Las avispas usan sus estómagos como tambores para indicar la presencia de alimento

Un grupo de investigadores estadounidenses ha encontrado que las avispas usan sus estómagos para demostrar su interés en la comida. Aunque, a diferencia de los humanos, que solemos hacer extraños sonidos con nuestros estómagos cuando estamos hambrientos, el sonido de las avispas es voluntario y sirve como método de comunicación.

En el estudio publicado en el journal The Science of Nature, se ha descubierto que estos insectos golpean sus abdómenes contra las paredes de sus nidos con el fin de informar a otras avispas que hay comida disponible. Es la primera vez que se ha demostrado que las avispas se comunican de esta manera.

Previamente ya se conocía que varias especies de avispas realizan “tamborileos gastrales” (gastral drumming). De vez en cuando, golpean rápidamente sus abdómenes contra las paredes de sus nidos en una serie de sonidos cortos. Los científicos que primero informaron este comportamiento en la década de 1960 pensaron que podría haber sido una forma de que las avispas comunicaran que tenían hambre. Los estudios de observación sugirieron que, si a una colonia se le privaba de comida, las avispas tamborilearían más. En respuesta a la percusión, otras avispas comenzaban a moverse más, a buscar más y a realizar regurgitar alimentos para compartir con sus compañeros.

Sin embargo, la idea de que los tamborileos gastrales comunicaran el hambre nunca fue probada empíricamente. Mientras tanto, otros investigadores sugirieron que las avispas podrían estar diciéndole a sus compañeros sobre fuentes de alimentos. Este comportamiento de “reclutamiento” es común en los animales sociales, como los gorriones y las ratas topo desnudas.

Dos hipótesis fueron probadas

Por eso, los investigadores de la Universidad de Nueva York City, liderados por Benjamin Taylor, pusieron a prueba ambas hipótesis. Albergaron seis colonias de avispas alemanas (Vespula germanica) en nidos artificiales en el laboratorio, con acceso controlado al mundo exterior. Luego variaron la cantidad de comida disponible, y rastrearon la cantidad de percusión que hicieron las avispas.

Para probar el efecto de la inanición, a las avispas se les permitió forrajear libremente durante un día, pero en el segundo día las encerraron y solo les dieron agua. En el tercer día, la salida se abrió de nuevo. En otros ensayos más cortos, a las colonias se les administraron una solución de sacarosa y se midieron los comportamientos antes, durante y después de proporcionar alimentos adicionales.

El equipo encontró que el tamborileo disminuyó en las pruebas de inanición, lo que sugiere que no se trataba de una señal de hambre. Sin embargo, las avispas tamborilearon más cuando se les ofreció sacarosa, y los niveles de percusión retornaron sistemáticamente a un nivel de referencia después de que los períodos de inanición habían terminado. Esto sugiere que las avispas emitían esos sonidos para alertarse mutuamente sobre la presencia de comida.

Este fascinante comportamiento tendrá que ser estudiado a mayor profundidad en posteriores investigaciones. Porque, por ejemplo, se ha encontrado que algunos tamborileos son bastante cortos mientras que otros pueden durar minutos. “El pensamiento aquí es que podría contener más información sobre el recurso”, dice Taylor. Pero, aún no se sabe con certeza.

Las avispas, al igual que las abejas, son insectos con un complejo comportamiento social que apenas estamos llegando a comprender. Por ejemplo, hace unos días un estudio detectó que las abejas en una colmena tenían comportamientos similares a las de las neuronas dentro de un cerebro.

Fuente: nmas1.org