Para ello, los científicos urgen a mejorar la colaboración científica internacional para hacer frente a las amenazas que ponen en riesgo la vida en nuestro planeta
Un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y de otras instituciones científicas de Reino Unido, Estados Unidos y Australia ha reclamado la necesidad de pensar en la conservación de la biodiversidad a largo plazo, más allá de la propia existencia de La Tierra.
En un artículo publicado en la revista BioScience, el personal científico apunta que los organismos internacionales y los gobiernos están fijando objetivos de sostenibilidad para las próximas décadas con el fin de combatir emergencias ambientales y climáticas, pero considera que es necesario que “se empiece a pensar en el momento en el que la física solar haga la Tierra inhabitable, lo cual ocurrirá dentro de millones de años, pero de forma inevitable”, ha informado la EBD-CSIC en un comunicado.
Por ello, urgen a mejorar la colaboración internacional para hacer frente a las amenazas que ponen en riesgo la vida en la Tierra, incluyendo la actual crisis climática, pero con una mirada mucho más amplia.
“Al igual que el Sistema Solar tuvo un origen, también tendrá un final”, ha afirmado Francisco García-González, autor principal del trabajo e investigador de la EBD-CSIC, así como investigador adjunto en la Universidad de Western Australia.
Una visión a corto plazo no sirve para garantizar la conservación de la biodiversidad y la humanidad en el tiempo: “Los objetivos a corto plazo son necesarios, por supuesto, pero es importante situar también nuestra mirada en un horizonte temporal más largo”, ha indicado.
Científicos reclaman un plan a largo plazo para conservar la biodiversidad terrestre
García-González, junto a sus coautores Bill Ripple y Aurelio Malo, sostienen que “la realidad de una Tierra inhabitable por causas astronómicas, en lugar de verse como un fin inútil, debería desencadenar la reflexión a nivel transglobal y poner de relieve la necesidad de compromisos colectivos y a largo plazo para permitir que la biodiversidad y la humanidad continúen el mayor tiempo posible”.
En el artículo se aboga por adoptar una perspectiva cósmica de la conservación, que incluya la propia conservación de la humanidad, es decir, que mientras se intentan combatir a corto o medio plazo emergencias ambientales y climáticas que sufre la humanidad, se debería considerar la posibilidad de una emergencia planetaria inevitable, como la eventual muerte del Sol.
El equipo científico describe este tipo de emergencia planetaria como un “punto de no retorno” para la biodiversidad de la Tierra: “Plantear el fin de la humanidad por razones astronómicas puede parecer ridículo a mucha gente, ya que parece muy lejano en el futuro, pero debemos debatir y prepararnos para acontecimientos que pueden comprometer nuestro futuro a largo plazo y el de todas las formas de vida conocidas”, ha afirmado el investigador Aurelio Malo, del Imperial College London y de la Universidad de Alcalá.
Los autores sostienen que es deber de la humanidad como civilización mantener la máxima biodiversidad en la Tierra, por razones utilitarias, por ejemplo, como sistema de soporte vital para la supervivencia de la propia especie humana, y no utilitarias, como dar testimonio empírico del proceso de evolución de la vida en la Tierra.
En opinión de García-González “encontrar soluciones para el futuro a largo plazo de la biodiversidad será probablemente un proceso lento y complejo porque requiere múltiples pasos a nivel colectivo, acuerdos y compromisos globales, grandes avances tecnológicos y un tiempo extremadamente largo para probar los posibles remedios. Por eso, cuanto antes se busque una solución, mejor”.
Fuente: forbes.com.mx