¿Memoria de elefante? Mejor de ardilla

Si sueles presumir de tener memoria de elefante, a lo mejor te estas equivocando de animal, porque lo que realmente mola es tener memoria de ardilla. Al menos eso es lo que se desprende de un estudio publicado hace unos días en ‘Royal Society Open Science’, que demuestra que su fama de despistadas es inmerecida.

Resulta que estos animales organizan su botín alimentario empleando una estrategia cognitiva común con los humanos y otros animales para organizar información espacial, lingüística y numérica en grupos pequeños y manejables, como las carpetas de un ordenador. A eso se le denomina ‘chunking’ o agrupación, y a los humanos nos permite, por ejemplo, recordar números de teléfono o nuestro Documento Nacional de Identidad agrupando los dígitos en tres grupos.

Pues bien, las ardillas usan tan eficientemente esta estrategia mnemotécnica que pueden memorizar dónde esconden los millares de nueces (de 3.000 a 10.000) que recogen cada año. Según los autores, separan su botín en subcarpetas, al menos una para cada variedad de fruto seco. Una táctica con la que recuerdan dónde han escondido las piezas más preciadas, a la vez que las mantiene a salvo de posibles rateros.

Lucía Jacobs y sus colegas de la Universidad de California en Berkeley en EEUU no tuvieron que irse muy lejos para demostrarlo. Les bastó con seleccionar a 45 de las ardillas zorro arborícolas (Sciurus niger) que deambulan por el campus universitario y seguir sus pasos durante dos años. Así, comprobaron que los animales almacenaban almendras, avellanas, pacanas y nueces en distintos escondrijos. Con ayuda de navegadores GPS, mapearon la distribución de estos frutos secos y llegaron a la conclusión de que los escondían según especies, calidad e incluso preferencias.

“Hacen lo mismo que nosotros en el supermercado: pones fruta en un estante y verduras en otro, y así sabemos dónde buscar cuando lo necesitamos una cebolla, sin necesidad de revisar todos los estantes”, aclara Lucía Jacobs, responsable del estudio.

Después de todo, no hay que menospreciar la inteligencia de las ardillas. Los expertos en comportamiento animal demostraron hace algún tiempo que son tan ‘listillas’ que cuando piensan que los competidores les espían escenifican enterramientos falsos, cavando agujeros y fingiendo dejar caer una nuez dentro mientras ocultan el fruto seco en sus bocas.

Fuente: tecnoxplora.com