Pese a la gran popularidad que los coches eléctricos están ganando poco a poco, estos tampoco están exentos de generar un impacto negativo en el medio ambiente.
La venta de vehículos eléctricos crece exponencialmente y son cada vez más frecuentes en nuestras calles. Sin embargo, hay una gran preocupación y es qué vamos a hacer con las baterías de estos vehículos una vez prescindamos de ellos.
Y es que, pese a que estamos ante un elemento totalmente reciclable, aún no tenemos suficientes instalaciones de reciclaje que funcionen a la escala necesaria para hacer frente a la avalancha de baterías de vehículos eléctricos que llegan al final de su vida útil.
Actualmente sólo reciclamos un 5% de nuestras baterías de iones de litio, pero por suerte el creciente valor de este material, junto con el cobalto y el níquel, va a provocar que la recuperación sea más atractiva.
Tenemos dos formas de extraerlo, o bien en las minas o, por otro lado, en las salinas. Uno de los grandes problemas a la hora de extraer litio en los salares para las baterías, es el alto consumo de agua que se produce, ya que el proceso en la mina es más sencillo, aunque la calidad del litio obtenido es menor.
Estas explotaciones se llevan a cabo en desiertos donde el suministro de agua ya es escaso para las poblaciones locales y supone una presión adicional para la agricultura local.
En cuanto a los otros materiales que componen las baterías, como el níquel, cobalto y grafito, también generan grandes problemas medioambientales.
Sabiendo todo esto, ¿siguen siendo los vehículos eléctricos mejores para el medio ambiente una vez que se tiene en cuenta la producción y el reciclaje de las baterías? La diferencia se compensa a lo largo de la vida útil del vehículo. Los vehículos eléctricos siguen siendo finalmente una transición necesaria para reducir las emisiones globales.
Sin embargo, esto no deja exentos todos los problemas medioambientales que se generan y que deben ser resueltos. Los gobiernos deben poner de su parte y hacer un mejor trabajo exigiendo a la industria minera una gestión adecuada antes de que el remedio sea peor que la enfermedad.
Fuente: computerhoy.com