El carricero tordal vuela a alturas inesperadas: 6,300 metros
Para las pequeñas aves migratorias, el Mediterráneo y el Sáhara suponen obstáculos importantes en su recorrido. El carricero tordal los supera volando a gran altura
Cuando se desplazan entre sus zonas de invernada en los trópicos de África y sus zonas de reproducción en Europa, los carriceros tordales (Acrocephalus arundinaceus) tienen que superar numerosos obstáculos y peligros: miles de kilómetros sobre aguas saladas hostiles y desiertos desolados, con depredadores de aves de por medio. Al hacerlo, vuelan a alturas que los biólogos no habían creído posibles hasta ahora, según describe en Science un equipo dirigido por Sissel Sjöberg, de la Universidad de Lund. Con la ayuda de pequeños sensores que habían colocado en las aves, los biólogos midieron que los animales ascendían a una altitud de 6300 metros mientras sobrevolaban el Sáhara. Anteriormente, se suponía que viajaban de forma constante a una altura máxima de 2000 metros.
Sin embargo, esta menor altura la siguen solo cuando vuelan de noche. Y, por lo general, la mayoría de los pájaros cantores migran durante la noche, cuando hay menos riesgos de aves de rapiña y la temperatura del aire es más agradable. Sin embargo, los carriceros y otras especies pueden volar durante 24 horas o más seguidas para evitar tener que descansar en regiones hostiles sin sombra, comida ni agua. Sjöberg y sus colaboradores han demostrado que los carriceros pueden volar durante 34 horas sin posarse. En total, las aves equipadas con sensores que habían partido del centro de Suecia tardaron un mes en llegar a sus lugares de invernada.
No obstante, para sorpresa de los investigadores, los carriceros ascendieron desde su altitud de vuelo nocturna (unos 2400 metros) hasta los 5400 metros o más durante el día. Solo al anochecer volvieron a descender hasta los 2000 metros. Observaron que cuando las aves se elevaban a gran altura no estaban sobrevolando ninguna montaña. Los autores proponen que, durante el día, las aves se desplazan hacia arriba para hallar un ambiente más fresco y contrarrestar el calentamiento del cuerpo a causa de la radiación solar. Por la noche la temperatura a esas alturas es 22 grados Celsius menor que a 2000 metros sobre el nivel del mar. También podría influir el hecho de que a mayor altitud se vean menos amenazadas por las aves de presa, que cazan durante el día.
Con su estudio, el grupo de Sjöberg ofrece pistas sobre por qué la mayoría de los pájaros cantores normalmente se mantienen activos durante el día y duermen por la noche, mientras que tal conducta se invierte cuando migran, y también incide en las implicaciones que ello tiene en su cuerpo.
Fuente: investigacionyciencia.es