Los cambios en el tamaño o la ubicación del hielo y la nieve pueden alterar las temperaturas del aire, cambiar el nivel del mar e, incluso, afectar las corrientes oceánicas en todo el mundo
La criosfera de la Tierra -esto es, los componentes congelados del planeta, como los glaciares, los casquetes polares, el hielo marino y el permafrost- se reduce en unos 87.000 kilómetros cuadrados cada año, lo que equivale a la superficie de Andalucía.
Así se desprende de la primera evaluación global de superficie de la Tierra cubierta por hielo marino, nieve y suelo congelado. El estudio, publicado en la revista ‘Earth’s Future’, fue realizado por investigadores de China y de Estados Unidos. La extensión de la tierra cubierta por agua congelada es tan importante como su masa porque la superficie blanca brillante refleja la luz solar y enfría el planeta.
Los cambios en el tamaño o la ubicación del hielo y la nieve pueden alterar las temperaturas del aire, cambiar el nivel del mar e, incluso, afectar las corrientes oceánicas en todo el mundo. “La criosfera es uno de los indicadores climáticos más sensibles y el primero en demostrar un mundo cambiante”, apunta Xiaoqing Peng, geógrafo físico de la Universidad de Lanzhou (China), quien añade: “Su cambio de tamaño representa un cambio global importante, más que un problema regional o local”.
La criosfera contiene casi tres cuartas partes del agua dulce de la Tierra y los glaciares menguantes de algunas regiones montañosas amenazan los suministros de agua potable. Muchos científicos han documentado la reducción de las capas de hielo, la disminución de la capa de nieve y la pérdida de hielo marino del Ártico debido al cambio climático. Pero ningún estudio previo ha considerado toda la extensión de la criosfera sobre la superficie de la Tierra y su respuesta al calentamiento de las temperaturas.
Contracción espacio-temporal
Peng y otros colegas de la Universidad de Lanzhou calcularon la extensión diaria de la criosfera y promediaron esos valores para llegar a estimaciones anuales. Si bien la extensión de la criosfera crece y se reduce con las estaciones, encontraron que el área promedio cubierta por partes heladas de la Tierra se ha contraído en general desde 1979, lo que se correlaciona con el aumento de las temperaturas del aire.
La contracción ocurre principalmente en el hemisferio norte, con una pérdida de aproximadamente 102.000 kilómetros cuadrados cada año, casi tanto como la superficie de Islandia. Esas pérdidas se compensan ligeramente con el crecimiento en el hemisferio sur, donde la criosfera se expande en unos 14.000 kilómetros cuadrados al año.
Este crecimiento se produce principalmente en el hielo marino en el mar de Ross -alrededor de la Antártida-, probablemente debido a los patrones de viento y corrientes oceánicas, y la adición de agua fría de deshielo de las capas de hielo antárticas. Los investigadores apuntan que no sólo se reduce la criosfera mundial, sino que muchas regiones permanecen congeladas durante menos tiempo. El primer día promedio de congelación ahora ocurre unas 3,6 jornadas más tarde que en 1979 y el hielo se descongela unos 5,7 días antes.
Para compilar su estimación global de la extensión de la criosfera, los autores dividieron la superficie del planeta en un sistema de cuadrícula. Utilizaron conjuntos de datos existentes de extensión global de hielo marino, cobertura de nieve y suelo congelado para clasificar cada célula en la cuadrícula como parte de la criosfera si contenía al menos uno de los tres componentes.
Luego estimaron la extensión de la criosfera diaria, mensual y anual, y examinaron cómo cambió a lo largo de los 37 años de su estudio. Los autores dicen que el conjunto de datos global ahora se puede utilizar para investigar más a fondo el impacto del cambio climático en la criosfera, y cómo estos cambios afectan a los ecosistemas, el intercambio de carbono y el momento de los ciclos de vida de las plantas y los animales.
Fuente: elmundo.es