El cefalópodo Metasepia pfefferi, una sepia extravagante solo en ocasiones especiales
Se encuentra entre los más famosos y fotografiados del mundo por su color cambiante. Pero lo que no saben sus legiones de fans es que, en realidad, pasa la mayor parte del tiempo camuflada
El Laboratorio Biológico Marino de la Universidad de Chicago (EE UU) ha seguido muy de cerca en Indonesia a la sepia extravagante, también denominada jibia extravagante (Metasepia pfefferi). Querían saber más sobre el comportamiento de este cefalópodo, muy popular por su capacidad de exhibir una piel colorida y brillante, que cambia de textura, así como por su forma de desplazarse.
Este nuevo estudio, cuyos resultados publica el Journal of Experimental Marine Biology and Ecology, está coliderado por Roger Hanlon y aclara aspectos de la capacidad de apareamiento y camuflaje de la sepia: “Este animal es bien conocido en la comunidad de internet, ha salido en televisión muchas veces y es popular en los acuarios públicos. En casi todos los casos, [su piel] muestra esta brillante exhibición de colorido”, dice el científico.
Sin embargo, sus observaciones cuentan una historia bastante diferente y más rica de lo que se sabía hasta ahora. “Resulta que en la naturaleza, la sepia jibia extravagante está camuflada casi todo el tiempo. Son casi imposibles de encontrar”, aclara. En un abrir y cerrar de ojos, pueden pasar de uno de los mejores camuflajes conocidos en los cefalópodos, a una piel deslumbrante y llamativa.
Por lo que han podido ver los investigadores, esta sepia solo utiliza el color en ciertas ocasiones: para rituales de cortejo masculinos, cuando los machos están peleando por una hembra y para parpadear brevemente ante un objeto amenazante.
“Su llamativa exhibición es común cuando un buceador se acerca lo suficientemente cerca para fotografiarla, por lo que el público puede pensar que esta especie siempre está así de colorida. Pero es raro verla en la naturaleza”, añade Hanlon.
Machos ignorados y con apareamientos de 2,89 segundos
Las exhibiciones de cortejo de las sepias macho de Metasepia pfefferi están entre las más elaboradas de todos los cefalópodos. Los investigadores han podido estudiar cuál es su vida sexual –desde el cortejo, hasta el apareamiento y la puesta de huevos– a través de horas de video tomadas durante diversas inmersiones con equipos de voluntarios.
Los machos, que tienden a ser significativamente más pequeños que las hembras, se acercan y cortejan a una hembra camuflada con exhibiciones llamativas y rituales muy elaboradas, que incluyen ‘olas’, que consiguen al agitar rápidamente tres pares de sus extremidades y ‘besos’ (el macho se lanza hacia adelante y, brevemente, toca suavemente sus extremidades con los de ella).
Las hembras generalmente ignoran a los machos mientras las están cortejando y se quedan camufladas e inmóviles o simplemente siguen cazando. El cortejo masculino se realiza sin parar durante períodos prolongados (de 6 a 52 minutos, según lo observado en este estudio).
Sexo que puede costarles la vida
En tres de las ocasiones estudiadas, dos machos compitieron simultáneamente por una hembra. Estos animales pueden mostrar señales de cortejo llamativas por una parte del cuerpo, mientras parpadean (señalando agresión) por el otro lado hacia el macho rival.
En un caso, la competencia masculina terminó abruptamente cuando uno de los machos, mientras se enfrentaba a la hembra y la ‘besaba’, se acostó en un pez escorpión camuflado y este se lo comió. “El sexo puede tener un costo real”, señala Hanlon.
Las hembras eran exigentes y a menudo rechazaban el cortejo de los machos. La receptividad femenina fue más obvia cuando los machos extendían sus primeros tres pares de brazos y se incorporaban sobre el cuarto par de brazos. El macho nadaba entonces y depositaba rápidamente espermatoforos en la región bucal, donde se encuentra el receptáculo seminal. La duración media del apareamiento fue de tan solo 2,89 segundos.
Después de la fertilización, el macho protegía a la hembra por un tiempo pero, curiosamente, no hasta la puesta de huevos como es común en otras sepias. Cuando otro macho estaba presente, la protección de la pareja era agresiva.
La hembra pone sus huevos mientras se camufla y se queda quieta. Luego los empuja debajo de una cáscara y los coloca en su interior. Cuando las crías salen de la caja de huevos y del chorro, están completamente formadas y son capaces de camuflarse.
Una defensa parpadeante de 700 milisegundos
El principal modo de defensa para esta sepia es el camuflaje y permanecen así casi todo el tiempo. Si un depredador o un objeto amenazante (como un buzo) se acerca demasiado parpadea y tiene la capacidad de cambiar a color en 700 milisegundos.
Sus colores vibrantes (blanco, amarillo, rojo y marrón) se combinan con las ‘ondas’ aparentes de color marrón oscuro que producen un deslumbrante y vertiginoso caleidoscopio de movimiento y color.
“Las aves son famosas por sus manifestaciones visuales altamente evolucionadas que dependen, en parte, de cambios posturales (alas de diferentes colores y patrones). Sin embargo, esta especie de sepia invertebrada ha evolucionado igualmente hacia dramáticas y complejas exhibiciones, principalmente con la coloración de su piel”, concluye Hanlon.
Fuente: SINC