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Morir devorada o consumir arsénico: la vida de una oruga única en su especie

El arsénico “es el rey de los venenos y el veneno de los reyes”, pero hay una especie que no es afectada por él y parece usarlo en su beneficio: la oruga Callopistria floridensis. Un estudio ha demostrado que este animal conserva el químico en su cuerpo como una medida de defensa ante los depredadores, según el artículo publicado en Ecological Entomology.

Abundante arsénico

Benjamin Jaffe, entomólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison e investigador principal del estudio, había comenzado a observar la alimentación de estas orugas también conocidas como Lepidoptera. Lo que notó fue que ellas consumían las hojas del Pteris vittata, un helecho llamado Helecho de Lima y reconocido por su capacidad de hiperabsorber arsénico.

Por ello, el objetivo principal del trabajo estaba relacionado con investigar los efectos de este helecho rico en arsénico sobre las orugas. Para esto, midieron las diferentes concentraciones de arsénico en las etapas de desarrollo del animal (larvas y adultos). El análisis realizado demostró que la Callopistria floridensis había acumulado en su cuerpo altos niveles de arsénico, los cuales se cree serían letales para otros animales.

Para corroborar lo que hallaron, Jaffe y sus colegas cultivaron helechos en el laboratorio, con los cuales alimentaron a las orugas a medida que crecían y se desarrollaban. Esto comprobó que ellas almacenan el arsénico en concentraciones mucho más altas que la de su propia fuente de alimento: los helechos.

Definitivamente esta es una capacidad inusual: ¿qué animal come arsénico y no muere? Aunque existían algunos casos de invertebrados acuáticos, la Callopistria floridensis es el único animal terrestre que se sabe que hiperacumula el químico. Además, se cree que puede haber desarrollado nuevas adaptaciones fisiológicas y de comportamiento para regular los efectos negativos del arsénico

Supervivencia al límite

¿Y por qué consumen un aperitivo tan peligroso? La clave es la defensa. Como existen orugas de diversos colores, «el consumo de arsénico podría estar impulsando la variación que vemos en el color de la oruga, con lo cual podría indicarle a sus depredadores que son venenosas», asegura el entomólogo.

También, el arsénico también puede prevenir los agentes patógenos o protegerla contra algún otro factor ambiental, afirma Jaffe.

Los diversos mecanismos de defensa cada vez nos sorprenden más. ¿Recuerdas el hallazgo de un extraño dinosaurio con espinas gigantes en el cuello fue descubierto en Argentina? Este saurópodo poseía esas espinas recubiertas de queratina para protegerse de sus depredadores.

Fuente: rpp.pe