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Hallan un lobezno de 57 mil años momificado en el permafrost

Un minero de oro de Canadá ha descubierto, mientras trabajaba en el barro helado, en Yukón, un cachorro de lobo perfectamente conservado que ha estado encerrado en permafrost 57.000 años.

La notable condición del cachorro, llamado Zhùr por la gente local Tr’ondëk Hwëch’in, dio a los investigadores una gran cantidad de conocimientos sobre su edad, estilo de vida y relación con los lobos modernos, según publican en la revista ‘Current Biology’.

«Es la momia de lobo más completa que se haya encontrado. Básicamente está 100% intacta, lo único que le faltan son los ojos –resalta la primera autora Julie Meachen, profesora asociada de anatomía en la Universidad de Des Moines–. Y el hecho de que sea tan completa nos permitió hacer tantas líneas de investigación sobre ella para reconstruir básicamente su vida».

Una de las preguntas más importantes sobre Zhùr que los investigadores intentaron responder fue cómo terminó preservada en el permafrost para empezar, ya que se necesita una combinación única de circunstancias para producir una momia de permafrost.

«Es raro encontrar estas momias en el Yukón. El animal tiene que morir en un lugar de permafrost, donde el suelo está congelado todo el tiempo, y deben ser enterrados muy rápidamente, como cualquier otro proceso de fosilización –explica Meachen–. Si permanece demasiado tiempo en la tundra helada, se descompondrá o será devorado».

Otro factor importante es cómo murió el lobo. Los animales que mueren lentamente o son cazados por depredadores tienen menos probabilidades de encontrarse en intactos. «Creemos que estaba en su guarida y murió instantáneamente por el colapso de la cueva –relata Meachen–. Nuestros datos mostraron que no pasó hambre y que tenía alrededor de 7 semanas cuando murió, así que nos sentimos un poco mejor sabiendo que la pobre no sufrió por mucho tiempo».

Además de saber cómo murió Zhùr, el equipo también pudo analizar su dieta, que estuvo fuertemente influenciada por lo cerca que vivía del agua. «Normalmente, cuando piensas en los lobos en la Edad del Hielo, piensas en ellos comiendo bisontes o bueyes almizcleros u otros animales grandes en la tierra, pero una cosa que nos sorprendió fue que ella estaba comiendo recursos acuáticos, particularmente salmón», explica.

El análisis del genoma de Zhùr también confirmó que desciende de lobos antiguos de Rusia, Siberia y Alaska, que también son antepasados de los lobos modernos. Aunque el análisis de Zhùr dio a los investigadores muchas respuestas sobre los lobos del pasado, quedan algunas preguntas pendientes sobre Zhùr y su familia.

«Nos han preguntado por qué era la única loba encontrada en la guarida y qué pasó con su madre o sus hermanos –recuerda Meachen–. Podría ser que ella fuera una única cachorra. O los otros lobos no estaban en la guarida durante el colapso. Desafortunadamente, nunca lo sabremos».

El espécimen tiene un significado especial para el pueblo local Tr’ondëk Hwëch’in, que ha aceptado colocar a Zhùr en exhibición en el Centro de Interpretación Yukon Beringia, en Whitehorse. Está limpia y conservada por lo que permanecerá intacta durante los próximos años, lo que le permitirá viajar también a otros lugares de Yukon. Y el equipo de investigación predice que es posible que se encuentren más y más momias de permafrost en los próximos años.

«Una pequeña ventaja del cambio climático es que vamos a encontrar más de estas momias a medida que el permafrost se derrita –admite Meachen–. Esa es una buena manera de que la ciencia reconstruya mejor ese tiempo, pero también nos muestra cuánto se está calentando nuestro planeta. Realmente debemos tener cuidado», advierte.

Fuente. EP