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Encuentran al primer animal que duerme sin cerebro: la medusa

Según la literatura científica, todos los vertebrados duermen, pero seguía siendo un misterio si ocurría lo mismo en los invertebrados. Unos investigadores han demostrado que las moscas de la fruta lo hacen y otros han argumentado que un gusano llamado Caenorhabditis elegans también. Pero no todo el mundo está convencido y resulta aún más complicado saber si animales primitivos, como esponjas y medusas, duermen.

Paul Sternberg, investigador del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI, por sus siglas en inglés) del Instituto de Tecnología de California (Caltech, EE.UU.) se propuso descrubrirlo y resulta que, igual que seres humanos, peces y moscas, la medusa que nada boca abajo Cassiopea muestra signos de sueño. Pero, a diferencia del resto, este animal no tiene sistema nervioso central.

«Es el primer ejemplo de sueño en animales sin cerebro», subraya Sternberg, cuyos resultados se han publicado en Current Biology. Los científicos han debatido durante mucho tiempo por qué los animales duermen. Las teorías han implicado de todo, desde la memoria hasta el aprendizaje y la recuperación celular. Pero estos hallazgos empujan el origen del sueño hacia abajo del árbol evolutivo de la vida, antes de la aparición de un sistema nervioso centralizado.

El equipo de investigadores almacenó tanques de medusas que vivían en agua de mar artificial en su laboratorio. Cassiopea no se parece a las medusas típicas: es del tamaño de una moneda, tiene manchas de color negro y vive boca abajo en el fondo del mar, con tentáculos enroscados sobre su cuerpo en forma de campana. Pero pululan como otras medusas, se contraen y se relajan en un ritmo constante. Puedes verla en el siguiente vídeo elaborado por los expertos de Caltech.

Tras grabarlas durante la noche, registraron las medusas durante un minuto por la noche y durante el día y contaron manualmente los impulsos individuales. Así, el equipo obtuvo su primera pista de que la medusa podría estar durmiendo: se impulsaban menos frecuentemente por la noche. Los investigadores crearon entonces un programa de procesamiento de imágenes para contar los pulsos de 23 medusas durante seis días y noches consecutivos. La actividad pulsante disminuyó por la noche, como los investigadores habían observado anteriormente, pero echar un poco de comida en los tanques despertaba a las medusas de nuevo. Un despertar tan fácil, dicen, es una señal de que el lento comportamiento nocturno de Cassiopea se debe al sueño, no a la parálisis o al coma.

Los investigadores descubrieron una segunda señal de sueño después de dejar caer al suelo de los tanques medusas dormitando. Durante el día, la medusa hace vibrar rápudamente sus campanas y nada hasta descansar en la malla. Pero por la noche, le cuesta alrededor de tres veces más de tiempo empezar a latir. Es como si las medusas estuvieran un poco aturdidas. Esta respuesta tardía a la estimulación es típica de los animales que duermen.

Y al igual que otros animales durmientes, si las medusas emiten pulsos durante una noche, pagan por ese trabajo nocturno a la mañana siguiente. Los investigadores arrojaron pequeños chorros de agua en la medusa durante seis o 12 horas por la noche, y luego contaron los pulsos al día siguiente. Están menos activas después de perder horas de sueño, dicen, pero después de ponerse al día con su sueño, vuelven a la normalidad.

Los resultados arrojan más preguntas como si se necesitan neuronas para dormir, o incluso si se requiere más de una célula. Por ello, los investigadores afirman que le gustaría estudiar esponjas, o incluso protozoos de células individuales.

Fuente: N+1