Los llamados de los orangutanes que esconden la clave de la evolución del habla humana
Adriano Reis e Lameira y sus colegas de la Universidad de Durham grabaron y analizaron cerca de 5 mil chasquidos que los orangutanes hacen con los labios.
Según el investigador, los animales combinan estos sonidos semejantes a nuestras consonantes para transmitir diferentes mensajes.
Esto, asevera, puede darnos una idea de cómo nuestros ancestros formaron las primeras palabras.
El resultado del estudio fue publicado en la revista Nature Human Behaviour.
«El lenguaje humano es extraordinariamente avanzado y complejo. Podemos transmitir casi cualquier tipo de información con sonidos», señaló Reis e Lameira.
«Por eso tendemos a pensar que quizás las palabras evolucionaron de algún precursor rudimentario para transmitir mensajes más complejos».
«Básicamente, nosotros estamos utilizando el comportamiento vocal de los orangutanes como si fuera una máquina del tiempo que nos lleva a la época en que nuestros ancestros empleaban lo que serían (los precursores de) vocales y consonantes».
Consonantes más que vocales
El equipo estudió los chirridos en particular porque, como muchas consonantes (t, p, k), dependen de las acciones de los labios, la lengua y la mandíbula más que de la voz.
«Estos sonidos no involucran una acción de la voz. Son desde el punto de vista de la acústica y la articulación como consonantes», explicó el investigador.
Si lo comparamos con investigaciones sobre los llamados de los orangutanes que utilizan vocales, el estudio del papel de las consonantes en la evolución del habla siempre ha sido más difícil.
Sin embargo, como explica Serge Wich, investigador de la Universidad de Liverpool, Reino Unido, y principal autor del estudio, las consonantes son bloques de construcción fundamentales en la evolución del habla.
«La mayoría de los lenguajes humanos tienen muchas más consonantes que vocales», señala Wich. «Y si tenemos más bloques para construir, tenemos más combinaciones».
Redundancia
Los investigadores grabaron y analizaron 4.486 chirridos de 48 animales en 4 poblaciones salvajes.
Después de escuchar miles de horas en grabaciones, los científicos notaron que los animales le conferían a sus sonidos distintos fragmentos de información.
El equipo comparó esto con cómo nosotros podemos usar más de una palabra para transmitir un mismo significado, como cuando decimos carro, automóvil o vehículo para referirnos a lo mismo.
«Ellos parecen querer asegurarse de que se reciba el mensaje, por eso podrían estar enviando el mismo mensaje pero con una combinación diferente de señales».
El estudio, explican los investigadores, muestra que más que hacer un esfuerzo para formar palabras complejas, pudo haber sido esta «redundancia» (el crear diferentes sonidos que tienen el mismo significado para reforzar el mensaje) la que impulsó la evolución temprana del lenguaje.
«Es una manera de asegurarse de no ocurra como en el juego del teléfono roto»
Fuente: Victoria Gill / BBC Ciencia