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Descubren que cambios en la órbita de la Tierra explican por qué el Sahara era periódicamente verde y húmedo

Un estudio pionero ha arrojado nueva luz sobre los periodos húmedos del norte de África ocurridos en los últimos 800.000 años y explica por qué el desierto del Sáhara era periódicamente verde.

La investigación, publicada en Nature Communications, demostró que las fases húmedas periódicas en el Sáhara estaban impulsadas por cambios en la órbita de la Tierra alrededor del Sol y se suprimían durante las glaciaciones.

Por primera vez, los científicos del clima simularon los intervalos históricos de «reverdecimiento» del Sáhara, ofreciendo pruebas de cómo el calendario y la intensidad de estos eventos húmedos también se vieron influidos a distancia por los efectos de grandes capas de hielo distantes y de gran latitud en el hemisferio norte.

El autor principal, el Dr. Edward Armstrong, científico del clima de la Universidad de Helsinki y de la Universidad de Bristol, declaró: La transformación cíclica del desierto del Sáhara en ecosistemas de sabana y bosque es uno de los cambios ambientales más notables del planeta. Nuestro estudio es uno de los primeros de modelización climática que simula los periodos húmedos africanos con una magnitud comparable a la que indican las observaciones paleoclimáticas, revelando por qué y cuándo se produjeron estos acontecimientos.

Existen numerosas pruebas de que el Sáhara tuvo una vegetación periódica en el pasado, con la proliferación de ríos, lagos y animales dependientes del agua, como los hipopótamos, antes de convertirse en lo que hoy es el desierto. Estos periodos húmedos del norte de África pueden haber sido cruciales para crear corredores con vegetación fuera de África, permitiendo la dispersión de diversas especies, incluidos los primeros humanos, por todo el mundo.

Se cree que los llamados «reverdeceres» se debieron a cambios en las condiciones orbitales de la Tierra, concretamente a la precesión orbital. La precesión se refiere a la forma en que la Tierra se tambalea sobre su eje, lo que influye en la estacionalidad (es decir, el contraste estacional) a lo largo de un ciclo aproximado de 21.000 años. Estos cambios en la precesión determinan la cantidad de energía que recibe la Tierra en las distintas estaciones, lo que a su vez controla la fuerza del Monzón Africano y la propagación de la vegetación por esta vasta región.

Uno de los principales obstáculos para comprender estos fenómenos es que la mayoría de los modelos climáticos no han sido capaces de simular la amplitud de estos periodos húmedos, por lo que los mecanismos específicos que los impulsan siguen siendo inciertos.

En este estudio se ha utilizado un modelo climático desarrollado recientemente para simular los periodos húmedos del norte de África y avanzar así en la comprensión de sus mecanismos.

Los resultados confirman que los periodos húmedos norteafricanos se produjeron cada 21.000 años y estuvieron determinados por cambios en la precesión orbital de la Tierra. Esto provocó veranos más cálidos en el hemisferio norte, lo que intensificó la fuerza del sistema monzónico de África occidental y aumentó las precipitaciones saharianas, dando lugar a la extensión de la vegetación tipo sabana por el desierto.

Los hallazgos también muestran que los periodos húmedos no se produjeron durante las glaciaciones, cuando había grandes capas de hielo glaciar que cubrían gran parte de las altas latitudes. Esto se debe a que estas vastas capas de hielo enfriaron la atmósfera y suprimieron la tendencia a la expansión del sistema monzónico africano. Esto pone de relieve una importante teleconexión entre estas distantes regiones, que puede haber restringido la dispersión de especies, incluidos los humanos, fuera de África durante los periodos glaciares de los últimos 800.000 años.

Paul Valdés, coautor del estudio y catedrático de Geografía Física de la Universidad de Bristol, ha declarado lo siguiente: Estamos realmente entusiasmados con los resultados. Tradicionalmente, los modelos climáticos han tenido dificultades para representar el alcance del «reverdecimiento» del Sáhara. Nuestro modelo revisado representa con éxito los cambios pasados y también nos da confianza en su capacidad para comprender los cambios futuros.

La investigación, en la que participan científicos del clima de la Universidad de Birmingham, forma parte de un proyecto de la Universidad de Helsinki financiado por la Fundación Kone, que estudia el impacto del clima en las distribuciones humanas del pasado y la evolución de su nicho ecológico.

Miikka Tallavaara, coautora del estudio y profesora adjunta de Entornos de los Homínidos en la Universidad de Helsinki, declaró: La región del Sáhara es una especie de puerta que controla la dispersión de especies entre el norte y el África subsahariana, y dentro y fuera del continente.

La puerta estaba abierta cuando el Sáhara era verde y cerrada cuando predominaban los desiertos. Esta alternancia de fases húmedas y áridas tuvo importantes consecuencias para la dispersión y la evolución de las especies en África. Nuestra capacidad para modelizar los periodos húmedos del norte de África es un gran logro y significa que ahora también estamos mejor capacitados para modelizar las distribuciones humanas y comprender la evolución de nuestro género en África.

Fuente: labrujulaverde.com