Medio Ambienteslider

Sólo el 4% de los mamíferos y el 30% de las aves son hoy salvajes

Por primera vez, un equipo de investigadores ha puesto números a la masa que representa la vida en la Tierra y sus resultados ponen en evidencia no sólo el insignificante peso específico de la humanidad, sino también la inmensidad de su impacto en el planeta. Los resultados se han publicado en PNAS.

Lo primero que destaca de este estudio es que los 7.600 millones de personas que habitan la Tierra no representan más que el 0,01 del total de la masa de la vida sobre el planeta. Sin embargo, hemos destruido al 83% de los mamíferos salvajes, al 80% de los mamíferos marinos, al 50% de las plantas y al 15% de los peces.

Para constatar esta evidencia, los investigadores han estimado el conjunto de la biomasa terrestre. La biomasa es la cantidad de materia acumulada en un individuo, un nivel trófico, una población o un ecosistema.

Y aunque hay varias formas de medirla, los investigadores se han centrado en la masa de carbono, el elemento más abundante en la corteza terrestre ​y el cuarto elemento más abundante en el universo en masa, así como el elemento común de toda la vida conocida que tiene la capacidad de evitar la variabilidad de su contenido de agua.

Lo primero que hicieron los investigadores es reunir centenares de estudios previos sobre la presencia de seres vivos en el planeta, tanto a pequeña como a gran escala. Este censo de la vida se realizó mediante observación con ayuda de satélites y por el análisis de ADN en las aguas y suelos. De esta forma permitió estimar las especies presentes en el planeta, así como su densidad.

550 gigatoneladas de carbono

Según estos estudios comparados, el conjunto de la biomasa compuesta de seres vivos en la Tierra es de 550 gigatoneladas de carbono (550.000 millones de toneladas). El 86% de esta biomasa se encuentra en tierra firme, el 13% bajo tierra y el 1% en los océanos.

Las plantas representan, en peso, el 82% de toda la vida del planeta. Le siguen las bacterias, que representan el 13% del peso total de la vida. El 5% restante corresponde a otras formas de vida, desde los insectos a los mamíferos.

Sólo el 0,01% de la biomasa terrestre es humana, la tercera parte de lo que representan los virus o los gusanos. También es 12 veces más pequeña que la de los peces, 17 veces menor que la biomasa de los insectos o 200 veces más pequeña que la biomasa que representan los champiñones.

De todos los mamíferos, la masa de la humanidad representa el 36%. Sin embargo, alrededor del 60% de los mamíferos que pueblan la Tierra son ganado vacuno, porcino y de otras especies de granja. Eso significa que sólo el 4% de los mamíferos representan a la fauna salvaje del planeta. Además, el 70% de los pájaros se destinan a la alimentación humana y sólo el 30% son pájaros salvajes.

Los investigadores destacan que la amplitud de la tarea no les permite aportar más datos, pero consideran suficiente esta primera evaluación global de la importancia de la vida sobre la Tierra y la panorámica que refleja de lo que ha supuesto la presencia de nuestra especie en el planeta.

Sexta extinción en marcha

La destrucción del hábitat silvestre para la agricultura, la tala y el desarrollo ha dado lugar al comienzo de lo que muchos científicos consideran la sexta extinción masiva de la vida en los cuatro mil millones de años de historia de la Tierra. Se cree que alrededor de la mitad de los animales de la Tierra se perdieron en los últimos 50 años, destaca al respecto The Guardian.

Pero la comparación de las nuevas estimaciones con las de antes de que los humanos se convirtieran en agricultores y la revolución industrial revela la magnitud de la gran disminución. Sólo queda una sexta parte de los mamíferos salvajes, desde ratones hasta elefantes, lo que sorprende incluso a los científicos. En los océanos, tres siglos de caza de ballenas han dejado solo una quinta parte de los mamíferos marinos en los océanos.

“Nuestro impacto en el mundo natural sigue siendo inmenso”, dijo a The Guardian Ron Milo, del Instituto de Ciencia Weizmann de Israel y director de esta investigación. «Nuestras elecciones dietéticas tienen un gran efecto en los hábitats de los animales, las plantas y otros organismos. Espero que la gente tome este [trabajo] como parte de su visión del mundo de cómo consumen», dijo. «No me he vuelto vegetariano, pero incorporo el impacto ambiental en mi toma de decisiones, así que me ayuda a pensar, ¿prefiero elegir carne de res o de ave o usar tofu?»

Fuente: tendencias21.net