Un fármaco amenaza a los buitres en España, su último gran refugio europeo
España acoge a más del 90% de todos los buitres que habitan en Europa, una especie amenazada que, pese a las labores de conservación, sigue afrontando graves amenazas para su supervivencia. Principalmente por los envenenamientos a base de diclofenaco, un antiinflamatorio que se suministra al ganado estabulado —sobre todo vacas y cerdos— y que resulta altamente letal para las aves carroñeras.
Durante los años 90, la ingesta de este medicamento —que provoca una inflamación renal en las aves— acabó con entre el 95% y el 99% de las poblaciones de cinco especies de buitres (el dorsiblanco, el indio, el bengalí, el cabecirrojo y el picofino) en India, Nepal y Pakistán, demostrando su alta toxicidad. Sin embargo, tanto la Unión Europea como España siguen autorizando su uso. Aquí, según la organización ecologista SEO/Birdlife, entre 3.000 y 6.000 ejemplares mueren cada año por alimentarse de animales a los que se trató con diclofenaco.
“El caso de España es especialmente preocupante porque tenemos una importante población de esta aves carroñeras que, además, desempeñan un papel vital en el funcionamiento de los ecosistemas”, señala Nicolás López, responsable del Programa de Especies Amenazadas de SEO/BirdLife. “No tiene ningún sentido que la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) haya vuelto a autorizar el uso de este fármaco teniendo toda la información disponible para no hacerlo y proteger así la biodiversidad de nuestro país”, añade.
La organización ecologista denuncia que, aunque en España sólo se autoriza su uso bajo prescripción y administración de un veterinario y se recomienda no abandonar en el campo cadáveres de animales a los que se les haya suministrado, la autorización no cuenta con el visto bueno de los expertos, los científicos o el Defensor del Pueblo, que en 2016 pidió a través de un informe su retirada.
Un estudio realizado en 2017 por el entonces Ministerio de Medio Ambiente, demuestra que, en España, la presencia de cadáveres al aire libre con diclofenaco podría alcanzar aproximadamente el 0,8% de los cuerpos.
“Prohibir el diclofenaco no tendría efectos negativos sobre la gestión sanitaria del ganado ni sobre la economía de los ganaderos ya que existen alternativas igual de eficaces y con un similar coste económico. En el mismo estudio se reconoce al meloxicam como un antiinflamatorio seguro para los buitres y se plantea como una alternativa para usar en el ganado que pueda ser consumido por aves necrófagas”, señala SEO/BirdLife.
No obstante, no es la única amenaza que sufre esta especie que, pese a su mala fama, es beneficiosa para la actividad ganadera retirando los restos de animales que muertos, evitando la contaminación del terreno y del agua y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero por la incineración de cadáveres. También la falta de comida suficiente y los tendidos eléctricos suponen un riesgo para los ellas.
Fuente: EFE