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Descubren que los árboles también captan metano, gas responsable del 30 % del calentamiento

Un grupo de investigadores ha descubierto que, además de CO2, los árboles también captan metano de la atmósfera y que lo hacen gracias a los microorganismos que habitan en su corteza, lo que refuerza su importancia como herramienta en lucha contra el calentamiento global que provocan los gases de efecto invernadero.

Este descubrimiento puede suponer un cambio de paradigma en los planes de reforestación y conservación forestal, que hasta ahora sólo contemplaban la capacidad de los bosques para captar y almacenar dióxido de carbono (CO2), mientras que nada se sabía de su capacidad para absorber metano (CH4), al que la ciencia atribuye el 30 % del calentamiento global.

La investigación, liderada por la Universidad de Birmingham y en la que ha participado el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), se ha llevado a cabo en bosques de Inglaterra, Suecia, Panamá y Brasil y concluye que los árboles que más metano capturan son aquellos que están en climas más húmedos y calurosos.

Capacidad similar a la del suelo

El estudio, publicado en Nature, pone «patas arriba» lo que hasta ahora se creía gracias a que en vez de medir los flujos de metano en el primer metro del tronco desde el suelo, desde donde los árboles sí emiten este gas hacia la atmósfera, hicieron mediciones también a más altura.

Esto ha revelado que, aproximadamente a partir de un metro, las bacterias que viven en la corteza absorben mucho más metano del que se libera a la atmósfera.

«En concreto, el potencial de los bosques para absorber metano sería de 24,6-49,9 Tg a escala mundial, una cantidad similar a la que captan los suelos de todo el mundo», ha explicado Josep Barba, investigador del CREAF y coautor del artículo.

Los resultados también revelan que los bosques que más metano absorben son los que se encuentran en los climas más húmedos y calurosos, como los ecosistemas tropicales, porque es donde los microorganismos están más activos.

Según los investigadores, esta diferencia se debe al papel de las bacterias que habitan la corteza y que utilizan el metano como fuente de energía (las metanotrofas).

Se «comen» el metano del aire cuando no ya lo encuentran en el tronco

Estas bacterias empiezan a consumir metano del exterior a medida que queda menos en el interior del árbol, lo que sucede a partir del metro de altura.

«Los árboles funcionan como chimeneas que canalizan el metano de las capas profundas del suelo a través del tronco y lo liberan por la corteza. Así, conforme más altura, menos metano va quedando en el interior del tronco», según Barba.

A partir del metro, por tanto, queda menos gas en el interior del árbol y las bacterias lo empiezan a consumir de fuera, de forma que, en total, absorben más de lo que emiten.

Este proceso sería muy diferente al de captación y fijación de CO2, que los árboles y plantas absorben del aire a través de sus hojas y que lo fijaban en su estructura (biomasa) a mediante la fotosíntesis.

Los tropicales, los más voraces

La investigación se ha desarrollado en bosques tropicales de Panamá y Brasil, que viven en un clima cálido y húmedo; los bosques boreales de Suecia, que crecen en un ambiente frío y con poca lluvia, y los templados de Inglaterra, con un clima intermedio entre ambos.

Los expertos estudiaron centenares de árboles de varias especies con una novedosa metodología: ajustaron cámaras de medición a los troncos para detectar en tiempo real los gases que se desprenden o absorben desde la corteza y tomaron mediciones a diferentes alturas.

En algunos casos también se extrajeron muestras de madera del interior para ver la cantidad de gas que contenía y cuánto consumían las bacterias.

«Los que más metano captan son los bosques tropicales, seguidos de los templados y, por último, los boreales. En concreto, los tropicales captan unas 10 veces más que los templados y unas 20 veces más que los boreales, ha señalado Barba, que está recogiendo muestras en diversos bosques de hayedos, encinares, robledales y pinares de Cataluña.

Los datos también apuntan a que en un mismo bosque hay especies que captan más metano que otras, probablemente debido a diferencias en la propiedades de la madera, como la densidad o el diámetro de los vasos transportadores.

Bosques, aún más valiosos

Según sus responsables, esta revelación añade aún más valor al rol de los bosques en los planes para mitigar el cambio climático, pues a su capacidad de absorber y almacenar carbono atmosférico, se le suma ahora la de captar metano, los dos gases que más contribuyen al calentamiento global del planeta.

También puede suponer un cambio de visión en lo que respecta a las estrategias de reforestación, ya que mientras los «nuevos bosques» no son muy eficientes como sumideros de CO2, pues los árboles jóvenes tienen poca biomasa, en el caso de metano, lo que importante no es la madurez del árbol, sino la cantidad de superficie de corteza que interacciona con la atmósfera.

«Así, a pesar de que los árboles sean jóvenes, si hay muchos, hay mucha superficie de tronco expuesta y el potencial para captar metano de la atmósfera es alta», ha destacado Barba.

El Compromiso Mundial contra el Metano, lanzado en 2021 en la cumbre sobre cambio climático COP26, tiene como objetivo reducir las emisiones de metano en un 30 % para finales de la década.

«Nuestros resultados sugieren que plantar más árboles y reducir la deforestación deben ser una parte importante para conseguir este objetivo”, ha aseverado Vincent Gauci, investigador de la Universidad de Birmingham y autor principal del estudio. EFEverde

Fuente: efeverde.com

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