Los chimpancés duermen en una cama más limpia que la tuya

Los científicos han comparado los microbios en las áreas de descanso de humanos y chimpancés. Los hallazgos pueden sorprenderte

Una cama diferente por día. Así funcionan los chimpancés, y este proceso les protege de que bacterias y parásitos comiencen a acoplarse a su espacio de sueño. Esto los convierte en una de las especies más limpias; por supuesto, más limpias que los humanos.

En comparación con las camas humanas, los nidos de chimpancé tienen una variedad mucho mayor de insectos; sin embargo, solo el 3.5% de las especies de bacterias presentes provienen de la piel, saliva o heces de los chimpancés.

Este dato es diferente a lo que ocurre con los humanos. Según un estudio llevado a cabo por la Universidad Estatal de Carolina del Norte, EEUU, aproximadamente el 35% de las bacterias en camas humanas provienen de nuestros propios cuerpos, incluidas las bacterias fecales, orales y de la piel.

Dormir en el planeta de los simios

Las camas se usan por una sola noche y luego se abandonan. Los grandes simios, como los gorilas, bonobos y orangutanes, comparten este ritual.

Cada día construyen complejos nidos de árboles, con ramas y hojas que contienen menos bacterias corporales que las camas de la mayoría de los hogares humanos.

Si van a defecar, hacen un esfuerzo por inclinarse al lado de sus nidos. Por lo tanto, tiene un poco de sentido que sus lugares para dormir tengan concentraciones más bajas de bacterias asociadas al cuerpo.

Si tomamos en cuenta que una persona lava las sábanas de su cama al menos tres veces al año, el contraste con los simios resulta bastante antihigiénico.

Lo interesante de esta información está en reflexionar cómo, a pesar de que el ser humano hace continuos esfuerzos por mejorar su calidad de vida, incluida la vivienda, ello parece no ser suficiente o tan eficaz como lo sería en este caso una cama, en comparación con un nido que ‘se lava diario’.

“De alguna manera, nuestros intentos de crear un ambiente limpio para nosotros mismos realmente pueden hacer que nuestro entorno sea menos ideal”, afirma Megan Thoemmes, quien dirigió la investigación en Tanzania.

Dormir en el planeta de los humanos

Y esto porque al dormir los humanos en la misma cama durante un largo período, se propicia el entorno para que sobrevivan y se cultiven más bacterias o parásitos.

En la cama no sólo habitan cantidades excesivas de ácaros que se alimentan de la humedad del sudor; también, restos de células cutáneas muertas, flujos vaginales y uretrales, excreciones anales, cosméticos de belleza y contaminación.

Además, “es asqueroso y todo, pero sentarse en sus propios microbios no es generalmente un problema para la salud”, dice el microbiólogo Jonathan Eisen para National Geographic; lo que sí es un riesgo “es estar expuesto o expuesta a los microbios de otra persona que ha dormido en esa cama”.

Entonces, en lo que respecta a la salud, la parte más sucia para los humanos sería dormir en camas en las que muchas otras personas han dormido.

Si estás libre del pensamiento obsesivo-compulsivo, entonces no te preocuparás tanto de la vida microscópica que habita en tu cama mientras duermes.

Sin embargo, si eres esclavo de ese pensamiento la recomendación es lavar más seguido el colchón, las almohadas, las sábanas y las cobijas (al menos una vez por semana). Al despertar, deja la cama sin tender, para que el sol deshidrate a los ácaros.

Fuente: ecoosfera.com