Uno de los mayores cráteres de impacto del mundo está en las Islas Malvinas

Una cuenca en las islas Malvinas (o Falkland en denominación inglesa) muestra rasgos de un gran cráter de impacto, según un nuevo análisis. La estructura mide aproximadamente 250 kilómetros de diámetro.

Si dicha cuenca es, tal como parece, un cráter de impacto, y se han interpretado correctamente sus rasgos, entonces es uno de los más grandes conocidos, tal como subraya Michael Rampino, profesor en la Universidad de Nueva York en Estados Unidos, y miembro del equipo de investigación.

La cuenca está situada en la meseta submarina de las Malvinas, al noroeste de la isla Gran Malvina (West Falkland). Las características de esa cuenca, vistas en perfiles de reflexión sísmica y en análisis magnéticos y gravimétricos, concuerdan con las de los cráteres de impacto, que son excavados por colisiones con asteroides y cometas. Se han descubierto aproximadamente unos 200 cráteres de este tipo en la Tierra.

Se estima que la creación de la cuenca se remonta a finales de la era Paleozoica, hace aproximadamente de 270 a 250 millones de años.

Si el aparente cráter resulta tener 250 millones de años, podría correlacionarse con la mayor extinción masiva de la historia, acaecida por esas fechas, que aniquiló a más del 90 por ciento de todas las especies.

El cráter de impacto está completamente enterrado por sedimentos de eras más recientes, lo que indica que fue formado mucho antes que sus alrededores, y que no tiene una expresión topográfica en el actual lecho marino.

La disminución de la intensidad de la gravedad terrestre sobre el lugar ha sido decisiva para la identificación de la cuenca como un potencial cráter de impacto, ya que ello indica una gran cuenca rellenada con sedimentos de baja densidad, más jóvenes. También ha sido importante constatar un fuerte incremento en la intensidad del magnetismo terrestre en esa ubicación. Esto último es característico de estructuras de impacto grandes, como el cráter Chicxulub, de 200 kilómetros de diámetro y 66 millones de años, descubierto a finales de la década de 1970 en la península del Yucatán.

En la investigación también han trabajado Max C.L. Rocca de la Sociedad Planetaria en Argentina y el geólogo Jaime Báez Presser, que trabaja en Paraguay.

Fuente: noticiasdelaciencia.com