Después de siete años de investigación, una inversión de alrededor de 10 millones de pesos y la obtención de la patente, el mexicano Reynaldo Vela presentó en 2015 la cápsula antisísmica K-107 con motivo del 30 aniversario del temblor de 1985 que devastó la Ciudad de México.
En aquel entonces, hubo en principio tres pedidos que fueron realizados por motivos de prevención por parte de dos académicos y de una enfermera. Sin embargo, a raíz de los temblores del 7 y 19 de septiembre de 2017 y, posteriormente, los del 17 y 19 de febrero de 2018, la demanda de disparó de tres a 480.
«Derivado de lo que ocurrió el año pasado, obviamente el interés de la población incrementó como por el orden de un 600%, tanto en preocupación de qué va a pasar ante un futuro nuevo escenario de un sismo como lo que ya ocurrió el 7 y 19 de septiembre, afectando muchísimas edificaciones en la Ciudad de México», comentó Vela, inventor de la cápsula y director de K-107, en entrevista con Hipertextual.
Dado el boom de la demanda, la empresa se ha visto en la necesidad de automatizar el sistema de producción. Hasta ahora, se han entregado en total 40 dispositivos, lo que significa que hay más de 400 por entregar, que es el pedido del año pasado, señaló el Premio de Ingeniería de la Ciudad de México 2009. En cuanto a los pedidos realizados en 2018, tiene previsto entregarlos a finales del año.
«Con respecto a la población del año pasado que nos solicitó el dispositivo a consecuencia de lo que ocurrió», indicó el ingeniero civil egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), «ya tenemos una población prácticamente con miedo, es decir, ya abarca todos los niveles socioeconómicos y de nivel académico.
Como consecuencia de lo que ocurrió en septiembre de 2017, Vela formalizó en octubre pasado la constitución de una sociedad anónima promotora de inversión (SAPi) junto con su socio, el italiano Flavio Mericio.
¿Cómo funciona K-107?
Antes que nada, la empresa le pide al cliente potencial que llene un cuestionario de 30 preguntas para conocer cuestiones del sitio como la localización, el tipo de inmueble, cimentación y estructura, el riesgo de sismos que tiene la zona en la que se encuentra (baja, media o alta), tipo de subsuelo, número de niveles que tiene el inmueble y en qué nivel se encuentra el departamento. Una vez que se tiene esta información, se cotiza el dispositivo.
K-107 está diseñada para resistir un colapso total y cuenta con certificado de «hecho en México». No sólo sirve como refugio durante sismos, sino también en incendios, inundaciones, huracanes, deslaves o fugas de gas.
Las previsiones de oxígeno, agua y alimento que tiene dentro son para 40 días (en relación a la cuarentena), aunque solamente dan a conocer que son para 30 días, con base en la recomendación de la Organización Mundial de la Salud ante un evento de desastre natural, explicó el inventor de K-107 en entrevista con este medio, y añadió:
Cuenta con GPS de localización, un banco de baterías de litio, un banco de alimento como amaranto, un sistema de aromaterapia para las personas que son un poco claustrofóbicas.
Los materiales son los que se aplican en la industria aeroespacial, destaca el ingeniero, como resinas que son más resistentes que el propio acero, Kevlar y aleación de polvo de titanio con acero en el armazón. Además de estar conectada a la alerta sísmica nacional, cuenta con su propia alerta sísmica de respaldo, la cual es manejada por la misma empresa.
Esta cápsula antisísmica tiene dimensiones similares a las de un refrigerador y replica la forma de un huevo de dinosaurio velociraptor. «Se realizó una investigación probando más de 2 mil figuras geométricas», detalla Vela, «llegamos a la conclusión de que la figura de huevo convencional es la más resistente».
Fue hasta después de concluida la investigación que un amigo suyo canadiense le comentó que tenía un fósil, por lo que viajó hasta Toronto para realizar pruebas con un fósil de huevo de velociraptor. Para sorpresa de Vela, la figura resistió un 338% más que la forma de huevo que ya habían seleccionado, por lo que modificó el diseño de su prototipo inicial.
Cada dispositivo se fabrica según el sitio en el que será colocado para ser usado. Por tal motivo, si la persona se muda a otro lugar y no avisa a la empresa, pierde garantía de resistencia. Las probabilidades de supervivencia del tripulante, destaca Vela, dependen del uso correcto del dispositivo.
K-107 se fabrica en modelos para una, dos y 30 personas. El blindaje y el costo varían de acuerdo al tipo de inmueble, los materiales de construcción, las características del suelo en la zona donde será instalado. Por tal motivo, el precio puede oscilar desde los 40 mil pesos hasta los más de 250 mil pesos.
Fuente: hipertextual.com