Los pandas ya no están peligro; su hábitat, sí

Un año después de que los pandas gigantes pasaran de considerarse en peligro de extinción a la categoría de “vulnerables” —una esperada clasificación después de casi 28 años—, los científicos chinos tienen noticias desalentadoras: el hábitat natural del animal en China está en serio peligro.

En un estudio publicado recientemente en la sección de ecología y evolución de Nature, los investigadores dieron a conocer que los hábitats naturales adecuados para el panda han disminuido significativamente y de manera constante desde 1990, el año en que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasificó por primera vez al animal como en peligro de extinción. Eso podría convertir cualquier ganancia en la población del panda salvaje chino en una breve victoria conservacionista.

La deforestación, la invasión humana, la construcción de carreteras y la agricultura han conspirado para dividir los hábitats de los pandas en pequeñas secciones, un proceso conocido como fragmentación, señala el estudio.

Ouyang Zhiyun, profesor de Ciencias del Medioambiente en la Academia China de las Ciencias, y sus colegas revisaron 40 años de información satelital para llegar a sus conclusiones, e instan al gobierno chino a tomar medidas concretas para restaurar el medioambiente propicio para los pandas.

Los pandas gigantes son el icono nacional de China, el único lugar del mundo donde no viven en cautiverio. Años de esfuerzos por parte del gobierno chino para revertir sus números decrecientes, como la restauración de los bosques de bambú y la creación de reservas nacionales para su hábitat, ayudaron a alejar a este animal del precipicio. Se declararon fuera de peligro de extinción en septiembre de 2016 después de que su población estimada alcanzó los 1864 especímenes sin contar a los cachorros. Eso fue un aumento del mínimo de casi 1200 en los años ochenta.

No obstante, con la buena noticia vino una advertencia: el cambio climático y otros factores podrían devastar el hábitat del panda a largo plazo, y dejar cualquier aumento de población como una victoria temporal, indicó la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La fragmentación de la población de los pandas chinos exacerba el problema, pues ahora están confinados en solo seis zonas montañosas y cerca de treinta grupos aislados, dieciocho de los cuales no tienen más de diez individuos.

Ouyang y sus colegas señalaron que los esfuerzos chinos de restauración han tenido un efecto positivo en los hábitats del panda en años recientes, y que los cambios previstos significan que “las distintas presiones sobre los pandas y sus hábitats posiblemente disminuirán” en el corto plazo, según el estudio. Sin embargo, el desarrollo de infraestructura, el turismo y otras intrusiones podrían socavar estas mejoras, agregaron.

Los investigadores recomiendan pasos concretos que China puede tomar para prevenir que los pandas se conviertan otra vez en una especie en peligro de extinción. China debe “mejorar la comunicación de las pequeñas poblaciones aisladas de pandas y crear corredores de hábitat para reducir su fragmentación”, dijo Ouyang. El artículo también pide la instalación de “líneas rojas ecológicas” que separen físicamente el medioambiente del panda de las zonas de desarrollo humano, además de la expansión de las zonas reservadas para pandas y la restricción del turismo en parques nacionales donde existan pandas.

Fuente: The New York Times