La misteriosa ‘Death Ball’, la esponja carnívora hallada en las profundidades del océano sorprende a la ciencia

Un equipo internacional de investigadores descubrió una criatura marina depredadora única y otras treinta especies nuevas en las heladas aguas de las islas Sandwich del Sur, un hallazgo que desafía todo lo que se creía saber sobre la vida en los ecosistemas más fríos del planeta

En las profundidades heladas del océano Austral, cerca de las remotas islas Sandwich del Sur, un equipo internacional de científicos identificó una criatura que desafía las expectativas sobre la vida marina: una esponja carnívora esférica cubierta de ganchos, capaz de capturar y digerir presas. Este hallazgo, constituye un avance importante en la comprensión de los ecosistemas menos explorados del planeta, según informó Paris Match.

La esponja, denominada provisionalmente Chondrocladia sp. nov. y apodada “Death Ball” por su aspecto peculiar, se distingue por su forma blanca, esférica y recubierta de filamentos armados con ganchos. A diferencia de otras, que filtran el agua para alimentarse, esta especie actúa como depredador.

El biólogo Javier Cristobo, del Instituto oceanográfico español, explicó a Paris Match: “La estructura de la esponja incluye un pedúnculo del que emergen varias ramas, cada una rematada por esferas blancas similares a pelotas de ping-pong. Cada gancho actúa como un arma de captura. Es una forma de carnivorismo muy diferente de lo que observamos habitualmente en las esponjas”.

Tecnología y trabajo colaborativo para descubrir nuevas especies

El descubrimiento ocurrió a más de 3.000 metros de profundidad, en una región donde confluyen las aguas del Atlántico Sur y la Antártida. El equipo, dirigido por The Nippon Foundation–Nekton Ocean Census junto al Schmidt Ocean Institute, exploró los alrededores de las islas Montagu y Saunders, un archipiélago volcánico prácticamente inexplorado.

Michelle Taylor, jefa científica de Ocean Census, subrayó en declaraciones recogidas por Paris Match: “El aislamiento de las islas Sandwich del Sur hace que sean muy poco exploradas. La mezcla de estas dos masas de agua crea un ecosistema único, un mosaico de especies que apenas comenzamos a comprender”.

La expedición, a bordo del buque de investigación R/V Falkor (too), utilizó tecnología avanzada como cartografía del fondo marino y cámaras de alta definición en el vehículo operado remotamente ROV SuBastian. Gracias a estos medios, los científicos recolectaron cerca de 2.000 especímenes de 14 grandes grupos animales.

Entre los hallazgos confirmados, destacan 30 nuevas especies, incluidas estrellas de mar inéditas, crustáceos desconocidos, gusanos iridiscentes y los llamados “gusanos zombis”, que se alimentan de huesos de ballena. Además, la expedición logró filmar por primera vez a un calamar colosal joven vivo, un logro poco frecuente en biología marina.

El proceso de identificación y análisis de las especies recolectadas avanzó notablemente gracias a la colaboración internacional. En agosto, los especímenes fueron estudiados durante el Southern Ocean Species Discovery Workshop en la Universidad de Magallanes, Punta Arenas, Chile.

Michelle Taylor destacó para Paris Match: “Hemos comprimido en unos meses lo que suele llevar más de una década”, ya que los científicos clasificaron, fotografiaron y secuenciaron los ejemplares en el propio lugar, lo que redujo sustancialmente el tiempo habitual entre la recolección y la confirmación de una nueva especie.

Urgencia y desafíos de documentar la biodiversidad marina

La importancia de documentar y conservar estas nuevas formas de vida fue resaltada por Verity Nye, responsable de verificación y clasificación de especies, quien señaló a Paris Match: “La identificación de individuos es esencial para la conservación. No se puede proteger lo que no se conoce”.

Los datos obtenidos se integran en la plataforma abierta Ocean Census Biodiversity Data Platform, disponible para la comunidad científica mundial, con el objetivo de acelerar la documentación de la biodiversidad marina.

El océano sigue siendo el mayor misterio del planeta: más del 90% de sus especies aún no tienen nombre ni registro científico. De los dos millones de formas de vida que se estima habitan en sus profundidades, apenas 240.000 han sido identificadas.

Para Mitsuyuki Unno, director ejecutivo de la Nippon Foundation, este desconocimiento no es solo una curiosidad académica, sino un asunto urgente. En diálogo con Paris Match, subrayó que acelerar el descubrimiento y la protección de nuevas especies es clave para el bienestar y la supervivencia colectiva en un planeta que depende del equilibrio marino.

La exploración de los océanos y la identificación de nuevas especies continúan como una tarea urgente y compartida bajo la convicción de que comprender la vida marina es indispensable para su protección y para el futuro de la humanidad.

Fuente: infobae.com

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