Los mejillones ajustan su ritmo cardíaco para adaptarse al calor

Es probable que los mejillones sean capaces de resistir las olas de calor marinas ajustando sus funciones corporales, concretamente su ritmo cardiaco.

En un experimento que probó el impacto de una ola de calor marina en mejillones grandes y pequeños, ambos tamaños salieron airosos, demostrando su notable capacidad para hacer frente al estrés ambiental, a pesar de los cambios fisiológicos a corto plazo. El estudio se publica en la revista Marine Biology.

Investigadores de la Universidad China de Hong Kong y la Universidad de Australia del Sur probaron los signos vitales de mejillones expuestos a tres semanas de temperaturas oceánicas muy cálidas. Aunque sus tasas cardíacas y de eliminación (la velocidad a la que un cierto volumen de agua se elimina de todas las partículas) aumentaron con las temperaturas elevadas, una semana después de que terminó la ola de calor, sus signos vitales habían vuelto a la normalidad.

“Esto es un buen augurio para su supervivencia en futuras olas de calor marinas, y se prevé que estos fenómenos aumenten en gravedad, frecuencia y duración”, afirma en un comunicado la doctora Laura Falkenberg, profesora medioambiental de UniSA, que participó en el estudio.

“Esperábamos ver algunos impactos marcados del aumento de la temperatura del océano en sus signos vitales, incluida la supervivencia, la frecuencia cardíaca y respiratoria, pero para nuestra sorpresa fueron extremadamente resistentes, persistieron y se recuperaron después de la ola de calor marina”.

Los mejillones son vitales para los ecosistemas marinos, desempeñan un papel fundamental en el reciclaje de nutrientes y mejoran la calidad del agua en los sistemas costeros al filtrar grandes volúmenes de agua mientras se alimentan, lo que ayuda a mantener el agua limpia.

También son una fuente importante de proteínas para los humanos, en particular hierro, vitamina B-12 y omega-3, ya que contienen más de nueve veces más vitamina B-12 que la carne de res y cinco veces más que el salmón.

Fuente: europapress.es