La siembra de estructuras de acero está ayudando a los arrecifes de coral a revivir

Probablemente no ayuden al blanqueamiento provocado por el calor, pero arreglarían otros daños causados por los humanos

Los arrecifes de coral, algunos de los ecosistemas marinos más hermosos de la Tierra, están muriendo. Es probable que el 90% de ellos haya desaparecido en 2050 debido al aumento de la temperatura de los océanos y a la contaminación. “Pero cuando desaparecen no es para siempre. Podemos reconstruirlos”, afirma Timothy Lamont, biólogo marino de la Universidad de Lancaster.

El equipo de Lamont evaluó los esfuerzos de restauración de arrecifes de coral realizados a través del Programa MARS de Restauración de Arrecifes de Coral en la costa de Indonesia y descubrió que plantar corales en una red de armazones de acero recubiertos de arena devolvía la vida a un arrecife completamente muerto en solo cuatro años. Parece que por una vez podemos arreglar algo.

Crecer entre los escombros

El arrecife restaurado que examinó el equipo de Lamont resultó dañado por la pesca con explosivos realizada hace unos 30 a 40 años. “La gente utilizaba dinamita para volar el arrecife y matar a todos los peces, luego los recogían. Obviamente, esto es muy perjudicial para el hábitat y deja campos de escombros sueltos con montones de esqueletos de coral”, explica Lamont.

Como estos escombros sueltos están en constante movimiento, dando vueltas y revolcándose, las larvas de coral no tienen tiempo suficiente para crecer antes de ser aplastadas. Así que el primer paso para devolver la vida a los arrecifes dañados fue estabilizar los escombros. Los responsables del programa MARS lo hicieron con reef stars, unas estructuras hexagonales de acero recubiertas de arena. “Se conectan en red y se fijan al fondo marino para reducir el movimiento de los escombros”, explica Lamont.

Sin embargo, antes de colocar las reef stars en el lecho marino, el equipo de MARS ató manualmente pequeños corales a su alrededor. Con ello se pretendía acelerar la recuperación en comparación con dejar que las larvas de coral se asentaran en las estructuras de acero de forma natural. Según algunas medidas clave, funcionó. Pero hay dudas sobre si captan todo lo que necesitamos saber.

Arrecifes de coral artificiales

La métrica que utilizó el equipo de Lamont para medir el éxito de la restauración del programa MARS fue el presupuesto de carbonato, que describe un crecimiento global de toda la estructura del arrecife. Según Lamont, un arrecife de coral sano tiene un presupuesto de carbonato positivo y produce aproximadamente 20 kilogramos de piedra caliza por metro cuadrado al año. Esto es exactamente lo que su equipo midió en los lugares restaurados del arrecife indonesio. Pero aunque el arrecife recuperado tenía la misma cantidad de carbonato que uno sano, los organismos que contribuían a este eran diferentes.

Un arrecife natural intacto es una mezcla diversa que incluye especies de corales masivos, con incrustaciones y placas, como Isopora o Porites, que aportan aproximadamente un tercio del presupuesto de carbonato. Los arrecifes restaurados estaban casi totalmente dominados por corales más pequeños y ramificados, como Stylophora, Acropora y Pocillopora, todas ellas especies de crecimiento rápido inicialmente ligadas a las reef stars. La cuestión era si el programa MARS había logrado su asombroso plazo de cuatro años para la recuperación de los arrecifes sacrificando la biodiversidad y eligiendo específicamente corales que crecen más rápido.

El primero en recuperarse

“Tenemos que dar un paso atrás. Cuando cualquier ecosistema se recupera de un daño, ya sea de forma natural o mediante algún proceso artificial de restauración creado por el hombre, los primeros años siempre son diferentes de lo que sería el resultado final”. Lamont señala que en ese periodo de recuperación, ya sea que se trate de un bosque, un arrecife de coral o cualquier otro ecosistema, las especies de crecimiento rápido dominarán inicialmente porque siempre son las primeras en recuperarse.

“Las especies más grandes no las veríamos durante décadas porque crecen muy despacio. Aunque no se hubieran plantado corales y se hubiera esperado a la recuperación natural, al cabo de cuatro años dominarían las especies de crecimiento rápido”, explica Lamont.

“Con las reef stars podemos reparar una zona del tamaño de una pista de tenis en una semana. Y en el mundo de la restauración de arrecifes de coral, eso es rapidez y eso son zonas grandes”, dijo Lamont. Pero las reef stars no son una solución perfecta para restaurar todos los arrecifes en cualquier lugar; están diseñadas específicamente para abordar el problema de los fondos marinos sueltos.

“No funcionan tan bien cuando el lecho marino es de roca dura, cuando hay corales que no pueden fijarse a un armazón o cuando no hay corales sanos”, explica Lamont. Para restaurar realmente los arrecifes de coral, debemos desarrollar métodos que sean útiles también en estos escenarios.

Evolución y clima

Pero primero tenemos que hacer algo con el elefante en la habitación. “El cambio climático es enorme. Es la mayor amenaza para los arrecifes de coral de todo el mundo”, afirmó Lamont. Es la principal causa del aumento de la intensidad y frecuencia de los ciclones tropicales, igual que la pesca con explosivos pero a una escala infinitamente mayor.

Hasta cierto punto, ese tipo de daños puede solucionarse con las reef stars. Pero también hay olas de calor marinas, subidas extremas de la temperatura del océano que llegan a persistir durante largos periodos de tiempo. Y las olas de calor son summamente peligrosas para los corales, que no son especialmente resistentes a las altas temperaturas: el calor causa blanqueamiento al perturbar las interacciones de los corales con organismos simbióticos. Y las reef stars hacen muy poco por reparar ese daño.

Pero hay otras vías. “El enfoque más viable frente a las olas de calor es la evolución asistida, en la que se intenta criar supercorales con mayor resistencia a los cambios de temperatura”, explica Lamont.

Otra forma es la reproducción sexual, en la que los huevos de coral se fecundan con esperma de coral en un laboratorio. Estos huevos fecundados se esparcen por la superficie del océano con la esperanza de que se asienten de forma natural en el fondo marino. “Es emocionante, inspirador, que sea posible reconstruir los arrecifes de coral. Pero sigue haciendo falta un gran esfuerzo para combatir el cambio climático. La capacidad de las prácticas de restauración tiene un límite. En definitiva, tenemos que detener la causa del daño”, destacó Lamont.

Fuente: es.wired.com