Hasta el 30% del déficit de lluvia puede ser causado por la «autopropagación de la sequía», similar a la de los incendios, según el proyecto DRY-2-DRY del Consejo Europeo de Investigación (ERC).
A diferencia de otros fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes o tormentas de invierno, las sequías afectan a los seres humanos en la mayoría de las zonas climáticas del mundo; desde las áridas estepas del Sahel hasta las selvas húmedas de la Amazonía. Además, se espera que las sequías se intensifiquen en muchas regiones a raíz del calentamiento global.
Las Naciones Unidas han descrito recientemente la sequía como «la próxima pandemia», lo que sugiere que los riesgos asociados actualmente se pasan por alto. Por lo tanto, es crucial mejorar nuestra comprensión de la sequía, y en particular de sus causas, para poder predecir su riesgo futuro y permitir una adaptación social adecuada.
Los déficits de lluvia eventualmente se manifiestan como suelos secos. La superficie terrestre, sin embargo, también juega un papel muy activo en la generación de lluvia, ya que proporciona humedad a la atmósfera a través de la evaporación. ¿Qué sucede durante una sequía del suelo cuando se evapora mucha menos agua de lo normal? Se ha planteado la hipótesis de que esto puede permitir que las sequías se expandan por sí mismas, ya que proporcionan menos humedad para la precipitación, no solo localmente, sino también a favor del viento.
Hasta ahora, la evidencia de esta autopropagación de la sequía, alimentada por los suelos secos, había permanecido esquiva. En un nuevo estudio, publicado en Nature Geoscience, dirigido por el Hydro-Climate Extremes Lab (H-CEL) de la Universidad de Gante (Bélgica), se proporciona esta evidencia por primera vez.
Los autores analizaron las 40 sequías más grandes de la historia reciente. Para cada evento, los autores rastrearon el aire sobre las regiones de sequía a medida que se expandía el área de sequía. Esto les permitió calcular cuánto de los déficits de lluvia a favor del viento fueron causados por el secado de los suelos a favor del viento. Su conclusión fue que en meses individuales, hasta el 30% del déficit de lluvia puede ser causado por esta autopropagación de la sequía.
Como afirma Dominik Schumacher, primer autor del estudio: «En esencia, las sequías se comportan de manera similar a los incendios forestales: mientras que los incendios se propagan a favor del viento al encender más y más ‘combustible’ en su entorno, las sequías lo hacen al reducir su propio suministro de lluvia a través de la sequía de la superficie terrestre».
Los autores encuentran la autopropagación más fuerte en las tierras secas subtropicales, como en Australia y el sur de África; en estas regiones, el efecto limitante de la baja humedad del suelo sobre la evaporación es más fuerte. Por definición, el agua ya escasea en las tierras secas, pero estas regiones sustentan una fracción considerable de la población humana mundial y también se utilizan ampliamente para la agricultura.
Por lo tanto, como se proyecta que las tierras secas se expandan a la luz del cambio climático, el carácter de autopropagación de las sequías puede conducir a eventos aún más grandes y de evolución más rápida en el futuro, y exacerbar aún más la escasez de agua, así como las consecuencias socioeconómicas y ambientales asociadas.
Fuente: europapress.es