Tres mantis religiosas del Caribe con la misma ‘tatarabuela’ africana
Hace más de 92 millones de años, un linaje de mantis religiosas africanas llegó a las Antillas Mayores, islas situadas al norte del mar Caribe, volando o, más probablemente, flotando sobre restos a través del océano. Este grupo de insectos se instaló en este territorio decenas de millones de años antes que las otras mantis procedentes de Centroamérica o América del Sur, incluso antes que otros animales como caracoles, lagartijas o musarañas, según un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B.
El trabajo, liderado por investigadores del Museo de Historia Natural de Cleveland (EE UU), revela que estos insectos comparten un antiguo ancestro africano y podrían representar el primer linaje endémico de las islas del Caribe.
Sin embargo, aunque aquella rama africana se extinguió, sus descendientes, pertenecientes a los géneros Callimantis, Epaphrodita y Gonatista en las Antillas Mayores, evolucionaron en el Caribe de maneras muy diferentes. Sobrevivieron incluso al impacto en el Golfo de México de un meteorito hace 66 millones de años, que supuso la extinción de la mayoría de las especies de la Tierra.
Los miembros de Epafrodita, por ejemplo, se camuflan imitando hojas muertas, mientras que los de Gonatista se esconden en las cortezas de los troncos de los árboles. Para los científicos es un claro ejemplo de evolución convergente, donde diferentes grupos evolucionan de manera independiente ocupando ambientes similares.
“Es extraordinario que un único linaje de mantis haya sido capaz de persistir durante más de 90 millones de años dentro de un sistema de islas pequeñas”, dice Gavin Svenson, conservador en el museo americano y autor principal del estudio.
“Hasta ahora nunca se habían relacionado estas tres mantis religiosas endémicas, ya que son muy diferentes entre sí”, añade el científico, cuyo laboratorio contiene más de 13.000 ejemplares de estos insectos, una de las mayores compilaciones del mundo.
Siguiendo el rastro de las mantis religiosas
Svenson y el científico Henrique Rodrigues, de la Universidad Case Western Reserve, también en Cleveland, recopilaron especímenes de tres grupos endémicos de mantis religiosas y analizaron su ADN para reconstruir cuándo y dónde se originaron.
Para entender cómo colonizaron las Antillas Mayores hay que tener cuenta que el emplazamiento de las islas ha ido modificándose a medida que los continentes y las placas tectónicas se han desplazado.
En un pasado lejano, estas islas estaban cerca o incluso algunas veces conectadas con Centroamérica y América del Sur. A la cambiante localización se une el hecho de que los tres grupos de mantis no actúan ni se parecen a las demás, a pesar de vivir en la misma zona geográfica, que es relativamente pequeña. Pero sí se asemejan a algunas de América del Sur y África.
A pesar de que los tres géneros de mantis se han adaptado bien a su hogar adoptivo, salvo la especie cubana Gonotista grisea –que se ha establecido al sur de EE UU–, ninguna otra se ha extendido más allá de las islas del Caribe.
“Estudiar grupos de insectos antiguos, como las mantis religiosas, puede ampliar nuestro conocimiento sobre la historia temprana de las islas y permitir el hallazgo de linajes únicos que son importante para la biodiversidad global”, concluye el experto.
Fuente: SINC