Pez diablo: la especie invasora que está acabando con los peces nativos de México

Este animal está generando un daño ecológico por su increíble capacidad de adaptación

El pez diablo se está convirtiendo un problema para los peces nativos de México. Esta especie invasora causa un daño ecológico que ha activado las alertas para tratar de combatir su proliferación.

¿Qué es el pez diablo?

Con el nombre científico Hypostomus plecostomus, este pez se encuentra principalmente en Sudamérica y parte de Centroamérica. Se le conoce como pez diablo porque es una especie que no tiene depredadores naturales.

Es una especie “paternalista”, de acuerdo con lo que explicó a la BBC Ernesto Velázquez, director de la escuela de Biología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH). Es decir, el macho se asegura que sobrevivan casi todos los huevecillos que deposita la hembra.

Esto también convierte al pez diablo en territorial, porque evita que otras especies puedan desovar, al proteger tan celosamente su territorio.

¿Cómo llegó a México?

Por aficionados a la cría de peces de ornato, los peces diablo fueron traídos a México desde Sudamérica. Al ser una especie que se alimenta de algas y desechos de comida, se les conoce también como “limpiapeceras”.

Sin embargo, al crecer, suelen ser abandonados en lagos, ríos o lagunas, lo que convierte al pez diablo en un riesgo cuando empiezan a proliferar.

¿Por qué son un peligro para las especies nativas de México?

En 2020, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas alertó que el pez diablo podría representar un riesgo para los peces endémicos del país.

El pez diablo ha sido detectado en Coahuila, Campeche, Chiapas, Quintana Roo y es una especie particularmente agresiva. Su cuerpo está protegido por espinas y cartílagos. Y debido a la crisis climática, buscan espacios que se adecúen más a sus necesidades biológicas.

Asimismo, han sabido aprovechar las lluvias y ciclones, que cada vez son más potentes, para invadir cuerpos de agua salada. Pueden sobrevivir hasta 14 horas fuera de la corriente de agua y se inserta en nuevos espacios, gracias a las inundaciones, y acaban con las especies nativas que va encontrando a su paso.

Por el momento, las autoridades no han encontrado la solución para detener su proliferación que altera los ecosistemas acuáticos.

Fuente: televisa.com