Se descubre el primer pez con articulación de cabeza flexible
Científicos del Museo Smithsonian de Historia Natural han identificado una novedad evolutiva en peces: una conexión única y flexible de cráneo y columna vertebral en peces dragón con barbilla.
Se trata de unos peces predadores de aguas profundas. La descripción, realizada en conjunto con el Muséum national d’Histoire naturelle de Francia, detalla el primer y único ejemplo de una articulación de cabeza flexible y compleja entre peces conocidos por la ciencia.
La descripción y las ilustraciones, presentada en la revista PLOS ONE, presentan un análisis detallado de la articulación funcional de la cabeza e incluyen una serie de imágenes sorprendentes y figuras para mostrar la anatomía única de estos peces.
Los científicos describieron cinco grupos de peces dragón con barbilla con una verdadera articulación funcional de la cabeza. Otros grupos de esta especie han desarrollado grados más limitados de flexibilidad de la cabeza reduciendo el tamaño o el número de vértebras en su anatomía de la cabeza y del cuello.
«El arsenal de rasgos especializados que los peces dragón con barbilla han desarrollado como depredadores de aguas profundas — enormes bocas con dientes en forma de daga, estómagos distensibles como los de las serpientes, cuerpos negros con órganos productores de luz y barbillas envueltas con tejido bioluminiscente– los hacen feroces y voraces depredadores de emboscada; de ahí el nombre de pez dragón», dijo en un comunicado el científico de Smithsonian Dave Johnson.
«Sospechamos que la adaptación de la articulación de la cabeza ayuda a estos peces a engullir sus objetos de presa, ya que la flexibilidad añadida les permite abrir sus bocas hasta 120 grados, un ángulo que no es igual en ningún otro grupo de peces».
Los científicos estudiaron los ejemplares de pez dragón con barbilla de las colecciones del National Museum of Natural History y otras cinco colecciones de historia natural alrededor del mundo. El pez dragón con barbilla es un grupo dominante de peces depredadores que viven principalmente entre 200 y 1.000 metros de profundidad en la zona mesopelágica del océano, también conocida como la zona de crepúsculo, por lo que las colecciones del museo proporcionan un recurso invalorable para los científicos que buscan acceder y estudiar estos esquivos peces de aguas profundas.
Fuente: europapress.es