las especies náufragas constituidas por las naves o artefactos navales y su dotación, sus restos o partes, dotaciones o elementos yacentes dentro de estas, cualquiera que sea su naturaleza o estado, y cualquiera sea la causa de la inmersión, hundimiento o naufragio”.

Los descubrimientos históricos de alto valor son muy frecuentes en la región latinoamericana. Hace un par de años se encontró un tesoro nazi en Argentina y por otro lado, arqueólogos peruanos han hallado lanzas miniatura de 12 mil años de antigüedad. Curiosamente, también supimos que un perro arqueólogo develó un tesoro de la Edad de Bronce.

Fuente: nmas1.org