Los machos de estas moscas ‘drogan’ a las hembras tras la cópula

La estrategia permite evitar que las hembras de la mosca de la fruta se apareen con otros machos

Hasta ahora se sabía que los machos de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) expulsan un tipo de péptido en el cuerpo de la hembra junto con el esperma que provoca que esta sea menos atractiva para otros machos, una estrategia para evitar que se apareen durante los siguientes días.

Ahora, una nueva investigación del Centro Atómico de Bariloche y la Fundación Instituto Leloir—IIBBA—CONICET (Argentina) también sugiere que esta sustancia química inyectada durante el apareamiento provoca somnolencia en las hembras tras la cópula, lo que evitaría que la hembra tuviera la tentación de aparearse con otros machos. Una estrategia que estaría destinada a garantizar que los machos tengan éxito en la producción de su descendencia.

Un amanecer simulado

Para desvelar este efecto en las hembras se criaron moscas en laboratorio a las que se vigilaba mediante cámaras de vídeo. Cuando se simuló el amanecer, se constató que las moscas que volaban eran las que todavía eran vírgenes, mientras que las otras permanecían en estado de somnolencia.

Modificaron genéticamente algunas hembras para desactivar las neuronas implicadas en el proceso de apareamiento.

Para confirmar que esta somnolencia era resultado del péptido inyectado por el macho tras la cópula y no estaba provocado por ningún otro factor, se modificaron genéticamente algunas hembras para desactivar las neuronas implicadas en el proceso e inmunizarlas así al péptido. Al simular de nuevo el amanecer, estas moscas modificadas, a pesar de haber copulado, también despertaron y echaron a volar junto con las moscas vírgenes.

Drosophila melanogaster, la mosca del vinagre o de la fruta, es uno de los animales de referencia para la investigación científica, sobre todo en el ámbito de la genética. Básicamente, sus virtudes es que se trata de un organismo pequeño, fácil de mantener y de manipular en el laboratorio, y además se reproduce con mucha rapidez. Además, comparte con el ser humano más del 60% de los genes. Incluso la NASA las utiliza para explorar los efectos de los viajes al espacio.

Fuente: nationalgeographic.com.es