La iniciativa se integró con el asesoramiento de filósofos, médicos, psicólogos y abogados
Toda persona que no goza de salud física debería tener el derecho de decidir sobre su vida y recibir ayuda de un profesional, coincidieron especialistas en diferentes disciplinas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante la sesión extraordinaria del Seminario Permanente de Bioética.
Durante la reunión, realizada en el auditorio del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de esta casa de estudios, fue presentada ante estudiantes y profesores una propuesta de iniciativa de ley para legalizar la eutanasia y la muerte médicamente asistida en la Ciudad de México (CDMX), la cual será enviada al Congreso de la capital del país por la Asociación Libertad para Morir A.C.
Se trata, según la agrupación, de una iniciativa integrada con el asesoramiento de filósofos, médicos, psicólogos y abogados.
La profesora de psiquiatría en la FM, Asunción Álvarez del Río, detalló que la muerte médicamente asistida es cuando un ser humano, con su capacidad mental, pero con condiciones de vida reducidas al mínimo, desea ejercer su libertad de determinar si ya no quiere vivir así.
La especialista en dilemas éticos explicó que lo anterior incluye dos conceptos: la eutanasia, entendida como la ayuda médica que otorga alguien del personal de salud para causar el fallecimiento de manera directa. El otro es el suicidio médicamente asistido consistente en recibir asistencia del personal de salud limitada a proporcionarle los medios y es la propia persona quien realiza la acción que motiva su deceso.
Beatriz Vanda Cantón, profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, y una de las promotoras de esa normatividad, explicó que el objetivo de la iniciativa de ley es ayudar a pacientes con enfermedad o condición limitada o amenazante para su vida, irreversible e incurable.
El proyecto, que será presentado próximamente al Congreso capitalino, busca apoyar a quienes padecen, por ejemplo, paraplejia (incapacidad para moverse a voluntad) u otras condiciones que llevan a interrumpir su proyecto de vida sin importar su edad; y a quienes llegan al momento en que su existencia carece de sentido, han perdido el disfrute, o se encuentran en situaciones limitantes.
En la sesión, la doctora en bioética por la UNAM y miembro del Colegio de Bioética señaló: la muerte digna es la que quiero para mí, que creo que lo merezco si estoy en capacidad de decidir; sería el mejor final posible, con el menor dolor y sufrimiento.
La lucha por la vida tiene sentido, siempre y cuando puedas recuperar la salud o las funciones, mantener un cuerpo biológico a toda costa es absurdo, agregó.
Con ella coincidió el abogado Pedro Isabel Morales Aché, miembro de la Asociación Libertad para Morir A.C., quien enfatizó que la eutanasia no debería considerarse ni ilegal ni inmoral, como numerosos grupos piensan, especialmente médicos, pues uno de los principales diques no son las iglesias, sino el personal de salud al que hay que educar.
En la FM de la UNAM, el también miembro del Colegio de Bioética refirió: una vez que la persona solicitante encuadra en los supuestos previstos por el proyecto de ley, tendría como derecho subjetivo recibir los auxilios eutanásicos por parte de los servicios públicos de salud; su incumplimiento debería ser sancionado por normas secundarias, aunque se respeta el derecho a la objeción de conciencia, a título personal, no institucional.
Según un comunicado, la coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría del área de Psiquiatría y Salud Mental de la UNAM, Ingrid Vargas Goicoechea, destacó que la muerte es un fenómeno natural que tarde o temprano experimentaremos, y en la actualidad gracias a los avances tecnológicos y la medicina se puede prolongar la vida.
Por ello, la experta consideró que hoy más que nunca es importante discutir cómo queremos dejar la vida, hay mucho qué hacer en este sentido, existen ámbitos que se han adelantado a tomar acciones en esta materia, y además se requiere analizar, discutir y regular.
Para Jorge Enrique Linares Salgado, docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, el principio básico para una iniciativa de ley para regular la muerte médicamente asistida es el de la autonomía, un problema práctico que trata de garantizar para todas las personas la posibilidad de ejercer su autodeterminación.
En tanto, Mariana Navarro Hernández, profesora de la FM, precisó que si bien a los médicos se les entrena para hacer todo por preservar la vida, es necesario preguntarse hasta dónde alargarla y tomar decisiones pensando en las consecuencias, a largo plazo, de permanecer con una calidad de vida disminuida.
La médica paliativista comentó que hay una estadística que establece que 80 por ciento de los seres humanos no podemos tomar decisiones sobre el tema de la existencia. Entonces, precisó, es necesario plantearse lo que representa para alguien volverse una carga para otros.
Si bien, abundó, el ideal para todos es la muerte al dormir y ya no despertar, no siempre es así, lo que ocasiona temor, porque lo que más más miedo genera es a la incertidumbre de cómo, dónde y cuándo va a suceder.
El miembro fundador del Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro, José Luis Mendoza Delgado, apuntó: ¿quién decide cómo me voy a ir? es parte del ejercicio de la autonomía y un derecho que se busca, pero se debe recordar que hace 200 años la expectativa de vida era de 30 años, actualmente en México es de 76.
El médico cirujano por la UNAM expuso: aunque la medicina ha tardado en responder ante la decisión que representa en este caso cómo llegar al final de una vida, hoy en día existen los cuidados paliativos y la geriatría.
Fuente: milenio.com