China le gana terreno a Estados Unidos y atrae a científicos en una fuga inversa de mentes brillantes

Al menos 85 investigadores formados en Estados Unidos migran a instituciones chinas en plena competencia tecnológica entre China y EE. UU., impulsados por mayores incentivos, visados ágiles y financiación sostenida

China le gana terreno a Estados Unidos en la carrera de la investigación al atraer científicos de alto nivel en una fuga inversa de cerebros. Desde 2023, al menos 85 físicos, ingenieros, neurobiólogos, matemáticos y especialistas en inteligencia artificial han dejado laboratorios y universidades estadounidenses para sumarse a centros de investigación en China; más de la mitad concretará el traslado en 2025, de acuerdo con recuentos citados por CNN. El movimiento reconfigura la competencia tecnológica entre China y EE. UU. en áreas estratégicas como semiconductores, computación cuántica, biotecnología y hardware inteligente.

El giro responde a dos fuerzas opuestas: en EE. UU., recortes y mayor escrutinio a investigadores extranjeros (visas más costosas, controles ampliados y el antecedente de la Iniciativa China); en China, inversión sostenida en ciencia y tecnología y universidades chinas reclutando talento con paquetes competitivos. Voces como el sociólogo Yu Xie (Princeton) hablan de un «regalo» para Pekín, mientras el discurso de Xi Jinping sitúa ciencia y tecnología en el centro de la soberanía tecnológica y el crecimiento hasta 2035.

China atrae a mentes brillantes y gana terreno en el campo de la ciencia

China ha tejido una oferta integral para captar fuga de talento científico: salarios competitivos, financiación prioritaria y soporte de vida. Programas estatales para jóvenes talentos igualan subvenciones y asignan hasta 3 millones de yuanes (más de 400.000 dólares) por proyecto en áreas como robótica, inteligencia artificial en China y seguridad de red. La nueva visa K —vigente desde el 1 de octubre— facilita la llegada de científicos de Estados Unidos a China y de Europa.

Los casos abundan. Lu Wuyuan, experto en biología de proteínas, dejó la Universidad de Maryland y se incorporó a Fudan; Liu Jun, estadístico, regresó en 2024 para unirse a Tsinghua tras jubilarse de Harvard. En paralelo, el programa Qiming orienta el reclutamiento de científicos hacia el sector privado, con énfasis en semiconductores y computación cuántica en China ante las restricciones de exportación impuestas por Washington.

El empuje tiene respaldo macro: en 2023, China gastó más de 780.000 millones de dólares en I+D frente a 823.000 millones de EE. UU. (OCDE). En producción académica, el Nature Index registra un ascenso sostenido de artículos chinos en ciencias naturales y de la salud, mientras las universidades de Pekín y Shanghái suben posiciones globales. La innovación científica en China también se refleja en el terreno tecnológico: la startup DeepSeek sorprendió en 2024 con un chatbot que, según anunció, rivaliza con modelos de referencia a menor costo.

El secreto de China para superar en ciencia y tecnología a Estados Unidos

La guerra tecnológica entre China y Estados Unidos ya no solo se libra en aranceles o cadenas de suministro, sino en captación y retención de talento. Pekín ofrece trayectorias estables, laboratorios bien equipados y decisiones ágiles para acelerar resultados en IA, chips avanzados y tecnologías cuánticas. Para Xi Jinping, ciencia y tecnología son palancas de seguridad nacional y soberanía tecnológica, con metas explícitas de liderazgo para 2035.

Estados Unidos, por su parte, afronta costes de visas H-1B más altos, requisitos reforzados y un clima de desconfianza que afecta sobre todo a académicos con vínculos con China. El debate por reactivar políticas de vigilancia —tras la Iniciativa China, cerrada en 2022— elevó la incertidumbre en campus e institutos. Aun así, persisten contrapesos: más del 83 % de los doctores chinos graduados en EE. UU. entre 2017 y 2019 seguían residiendo allí en 2023, lo que sugiere que la fuga académica global hacia China convive con una alta retención en Norteamérica.

En este tablero de la China vs Estados Unidos en ciencia, Pekín multiplica canales para atraer talento: convocatorias adicionales del fondo nacional de ciencias, programas específicos para investigadores en el extranjero y alianzas universidad-empresa. Un editor del People’s Daily definió a China como «puerto seguro» para académicos que sienten «interferencia imprudente» en Occidente, un mensaje que acompaña paquetes concretos:

  • Financiamiento inicial complementado con subvenciones nacionales.
  • Incentivos y alojamiento disponibles para investigadores y sus familias.
  • Procesos acelerados de visado junto con respaldo administrativo.
  • Disponibilidad de plataformas industriales en los sectores de inteligencia artificial, salud, energía y semiconductores.

Entre las voces que destacan la relevancia de este cambio, el medallista Fields Yau Shing-Tung señala que, si Estados Unidos sostiene su nivel de inversión, “China tardará bastante” en alcanzarlo; sin embargo, advierte que, si pierde a sus talentos hacia destinos como China, Europa u otras regiones, “podría representar una catástrofe para las universidades estadounidenses”. Por su parte, el matemático Zhang Yitang relacionó su incorporación a la Universidad Sun Yat-sen con el deterioro de las relaciones entre ambas potencias, lo que refleja una competencia que va más allá del ámbito científico.

Fuente: larepublica.pe

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