El calentamiento global dispara las burbujas de metano en los sedimentos del fondo de lagos y ríos

El aumento global de las temperaturas eleva las burbujas llenas de metano, que es un potente gas de efecto invernadero, que se desarrollan en los sedimentos del fondo de lagos poco profundos, lagunas, ríos y humedales, y que suben a la atmósfera cuando alcanzan la superficie de esos cuerpos de agua.

Así lo atestiguan 18 investigadores de Alemania, Brasil, Canadá, Países Bajos y Suecia en un estudio publicado en la revista Nature Communications.

“Nunca antes se habían mostrado relaciones tan fuertes e inequívocas entre la temperatura y las emisiones de burbujas de metano en una escala continental”, ha dicho Sarian Kosten, de la Universidad de Radboud (Países Bajos).

Para llegar a esa conclusión, los científicos realizaron un gran experimento en colaboración con el Instituto Holandés de Ecología (NIOO-KNAW, por sus siglas en neerlandés). En primer lugar, recopilaron la investigación existente sobre burbujas de metano en varios lugares, desde un estanque de pesca en Malden (Países Bajos) hasta lagos postglaciales en el norte de Suecia y estanques de bosques en Canadá.

“A continuación, simulamos la producción de burbujas de metano en minilagos de 1.000 litros en NIOO, donde pudimos controlar con precisión la temperatura y otras condiciones”, ha explicado Ralf Aben, biólogo de la Universidad de Radboud. “De esta forma, excluimos causas distintas del aumento de la temperatura”.

Un aumento de un 1ºC provoca hasta un 20% más de emisiones

En tanques abiertos llenos de agua y sedimentos, los investigadores pudieron analizar un ciclo anual en tanques abiertos llenos de agua y sedimentos. Cuatro tanques tenían un clima holandés normal y la temperatura promedio era de 4ºC superior a la habitual en otros cuatro, donde se duplicaron las burbujas de metano.

Los biólogos señalan que un aumento de la temperatura de 1ºC provoca entre un 6% y un 20% más de emisiones de burbujas de metano, lo que, a su vez, genera gases de efecto invernadero adicionales en la atmósfera y un aumento adicional de la temperatura.

Los sedimentos ricos en nutrientes producen más metano que los sedimentos pobres. Por lo tanto, una posibilidad para reducir la producción de metano es asegurarse de que los sedimentos tengan menos nutrientes, lo que significa usar menos fertilizante a la tierra.

El aumento global de la temperatura será difícil de revertir, pero no imposible. Kosten ha indicado que “cada tonelada de gas de efecto invernadero que emitimos conduce a emisiones adicionales de fuentes naturales como las burbujas de metano”.

“Afortunadamente, también ocurre lo contrario: si emitimos menos gases de efecto invernadero y la temperatura baja, obtenemos una bonificación en forma de menor producción de metano. Esta bonificación de la naturaleza debería ser nuestra motivación para reducir aún más las emisiones de gases de efecto invernadero”, ha concluido.

Fuente: rtve.es