Ranita del pedregal: el diminuto anfibio que ayuda a saber el nivel de contaminación ambiental
Las ranitas del Pedregal o ranas fisgonas mayores llegan a medir hasta 3 cm
Chiquitas pero importantes
La ranita del Pedregal llamada así por ser una especie exclusiva de la región sur de la capital mexicana, justo del ecosistema conocido como el Pedregal de San Ángel, el cual se formó hace dos mil años tras la erupción del volcán Xitle, es considerada un bioindicador para determinar y evaluar el índice de contaminación de un lugar, especialmente de la atmósfera o del agua, asegura la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
- La Conabio señala que recientemente se ha registrado presencia de ranas fisgonas en algunas otras localidades cercanas en la Ciudad de México y el Estado de México, por lo que se sugiere que su distribución es más amplia a la reportada.
Son consideradas buenas bioindicadoras de la calidad del ambiente, ya que, tienen ciclos de vida bifásicos en los que las larvas y los adultos requieren diferentes hábitats y tienen diferente alimentación.
Su piel es altamente permeable por lo que absorben y acumulan rápidamente los elementos del ambiente lo que los hace vulnerables a los cambios físicos y químicos de los hábitats terrestres y acuáticos.
Y, además, tienen baja capacidad de dispersión y alta fidelidad a sus sitios de reproducción, por lo que ante cualquier alteración de su hábitat no migrarán a otros sitios.
A esto se suma, según la Conabio, que las ranas tienen un papel fundamental en el ciclo de nutrientes de los ecosistemas ya que en sus hábitats son los principales depredadores de invertebrados, en su mayoría de insectos, actuando como control biológico de estas poblaciones.
La ranita del Pedregal, también conocida como rana fisgona mayor es una especie pequeña de anfibios casi imposible de ver, pero que llegada las primeras lluvias inicia su actividad. No obstante, este anfibio es fácil de localizar ya que es delatado por su canto de cortejo similar al sonido producido por un grillo.
¿Cómo es la ranita del Pedregal?
Tiene un tamaño aproximado de 30.5 mm de hocico a cloaca, es decir mide poco más de tres centímetros de largo. Se caracteriza por tener el tímpano de gran tamaño, el ancho internarial grande, el fémur y la ingle con manchas blancuzcas, el vientre de color ante y las puntas afiladas de los dos dedos externos de la mano.
Su cabeza es ligeramente más angosta que el cuerpo, el hocico chato, el canto rostral redondeado, el ancho del tímpano mayor que la distancia del ojo al tímpano, la lengua en forma de pera sujeta en la punta y libre la mitad de su longitud, extremidades traseras relativamente cortas, la articulación tibio-tarsal alcanza el borde posterior del tímpano.
Biólogos de la Conabio señalan que las ranitas del Pedregal son de un color marrón oscuro uniforme en el dorso, con barras blancuzcas oscuras en la tibia, fémur y antebrazo, labios de color parduzco, con un punto blancuzco en la punta del hocico, región anterior del fémur de color marrón claro y la posterior de color marrón, con puntos subcirculares de color blancuzco esparcidos en la región anterior de la rodilla, tibia y tarso, vientre de color parduzco con manchas negras pequeñas y puntos subcirculares de color blancuzco
Hábitat de la ranita fisgona
Al ser un residente de la Zona del Pedregal de la Ciudad de México, la Conabio asegura que esta especie habita el altitudes que van de los 2200 y 2682 metros sobre el nivel del mar en matorrales xerófilos, mejor conocidos como matorrales semidesérticos, donde el clima es templado subhúmedo con lluvias en verano y una temperatura media anual de entre los 15 y los 5 °C, con una precipitación promedio anual de 835 mm.
- Por sus hábitos se le puede encontrar dentro y entre las rocas volcánicas de su hábitat.
Ranitas del Pedregal están en peligro
De acuerdo con la Comisión, actualmente se considera que las poblaciones de esta especie están decreciendo ya que su hábitat está en continua destrucción, fragmentación y degradación, por las actividades humanas como crecimiento de la mancha urbana, acumulación de basura y cascajo, construcción de caminos, introducción de fauna y flora exóticas, saqueo de especies e incendios; además de ser una especie considerada poco abundante.
En México está sujeta a protección especial y parte de su área de distribución se encuentra protegida en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, pero no se están llevando a cabo acciones concretas para su estudio y conservación, ya que se considera como poco común y su hábitat está en continúa desaparición.
Esto ha ocasionado que la especie se distribuya en un fragmento de vegetación aislado de aproximadamente 160 hectáreas en el Pedregal de San Ángel.
Fuente: unotv.com